73,3%: el verdadero número de la Pobreza en Argentina
Desgraciadamente, la Pobreza en Argentina se puede observar por todas partes: en las calles, en los hogares, en los supermercados, en las fábricas, en las tiendas, en los hospitales, en las escuelas.
Hay muchas cifras que corroboran este 'Mal Vivir' en estos ocho meses de gobierno de Milei. Y todas coinciden en lo mismo: la clase media apenas existe y la clase pobre es la mayoritaria.
Si analizamos los datos de la Encuesta Permanente de Hogares del Primer Trimestre de 2024 casi que podríamos afirmar que el ingreso promedio es muy poco representativo de la realidad social. Con una distribución tan desigual resulta mucho más riguroso analizar el valor de la mediana que el de la media. ¿Por qué? Porque apenas hay hogares argentinos que tengan ingresos cercanos a la media, y porque la media no está en la mitad de la distribución sino desplazada hacia la derecha, como se puede advertir en el gráfico 1. Existe un 68% por debajo de ese 'valor medio' y un 32% por encima (1 dólar son aproximadamente 1.300 pesos).
Lo más pertinente entonces sería prestarle atención al valor de la mediana: el 50% de los hogares argentinos tienen un ingreso mensual per cápita por debajo de 198.000 pesos.
Esta mitad del país es pobre. Esta mitad y un poco más: la pobreza en Argentina afecta al 55% de la sociedad.
Pero este número es insuficiente para dimensionar la pobreza real, debido a que este tipo de medidas ignoran a los hogares que cuentan con ingresos muy próximos al umbral. Es decir: si un hogar posee 100 pesos más que el valor de la canasta básica total (CBT), solo 100 pesos más, dejaría de ser considerado pobre según los cálculos habituales. Sin embargo, ¿sería correcto afirmar que un hogar con un ingreso per cápita de 222.332 pesos mensuales es pobre, pero un hogar con un ingreso per cápita de 222.352 pesos mensuales no lo es?
La respuesta debe exigir sentido común: no es correcto.
Por tanto, resulta fundamental en lo político saber cuántos hogares están justo por encima de ese umbral; con unos pesos más, pero no demasiado más.
Porque esos hogares son 'casi pobres': están justo en el límite, son vulnerables, y de ninguna manera son clase media.
En el gráfico 2, observamos que existe un 18,3% de hogares 'casi pobres' que tienen ingresos en el rango de 1 a 1,5 CBT.
En definitiva, si realmente nos preocupa la pobreza en serio, deberíamos contemplar la suma de los unos y los otros, los 'pobres' más los 'casi pobres'. O sea: un 73,3%.
Tres cuartas de la sociedad argentina 'malviven', pero aún seguimos hablando de un país de clase media.
Si no asumimos este diagnóstico, esto es, que la Argentina de hoy vive mayoritariamente en condiciones de pobreza, seguiremos insistiendo en el error de proponer un proyecto político, social y económico sin anclaje en la realidad.
Esto sería lo mismo que querer hablar con una cotidianeidad que no existe. Y así es imposible ser eficaz a la hora de 'Hacer Política'.
Un millón de niños se va a dormir sin cenar en Argentina
Adrián Figueroa
Un estudio realizado por la organización internacional Unicef reveló que la situación económica y social en la Argentina es de tal gravedad que 1 millón de niñxs se van a dormir sin cenar. A la vez, el relevamiento que da cuenta del trasfondo que atraviesan las familias de bajos recursos económicos indicó también que 1,5 millón de chicxs se saltea alguna comida durante el día porque sus padres y madres no tienen para comprar.
Los datos fueron publicados en el marco de la campaña "El hambre no tiene final feliz" lanzada por el capítulo argentino de la organización de la ONU que opera a nivel internacional para informar y colaborar con las infancias, particularmente de los sectores más postergados.
El informe ratifica que la situación es gravísima. El último estudio del Observatorio de la Deuda Social Argentina, de la Universidad Católica (UCA), ya había dicho que el 54,9 por ciento de la población es pobre y el 20,3 indigente, aunque CELAG lo sitúa en el 73,3% (ver arriba). Pero de acuerdo a Unicef, la situación de la pobreza en las infancias trepó a niveles muy elevados. En lo que va de 2024, el 70 por ciento de lxs niñxs vive en situación de pobreza y el 30 bajo la pobreza extrema, según sus datos.
Cómo la crisis impacta en la infancia
El deterioro en la calidad de vida se refleja también en otros números. "Una de cada cuatro familias dejo de comprar medicamentos para sus hijos e hijas, y les redujo los controles médicos y odontológicos", indicó Sebastián Waisgrais, miembro del área de Inclusión Social y Monitoreo de Unicef.
Más números dan cuenta de cómo la infancia padece la crisis. Según el mismo informe, "el 9 por ciento de las familias decidieron dar de baja a la salud prepaga". Así que ni que hablar de cómo será la situación para los que no tienen obras sociales. Pero a pesar de estas cifras, el tema de cómo la crisis impacta en la vida cotidiana de lxs niñxs "no termina de instalarse en la agenda pública", lamentó el especialista.
Según Waisgrais, el dato de que 1 millón de niños y niñas va a la cama sin comer da cuenta de "uno de los problemas más sensibles de la actualidad: la inseguridad alimentaria". Es decir, la imposibilidad de una familia para garantizarse algo que comer todos los días.
El problema de irse a la cama sin cenar grafica la realidad cotidiana que atraviesa la niñez. Pero detrás de cada niño o niña cuyas necesidades básicas son postergadas hay un padre o una madre víctima de las políticas de ajuste, la falta de trabajo, los bajos salarios, la suba de tarifas, la escalada de aumentos por la inflación y devaluación de la moneda nacional.
Adultos que no comen para que sus hijxs puedan comer
Producto de esta crisis generalizada, la cantidad de adultos que se saltean alguna comida durante el día es de 4,5 millones, agregó el informe. Se trata de padres y madres que no comen para que sus hijos puedan comer.
Esto tiene una explicación que también fue analizada por Unicef. "Lo que observamos es que las restricciones de ingresos en los hogares están vinculadas a un contexto más amplio: en lo que va de 2024, el 15 por ciento (algún sostén) de las familias perdió el empleo, y el 65 por ciento de ellas se ubica en los sectores de mayor vulnerabilidad", precisó Waisgrais.
Página 12