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Asia :: 07/12/2023

A 70 años de la Guerra de Corea

Wayne Price
El anarquismo no prestó suficiente atención al grado de independencia que tenían Corea del Norte y China, y los clasificaron como títeres de Stalin (algo que no eran)

La Guerra de Corea de 1950-1953 ha sido llamada la “Guerra Olvidada” o la “Guerra Desconocida”. En la sección de Historia Militar de la librería Barnes & Noble en mi barrio se encuentran varios libros sobre la II Guerra Mundial y la Guerra de Vietnam; incluso, se encuentran libros sobre las guerras de Irak y de Afganistán, pero es imposible encontrar nada sobre Corea. Esto no es raro.

Sin embargo, esta guerra fue un punto de inflexión en la historia universal después de la II Guerra Mundial. Consolidó el patrón de guerras “periféricas” de la Guerra Fría, con las cuales se evitaba una III Guerra Mundial. Sirvió de excusa para la carrera armamentista norteamericana, la cual, entre otros efectos, fue una de las causas del boom económico posterior a la Guerra. Para los coreanos, esta guerra cristalizó la dolorosa división de su nación ancestral.

La Guerra de Corea solamente puede ser entendida como la confluencia de una serie de diferentes presiones. Por una parte, estaba el conflicto inter-imperialista entre los EEUU y la URSS. Los EEUU emergieron de la II Guerra Mundial como la potencia dominante a nivel mundial en términos militares, políticos y económicos. La Unión Soviética era en ese momento más débil que los EEUU (lo que llevó a la izquierda a hacerse ilusiones sobre su carácter más pacífico). Pero ambas potencias controlaban a otros países y ambos poseían bombas nucleares, las cuales se convirtieron en una amenaza para la existencia de la humanidad.

Pero este no era el único conflicto. También había la lucha de clases de los obreros y campesinos coreanos en contra de la clase terrateniente y capitalista. También había una guerra civil entre dos Estados coreanos, cada cual tratando de unificar a la nación bajo su gobierno. Y también había una lucha de liberación nacional del pueblo coreano, primero en contra de los japoneses y sus colaboradores, luego en contra de los EEUU y sus colaboradores.

Algo de Historia

El imperio japonés anexó formalmente a Corea en 1910 y lo dominó hasta fines de la II Guerra Mundial. Aún en relación a otros regímenes coloniales, fue un régimen brutal y cruel. Miles de coreanos fueron desplazados forzosamente para trabajar en las fábricas japonesas en Corea y Japón. Muchos más fueron reclutados en el ejército japonés. Las mujeres coreanas fueron forzadas a convertirse en “mujeres de placer” para el ejército japonés. La lengua coreana fue prohibida para favorecer la lengua japonesa.

Desde luego que hubo resistencia en Corea. Y muchos abandonaron la península para sumarse a las enormes comunidades de coreanos que vivían en Manchuria y en la China nororiental (que en alguna época habían pertenecido al reino de Corea). Allí formaron ejércitos guerrilleros, en alianza con los comunistas chinos, para combatir contra los japoneses. De hecho, batallones completos de comunistas “chinos” eran en realidad coreanos. Miles de coreanos participaron en la guerra civil china subsecuente, para derrocar a Chiang Kai-shek.

Otros coreanos colaboraron con los japoneses. Entre estos encontramos a las clases de terratenientes y capitalistas y a aquellos que se convirtieron en oficiales del ejército y de la policía japonesa.

Con el término de la Guerra Mundial, cientos de “comités populares” se formaron en toda Corea. La mayoría de ellos eran izquierdistas y nacionalistas, conformados por activistas locales, pero no dominados por los comunistas del Partido de los Trabajadores. Fueron ellos los que comenzaron a crear un gobierno unificado.

El ejército de los EEUU dividió a Corea en el paralelo 38, una línea imaginaria, la cual dividía a Corea después de la rendición japonesa, con la URSS en el norte y los EEUU en el sur. Los rusos aceptaron esta división “temporal”. La parte que quedó en el norte tenía la mayoría de la industria coreana en esa época; la parte que quedó en el sur tenía la mayoría de la población (al menos dos terceras partes de ella). Se esperaba que eventualmente se formaría un gobierno de unificación.

En el sur, el ejército de los EEUU suprimió los comités populares, prohibió los sindicatos obreros y campesinos, y reprimió a la izquierda. En cambio, se dedicó a consolidar un régimen basado en los elementos coreanos que habían colaborado con los japoneses. Para que esto no se viera mal, trajo a Syngman Rhee, un nacionalista coreano que había pasado varias décadas en los EEUU. Él consolidó un Estado autoritario, la República de Corea, con apariencias “democráticas” (elecciones, etc.), pero en el cual se asesinaba a la oposición y se dejaba por fuera de la ley a la izquierda.

En el norte, el ejército soviético trajo a una serie de antiguos combatientes de las fuerzas guerrilleras comunistas. Su comandante era Kim Il Sung. Ellos cooptaron los comités populares e instalaron una dictadura del proletariado similar a la de la URSS, la República Democrática Popular de Corea. Acabaron con la antigua clase terrateniente y tomaron el control sobre la industria capitalista. Establecieron al Estado como agente de acumulación de capital.

Stalin tenía menos interés en el Asia oriental que en Europa del Este, donde necesitaba un control férreo sobre países deseados por Occidente. Tampoco tenía un control absoluto sobre Corea del Norte, cuyos dirigentes eran líderes genuinos de una lucha de liberación nacional.

Entre Octubre y Noviembre de 1946, hubo grandes levantamientos populares en Corea del Sur, en contra del regímen pro-terratientes de EEUU y los colaboradores de Japón. Estas fueron aplastadas con una enorme represión, incluyendo el uso del ejército norteamericano. En Abril de 1948, hubo una enorme rebelión en la isla de Cheju, la cual también fue aplastada. En Octubre de 1948, hubo motines y rebeliones en el sur, que desencadenaron una guerra de guerrillas en varias zonas de Corea del Sur, la cual duró en algunos lugares hasta que se desató oficialmente la guerra en 1950 (para más detalles sobre los levantamientos armados y la guerra de guerrillas en Corea del Sur, revisar los libros de Cumings).

Ambos regímenes coreanos expresaron su intención de unificar a Corea bajo su gobierno. Formaron a sus ejércitos y los concentraron en el paralelo 38. Ambos cruzaron la frontera en breves incursiones y cometieron provocaciones. Los EEUU deliberadamente retuvieron ciertos pertrechos del ejército del Sur, para impedir que pudiera invadir al Norte, según amenazaba hacer su gobierno y su ejército.

Finalmente, fue el Norte quien atacó al Sur, en Junio de 1950. Esto sucedió por orden de Kim Il Sung, quien aparentemente obtuvo al final la autorización de Stalin y también de Mao. Sin embargo, lo hizo en beneficio de su Estado. (Cuando ocurrió el ataque, la Unión Soviética se encontraba boicoteando el Consejo de Seguridad de la ONU, por lo cual fue incapaz de vetar el apoyo de la ONU a la guerra que lideró después EEUU).

En un comienzo, el Ejército Popular de Corea (el norte) arrasó con las fuerzas armadas del Sur (El Ejército de la República de Corea), el cual colapsaba, huía, o se rendía. El ejército de los EEUU no tuvo mejor suerte. El Norte barrió con los EEUU y con Corea del Sur hasta el puerto de Pusan en el sureste, quedándose con 90% de Corea en Agosto. Mientras tanto, se desarrolló una reforma agraria en todos los lugares donde podían hacerlo e impusieron su propio gobierno.

Pero los EEUU y sus aliados (particularmente los británicos), respondieron de manera inmediata. Bajo las órdenes del presidente Truman, llegaron en masa a Corea, oficialmente bajo la bandera de la ONU (pese a que los EEUU eran la principal fuerza y habrían de hecho invadido sin la autorización de la ONU). Se concentraron en el extremo sur y luego, en Septiembre, hicieron un desembarco anfibio en la península de Inchon, detrás de las líneas norcoreanas. Ahora le tocaba a las fuerzas del Norte batirse en retirada.

Los EEUU-ONU hubieran podido contener a las fuerzas del Norte tras el paralelo 38 y haber declarado victoria –especialmente cuando los comunistas chinos amenazaron con intervenir si los EEUU entraban en el Norte. Pero la sensación de superioridad imperial hizo que EEUU y las fuerzas de la República de Corea pasaron al Norte, en Octubre, dirigiéndose al límite con China (el río Yalu). Las fuerzas surcoreanas ocuparon las ciudades del Norte y sus aldeas, y comenzaron a expandir su Estado.

Los comunistas chinos entendieron esto como un ataque en contra de su propia revolución. De hecho, se empezó a comprender en los EEUU que la Guerra de Corea era un primer paso hacia un ataque a China. La armada de los EEUU fue enviada al estrecho de Taiwán, para prevenir que los comunistas chinos pudieran terminar su propia guerra civil atacando a Chiang en Taiwán.

Como lo habían prometido, los chinos entraron a la guerra en Octubre, y se sumaron a las fuerzas de Corea del Norte. A fines de enero (de 1951), encerraron a las fuerzas de EEUU y de Corea del Sur y las hicieron retroceder hasta cerca del paralelo 38. Entonces, ambos bandos pasaron dos años más en un equilibrio semejante al de la I Guerra Mundial, con guerra de trincheras e incursiones breves de un lado y del otro.

En estos años, los EEUU utilizaron su poderío industrial militar en contra de su enemigo –y en contra del pueblo coreano. Los aviones de los EEUU bombardearon completamente el Norte y partes del Sur. Se utilizaron bombas incendiarias para calcinar ciudades completas y el napalm fue utilizado de manera indiscriminada y generalizada en contra de la población. Todas las grandes ciudades y muchos de los centros urbanos fueron arrasados. Finalmente, los EEUU bombardearon las dos principales represas de irrigación en el Norte, ocasionando gigantescas inundaciones y enormes pérdidas humanas. Mientras, los EEUU y el Sur trataban a los refugiados de guerra cono enemigos y cometieron una serie de masacres.

También hubo debates muy serios en el seno del gobierno de EEUU acerca de la posibilidad de utilizar bombas nucleares en Corea o China. Hubo vuelos sobre Corea del Norte para practicar posibles bombardeos atómicos. Afortunadamente, los EEUU decidieron no hacerlo. Las tensiones al interior del gobierno de los EEUU sobre su conducta en esta impopular guerra fueron tan fuertes que el presidente Truman tuvo que deshacerse de su principal general, Douglas MacArthur, por su defensa de los bombardeos nucleares y por su deseo de llevar la guerra a China.

Tras dos años de negociaciones y retrocesos generalizados de la tropas de EEUU y del Sur, en Julio de 1953 la guerra concluyó con un armisticio, lo que equivale a decir que en realidad nunca terminó (por cierto, el Sur jamás lo firmó). Hubo juicios erróneos de ambas partes. El Norte estaba convencido que los EEUU no respaldarían al Sur con todas sus fuerzas. Los EEUU estaban convencidos que China no intervendrían si ellos invadían al Norte. Tras tres años de guerra, la península quedó devastada, más de 3 millones de coreanos habían muerto, y millones de refugiados deambulaban por aquel paisaje en ruinas. Sin embargo, ambas partes estaban de vuelta en el punto de partida (la Zona Desmilitarizada, muy cerca del paralelo 38).

Más de 35.000 soldados norteamericanos murieron, así como miles de británicos y otros europeos. La guerra se había vuelto bastante impopular y el presidente Truman caía a niveles históricamente bajos; decidió no presentarse de nuevo a las elecciones. A diferencia de la posterior guerra de Vietnam, no hubo un movimiento por la paz, especialmente debido al fervor de la histeria anti-comunista en esa época. En cambio, el republicano “Ike” Eisenhower fue elegido presidente de los EEUU bajo la promesa implícita de poner fin a la guerra.

La respuesta de la Izquierda

Los izquierdistas en los EEUU, en la Europa Occidental y en el resto del mundo, adoptaron tres opciones:

1. Los liberales y los socialistas reformistas (socialdemócratas), en general, apoyaron a los EEUU. Aceptaron el argumento de que fue Corea del Norte quien empezó la guerra (lo que no es cierto y es, en todo caso, irrelevante) al violar una frontera internacional (lo cual es falso). Creyeron el argumento de que esta no era una guerra agresiva por parte de los EEUU, sino que una “acción policial” por parte de la ONU (en circunstancias que los EEUU estaban, de hecho, imponiendo su voluntad a una nación colonizada, en contra de la voluntad de la mayoría de su pueblo, y utilizando a la ONU como una fachada para hacer esto). En resumen, los liberales y socialdemócratas apoyaron al imperialismo.

2. Algunos izquierdistas (socialistas y liberales) apoyaron a los comunistas durante la guerra. Ellos veían a la Unión Soviética, a la China Maoísta y a Corea del Norte, como países socialistas y progresistas. Los trotskistas ortodoxos, veían a estos países como “Estados obreros” (“degenerados” o “deformados”), que debían ser defendidos en contra del capitalismo.

Ellos también veían a la Guerra de Corea como una guerra de liberación nacional en contra de la potencia imperialista, los EEUU. La veían como parte de la revolución mundial en contra del colonialismo y el imperialismo. También era parte de esta revolución China (incluyendo la intervención china en Corea), la lucha por la independencia de India, las luchas nacionales en África y Oriente Medio, y los esfuerzos de los países latinoamericanos de reafirmarse.

Esta parte de su argumento contiene muchas verdades. Pero la derrota de la clase trabajadora en Europa y en los EEUU impuso límites a estas luchas de liberación. Fueron incapaces de ir más allá de programas nacionalistas burgueses –ajenas al programa de la revolución obrera internacionalista. Si bien hicieron algunos avances en las condiciones de vida de la gente común y corriente, no pudieron terminar con la subordinación al sistema capitalista mundial. Por esta razón, entre otras, sería un error muy peligroso idealizar a esos gobiernos nacionalistas. Esto es cierto, aún cuando era tremendamente necesario solidarizarse con estos pueblos en contra del imperialismo.

3. Algunos pocos izquierdistas rechazaron tanto al comunismo como al capitalismo occidental. Incluyeron a la mayoría de los anarquistas así como a trotskistas disidentes, pacifistas radicales y otros. Éstos rechazaron a los dos bandos en la Guerra de Corea. Por sostener esta visión, Natalia Sedova, la viuda de Trotsky, renunció a la Cuarta Internacional Trotskista (ver Sedova Trotsky, 1951).

Estos militantes estaban en lo correcto al oponerse al bando de los EEUU en la guerra, al oponerse al régimen sudcoreano de colaboradores de Japón y los EEUU, y al rechazar el fraude de la acción policial de la ONU. Estaban en lo correcto al exigir un cese inmediato a las hostilidades y el retiro de las tropas de la ONU.

Pero no estaban, indudablemente, en lo correcto al rechazar el análisis de que los Estados comunistas, incluido Corea del Norte, eran socialistas, obreros o progresistas.

En mi opinión, estos izquierdistas no prestaron suficiente atención al grado de independencia que tenía Corea del Norte y China, y los clasificaron como títeres del "imperialismo de Stalin" (algo que no eran). Subestimaron el grado en el que Corea del Norte y China estaban motivados por un genuino deseo de liberarse del imperialismo, un deseo apoyado por su pueblo. (Estos izquierdistas tenían también un fundado temor de que la Guerra de Corea pudiera llevar a la III Guerra Mundial). Si bien los anarquistas estaban en lo correcto al no expresar su apoyo a las dictaduras, debieron haber expresado su solidaridad con los oprimidos de Corea que querían unirse y liberarse del imperialismo japonés y norteamericano, así como de sus testaferros.

Esta es una discusión de posiciones generales. También los anarquistas y socialistas libertarios en Corea tienen su historia. No estoy haciendo sugerencias tácticas respecto a lo que los anarquistas coreanos tenían que hacer, antes o después de la Guerra de Corea, si hubieran sobrevivido a los japoneses y al imperialismo. Desde la guerra, las cosas han cambiado mucho en Corea (así como en el resto del mundo). Hoy en día hay más espacio para mejores políticas que terminen, finalmente, con la división nacional, con la explotación capitalista (y capitalista de Estado), y con la dominación imperialista, tanto en Corea como en el resto del mundo.

26/11/2010

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Lecturas recomendadas sobre la Guerra de Corea

Cumings, Bruce (2005). Korea’s Place in the Sun; A Modern History (updated edition). NY: Norton.
Cumings, Bruce (2010). The Korean War; A History. NY: Modern Library.
Halberstam, David (2007). The Coldest Winter; America and the Korean War. NY: Hyperion.
Halliday, Jon, & Cumings, Bruce (1988). Korea: The Unknown War. NY: Pantheon.
Sedova Trotsky, Natalia (1951). Resignation from the Fourth International. http://www.marxists.org/archive/sedova-natalia/1951/05/...9.htm

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