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Argentina :: 25/04/2023

Alberto Fernández no será candidato a presidente: No llores por mi…

Guillermo Cieza
El presidente Alberto anticipó su decisión de no presentarse por la reelección. Encuestas recientes mostraban que su gestión tenía un rechazo del 81%

Y que su aprobación estaba en caída libre. En diciembre tenía 24% y en los últimos días solo un 17%.

Con esos números en la mano, jaqueado por una inflación que en el último mes llegó al 7,7%, y enfrentando sin reservas en el Banco Central una corrida del dólar marginal, al presidente no le quedó otra que retirarse de la contienda.

El recorrido de la gestión presidencial de Fernández nos recuerda procesos parecidos como el de Arturo Frondizi y el de Ricardo Alfonsín. Comienzos progresistas, que se fueron diluyendo por concesiones a la derecha económica que se los terminó llevando puestos. En el caso de Frondizi: con un golpe militar, en el caso de Alfonsín y Fernández: con golpes de mercados.

Fernández se inició en la política en la derecha, como dirigente juvenil del Partido Nacionalista Constitucional liderado por Alberto Asseff y fue posteriormente funcionario de Alfonsín y de Duhalde. En el año 2000, fue elegido legislador de CABA, siendo candidato por el partido de Domingo Cavallo. Fue Jefe de Campaña, y después Jefe de Gabinete de Nestor Kirchner y acompañó en ese cargo a Cristina Fernández hasta que se produjo el conflicto con la Comisión de Enlace por las retenciones a la soja.

En ese momento se pasó a la oposición, se acercó al grupo Clarín y fue un duro crítico de la gestión presidencial. En las elecciones de 2017 fue jefe de campaña de Florencio Randazzo. En 2018, siendo parte del Frente Renovador, liderado por Sergio Massa, decidió acercarse a Cristina Fernández. En mayo de 2019, la actual vicepresidenta lo ungió como candidato presidencial del Frente de Todos. Transitando ese camino sinuoso llegó a la presidencia.

Quien repasa la trayectoria de Fernández no puede dejar de advertir que desde lo ideológico siempre fue un saltimbanqui, pero que también fue un eficaz rosquero de palacio. Esas características le alcanzaron para llegar a la presidencia, pero fueron insuficientes para gobernar.

Muy sensible a los cantos de sirena que le decían que siguiera cumpliendo los pagos al FMI, y gastando las reservas del Banco Central, porque sería premiado con una buena negociación, terminó firmando un acuerdo pésimo. Convencido de que sin expropiar Vicentin y haciendo buena letra con el Círculo Rojo de los grandes empresarios, estos no iban a subir los precios, hoy está asediado por la inflación.

Después de un inicio promisorio protegiendo a Evo Morales, terminó aferrado a la política internacional de EEUU. Consiguió una reunión con Biden, y muchas visitas de funcionarios estadounidenses que vinieron a desalentar las inversiones chinas. Pero no hubo lluvia de dólares, ni préstamos para mejorar la falta de divisas del Banco Central. Perdió el poco poder que tenía cediendo el manejo de la economía a Massa, que por ahora no ha resuelto ni el problema de la inflación, ni está pudiendo atajar la corrida del dólar 'blue'.

Se puede alegar que tuvo mala suerte porque tuvo que transitar una pandemia, una guerra y una prolongada sequía. Pero tampoco ayudó a la suerte. Alguien dijo que los adversarios parecen más grandes si se los mira de rodillas. Alberto Fernández eligió esa postura, y así le fue… Hoy no sólo ha perdido la posibilidad de ser reelecto. Se ha convertido en una figura decorativa, que cargando con errores propios y ajenos, tendrá que transitar, desempoderado, largos meses hasta entregar la banda presidencial .

La misma derecha que lo adulaba cuando tomaba distancia de Cristina y algunas propuestas de los sectores mas progresistas del Frente de Todos, hoy festeja su fracaso. Los grandes medios de prensa hegemónicos, que defendió cuando se presentó el Proyecto de ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, se regodean con su retirada.

Para el pueblo de a pie, Fernández incumplió su promesa de poner mas dinero en los bolsillos de los trabajadores, en un país en crecimiento.

Dentro del Frente de Todos, su lugar como candidato ha quedado en disputa por otros dirigentes que hoy parecen demasiado involucrados en su fracaso. Una esperanza de ese espacio es que Cristina dé la sorpresa con una jugada magistral. Quienes alientan el pesimismo recuerdan que la última jugada magistral de Cristina fue ponerlo a Alberto como candidato a Presidente.

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