Alemania alcanza un punto de inflexión con la manifestación neonazi de Chemnitz
No se recuerda algo parecido desde la reunificación. Miles de neonazis y hooligans recorren las calles de una ciudad alemana gritando “fuera los extranjeros” y “Alemania para los alemanes”, mientras amedrentan y apalean a extranjeros y todo aquel que se les opone en su camino.
Escenas fantasmagóricas que recuerdan a los pogromos, a las persecuciones de judíos, que tuvieron lugar durante la república de Weimar antes de que Hitler se alzara al poder a principios del siglo pasado. Así valora de forma literal el semanario Spiegel la noche de ayer en la ciudad del este alemán de Chemnitz, la tercera mayor del estado de Sajonia. El reportero de dicha publicación Raphael Thelen describe cómo un neonazi ataca por la espalda a un joven sin mediar palabra, lo tira al suelo y lo golpea una y otra vez hasta que llega la policía, que estaba más que sobrepasada esa noche. Episodios como este dieron como saldo un total de 20 heridos.
Unos funcionarios encargados de la seguridad que al parecer se muestran sorprendidos por la gran afluencia de radicales [de ultraderecha] a la manifestación, que la televisión pública MDR cifra en más de 5.000. Eso es al menos lo que aseguraba la dirección de la policía en la ciudad, que solo estaba presente “con pocas unidades” en la manifestación, que comenzó en la plaza central de la ciudad, paradójicamente, bajo un gran busto de Karl Marx.
No se sabe por qué si el día anterior se habían producido ya incidentes y a la nueva manifestación se unía el hecho de la noticia de la autoría del crimen que desató la ira, llevado a cabo supuestamente por dos personas de nacionalidad siria e iraní, lo cual encendió los ánimos de la extrema derecha.
El ministro del Interior Horst Seehofer (CSU) no ha tenido el gusto de decir ni una palabra sobre los hechos hasta el mediodía, cuando anunció que se enviará más policía al estado sajón y que condenaba los ataques xenófobos. Ello lo hacía después de que los verdes, la izquierda y su propio socio de coalición, el SPD, criticase el que no se hubiera pronunciado al respecto. Sabe Seehofer que quizás sus votantes bávaros se alegren de que haya quien se tome la justicia por su mano, como pedía la AfD.
Los hechos de Chemnitz no dejan indiferente. En varios momentos de la manifestación se mostraron saludos hitlerianos, algo prohibido en Alemania y por los cuales se han interpuesto ocho denuncias esa noche. A la manifestación acudieron miembros del llamado “III Weg” con una pancarta que rezaba: “El multiculturalismo mata. Paremos el terror de los extranjeros”.
En un vídeo grabado por la agencia de noticias Ruptly puede escucharse cómo en la manifestación por la noche, un ruso-alemán decía en un altavoz: “Mi nación es la ciudad Königsberg. Como alemanes vivimos en Alemania con la idea de volver a nuestra patria”. Esto hay que traducirlo para los que sepan poca historia: Königsberg era la capital de Prusia oriental, hoy es una ciudad rusa llamada Kaliningrado. Después de decir esto, la masa de personas aplaude en el vídeo. Es una referencia clara al pasado imperial y nazi.
Hubo un momento determinado en el que la situación tuvo que ser de tal violencia que varios periodistas abandonan el lugar y aseguraron que era demasiado peligroso continuar realizando su labor. Cuando neonazis pueden salir a la calle en masa, a apalear inmigrantes y a gritar palabras xenófobas ya se ha alcanzado un punto de no retorno que va a ser difícil de volver a encauzar.
Repetir el pasado como tragedia
No es normal, coinciden los medios, que, en Alemania, con la miserable historia del horror nazi y de las ideas de superioridad de la raza aria, de repente tesis ultranacionalistas sean aceptadas en el país sin más. Pero, el resumen de prensa tampoco obvia que, tras la reunificación, tuvieron lugar pogromos contra inmigrantes y que hay un campo abonado de racismo en la sociedad que no se ha conseguido erradicar.
La diferencia es sin duda que por una parte a la economía alemana no le había ido tan bien desde la reunificación, ya que es cierto que la sociedad alemana es al tiempo cada vez más desigual. El otro punto fundamental es que el partido populista de derechas con lazos comprobados con la extrema derecha Alternativa por Alemania es la tercera fuerza en el parlamento.
Las manifestaciones que sorprendieron a los alemanes desde 2016 en la capital del país, en las que neonazis se mezclaban con ciudadanos enfadados por la acogida de refugiados no fueron más que el preludio de esta gran demostración de fuerza de la derecha más extrema a la que asistimos ayer noche. Esta se ha visto a su vez precedida de acontecimientos como la manifestación en honor a Rudolf Heß que tuvo lugar en agosto por las calles de Berlín, en la que unos 700 nazis con camisas blancas y pantalones negros, en recuerdo a las SS, marcharon por el este de la ciudad para honrar la memoria del lugarteniente de Hitler que murió en una prisión tras ser condenado a cadena perpetua por el tribunal de Núremberg, con una gran pancarta que rezaba: “No me arrepiento de nada”.
Alemania, que para muchos es un ejemplo por el proceso de [supuesta] desnazificación llevado a cabo en la posguerra, muestra cada vez más cómo éste en realidad fue más que nada un parche temporal, ya que muchos de los antiguos funcionarios y jefes nazis permanecieron en sus puestos y los juicios fueron más ejemplares que otra cosa. Sin embargo durante un tiempo el ultranacionalismo ha sido tabú en la sociedad y el recuerdo del pasado estaba presente.
La nueva derecha encabezada por la AfD parece querer acabar con esta senda y figuras destacadas como Björn Höcke no se avergüenzan de afirmar que Alemania tiene que dejar atrás este pasado y el complejo de culpa. Por toda esta evolución no sería extraño que Alemania viviese su otoño de revueltas extremistas.
Esta tarde [por ayer] hay convocada otra manifestación frente al parlamento regional de Sajonia, al parecer por una persona perteneciente al entorno de la extrema derecha, según fuentes de la policía al semanario Focus. Björn Höcke, presidente de AfD en Sajonia, ha asegurado que acudirá a esta manifestación. El jueves se prepara otra marcha en Dresde organizada por pro Chemnitz.
El Salto