"Bigotón" Bolton pagó los sucesivos reveses de Trump en su política exterior
El presidente de EEUU, Donald Trump, pidió la renuncia del asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca John Bolton, debido a "numerosos desacuerdos políticos", lo que pone fin a un mandato tumultuoso marcado por varios y sucesivos reveses en la política exterior de EEUU.
El asesor adjunto de Seguridad Nacional Charlie Kupperman, ocupará de manera interina el puesto de su exjefe, John Bolton, con quien colaboró por más de 30 años. Kupperman, de 68 años, trabajó en las compañías Lockheed Martin y Boeing y sirvió en la Administración de Ronald Reagan durante los años 80. Desde enero, ocupa puestos como asistente de Trump y de asesor adjunto de Seguridad Nacional.
Bolton, exembajador de EEUU ante Naciones Unidas y considerado un republicano de línea dura en temas de Defensa, tomó posesión del cargo en abril de 2018, después de que el presidente estadounidense anunciara la salida de ese puesto del general H.R. McMaster.
Bolton, de 70 años, conocido por posición dura e injerencista sobre la política exterior de EEUU desde Corea del Norte hasta Irán [y Venezuela], tenía programado participar en una rueda de prensa sobre terrorismo este martes. El anuncio se produjo días después de que Trump abandonó un plan para llevar a los líderes talibanes afganos a Camp David para conversaciones de paz.
Bajo la conducción de Bolton, el Consejo de Seguridad Nacional, que asesora al presidente, se había convertido en una entidad separada dentro de la Casa Blanca.
John Bolton siempre fue un personaje atípico en la presidencia de Trump. Fue un gran defensor de la guerra de Irak, mientras el presidente llegó a considerar ese conflicto como uno de los mayores errores militares de EEUU. Los desacuerdos en las negociaciones sobre Afganistán, la confrontación con Irán y el fracaso de los esfuerzos para derrocar al gobierno venezolano, llevaron a una situación insostenible.
El tercer asesor de Seguridad Nacional que ha tenido Trump hasta el momento llevaba aislado ya un tiempo. Para los analistas estadounidenses, el cambio ya se veía venir, incluso cuando Trump tuiteara que las informaciones de la prensa sobre "turbulencias en la Casa Blanca" eran tan solo una invención de los "deshonestos medios".
Una semana difícil
La decisión de Trump de retirarse de las negociaciones de paz culminó una semana difícil. El viernes pasado, el asesor del presidente sobre Corea del Norte dijo que las negociaciones se han estancado durante meses. El jueves, el enviado de Medio Oriente Jason Greenblatt había anunciado su intención de partir ya que el alardeado plan de paz israelí-palestino en el que ha estado trabajando aún no se ha presentado.
Mientras, la guerra comercial entre EEUU y China se prolonga… y las expectativas de Trump de ser reelecto en noviembre del año próximo, parecen hoy muy distantes. El anuncio de la salida de Bolton por la puerta trasera se reflejaron en los precios futuros del petróleo, que revirtieron una ganancia anterior en Nueva York, cayendo 0.2 por ciento, a 57.71 dólares por barril.
Para los analistas, desde el principio, Bolton parecía un ajuste extraño de un presidente que defiende una agenda de "América primero". A veces persiguió sus prioridades de política exterior de larga data, creando tensión con los altos funcionarios de la administración y el propio presidente.
Bolton llegó al puesto más conocido por su ardiente apoyo a la invasión estadounidense de Irak en 2003 mientras servía en la administración de George W. Bush. Más tarde fue colaborador de Fox News y miembro principal del conservador American Enterprise Institute.
Desde que se unió a Trump en la Casa Blanca, Bolton trató de quebrar a Irán financieramente, proteger a los estadounidenses del alcance de la Corte Penal Internacional y endurecer la postura de EEUU hacia Rusia. Promovió permanentemente el apoyo de EEUU al derrocamiento del presidente venezolano Nicolás Maduro y presionó con diferentes amenazas a otros países de la región para que se sumaran al bloqueo contra Caracas, un esfuerzo que no ha tenido éxito.
Poco antes de sumarse al gabinete de Trump, Bolton escribió un artículo de opinión en el 'Wall Street Journal' argumentando a favor de un ataque preventivo contra Corea del Norte, solo para que Trump busque la diplomacia con Kim Jong-un. “Lo importante es lo que dice el presidente y qué consejos le doy", señaló meses después. Pero cuando el presidente visitó la zona desmilitarizada que divide la península de Corea para reunirse con Kim, Bolton brilló por su ausencia.
Fue propulsor también de la línea dura con la política de inmigración y se enfrentó con el exjefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, por el enfoque de la administración en los cruces fronterizos. Ambos entablaron una acalorada discusión fuera de la Oficina Oval sobre inmigración y el desempeño de la entonces secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, y exigió su despido.
Bolton, a quien el presidente a veces llama "el bigotón", también se ha enfrentado al secretario de Estado, Michael Pompeo (quien destacó a la prensa sus desacuerdos con el ex asesor de Seguridad), "Muchas veces él y yo no estábamos de acuerdo, eso es seguro", dijo Pompeo durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca.
También se enfrentó con el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, por las sanciones contra Irán. Bolton ha argumentado que las exenciones para las sanciones fueron demasiado generosas con Irán.
Tenía sólo un pequeña parte del poder y sufrió la pérdida de su principal asesora, Mira Ricardel, en noviembre de 2018 después de que la primera dama Melania Trump pidiera su destitución, tras su enfrentamiento con la asesora durante un viaje a África.
CLAE. Extractado por La Haine.