Bloqueos G-8: Anticapitalismo organizado
Temiendo un bloqueo del campo por parte de la policía, un millar de activistas se divide en tres grupos para evitar el encierro. Son rápidamente detectados a las 4:00 a.m por cerca de 200 antidisturbios que cargan contra ellos haciendo retroceder a un pequeño grupo pero no pudiendo evitar la salida a campo abierto de alrededor de 700 militantes que se dirige decidido a sus objetivos.
Se producen a partir de las 8 de la mañana los bloqueos de las carreteras A9, M9, B8062, B9112, B934, M90, A907, B8033, Queensferry Road y A822, bloqueos de la delegación japonesa, autocares de prensa, delegados asistentes al G8, 300 personas retenidas en las calles de Edinburgh por la policía... Incluso el propio Bob Geldof, el aupado por los medios símbolo de la rebeldía por otro capitalismo salvaje posible, sufrió en sus carnes el bloqueo de su autocar por parte de aquellos a quienes llamaba "idiotas" unas horas antes. Informaciones recibidas desde ese punto cuentan que estaba "furioso".
Estas acciones se realizaron mediante grupos de centenares o a veces decenas de personas que prolongaban el bloqueo todo lo posible en un punto para replegarse cuando la policía actuaba y así volver a aparecer en cuanto se tuviera otra oportunidad.
Todo valía para provocar el desconcierto, desde el propio cuerpo tumbado en la carretera a árboles o vallas formando una barrera o coches de representantes gubernamentales convenientemente volcados.
Muchos pequeños o medianos grupos actuando continua y dispersamente hacía muy difícil coordinar la respuesta policial para salvar el bloqueo.
Ésta se basaba en planes preestablecidos como el cierre de las comunicaciones por tren a Stirling, inmovilización de autocares, acoso a activistas o el encierro inmediato de una parte importante de ellos, todo ello claramente insuficiente.
El acoso a los manifestantes fue respondido con enfrentamiento directo y algunos ataques a multinacionales norteamericanas. Las detenciones se acercan a 400 personas.
Entre la una y las dos de la tarde, los distintos grupos de activistas esparcidos durante el día fueron confluyendo en Auchterarder Park con el objetivo de marchar unidos hacia el hotel de lujo donde se reuniría el G-8 horas más tarde, Gleneagles.
Entre 4000 y 5000 personas tomaron ese camino encontrándose con la primera barrera de protección del hotel a las 15:15, detrás de ella 6 líneas de policía a pie o caballo, torretas de vigilancia y un muro de 8 km de perímetro. Después de un tiempo estudiando el terreno y sus puntos débiles, 200 personas echaron abajo la primera valla permitiendo el paso a muchos más en dirección a una segunda línea que pudieron superar algunos militantes.
La policía inicia el rodeo de manifestantes para obligarles a retroceder usando la fuerza, un total de cuatro helicópteros de combate "Chinook" vuelan raso sobre los activistas y simulan "disparos" mediante flashes de luz sobre ellos, lo que provoca un cierto pánico por la presencia de militares replegándose la mayoría de manifestantes a posiciones fuera del perímetro de seguridad.
Allí representantes del partido socialista de Escocia indican a la gente que es mejor volver a Auchterarder y concluir la manifestación, postura que rechaza una parte de los asistentes que continuan hasta que la policía hace algunas detenciones y heridos debidos a cargas.
Tanto el bloqueo como el asalto a los centros de reunión de los poderosos no han sido el objetivo en sí mismo. Se trata simplemente de la representación visual de la negación total al modelo de explotación y sumisión a todos los niveles que implica el capitalismo; que cuando se salta una valla se salta un límite; que cuando se bloquea una reunión se sabotea el orden lógico de las cosas, que no se quiere saber nada de ese mundo ni de ese sistema y que la actitud debe ser de insumisión, desobediencia y acción.
En esa actitud no entran, obviamente, rebeldes de márketing, "radical chic", consumistas compulsivos solidarios ni tampoco, especialmente, la falta de estética, ética y exceso en patética de los perros del Capital Bob Geldof y Bono "el de U2".