Cavaco Silva y José Sócrates - enemigos del pueblo portugués
Más de la mitad está dedicada a los encuentros semanales de Cavaco Silva, cuando era presidente, con José Sócrates, al tiempo primer ministro.
Formé a lo largo de los años una opinión muy negativa de ambos. Se esforzaron por proyectar una imagen de estadistas de grandes méritos, talentosos, patriotas, admirados en Portugal y en Europa. A mi se me aparecen como políticos de ambición desmedida, incultos, mediocres, arrogantes, vanidosos, hipócritas.
Ejerciendo el Poder, los dos, con estilos diferentes, han actuado cono enemigos del pueblo. La Historia los recordará como personajes negativos.
LA MEGALOMANÍA DE CAVACO
Cavaco Silva en su libro informa con detalle sobre el método escogido para sus diálogos con Sócrates en las reuniones de los jueves.
Enaltece ese método que aprendió en la Universidad inglesa de York, institución en la cual que se doctoró en Economía.
El resumen de los encuentros de los jueves es condensado en 28 capítulos, dedicados a los temas de las reuniones, especificando cuantas fueron ocupadas por cada uno.
Cito algunos de esos temas: acuerdo ente el Partido Socialista y el Partido Social Demócrata, ambos en la practica neoliberales; las fuerzas armadas; los ferrocarriles de alta velocidad y otras inversiones; la reforma de la universidad; la presidencia portuguesa del Consejo de la Unión Europea; la interrupción voluntaria del embarazo; el nuevo modelo de la empresa Estradas (carreteras) de Portugal; el primer ministro y la comunicación Social; el gobierno de la Venezuela de Hugo Chávez; la crisis financiera internacional de 2008; la evaluación de los profesores; la nacionalización del Banco Portugués de Negócios–BPN; las intrigas políticas del verano de 2009; la formación del XVIII gobierno Constitucional; el Presupuesto de Estado para 2010 y el riesgo de contagio de la crisis griega; los días locos del Presupuesto de Estado para 2011; el Programa de Estabilidad y Crecimiento, PEC 4, y la renuncia del primer ministro el último jueves.
Utilizando mal su propio método -y escritor tosco-, el criterio adoptado para abordar los asuntos seleccionados no ayuda a los lectores a comprender mucho de lo ocurrido en los encuentros con Sócrates. Los temas no son tratados cronológicamente. Se mueve de uno para otro y con frecuencia vuelve atrás. El resultado es un desorden que confunde los lectores.
LA CÓLERA DE SÓCRATES
NO he leído ni escuchado la catilinaria de Sócrates en respuesta al libro de Cavaco. Sin embargo no es difícil imaginar la cólera provocada por la descripción que el ex presidente presenta de las reuniones semanales en el Palacio de Belén.
Cavaco, paternalista, se coloca siempre en la postura de profesor que ve a Sócrates como alumno incómodo e indisciplinado, incapaz de sacar provecho del saber del maestro. Se percibe que desprecia al estudiante.
Le administra lecciones de buena gobernación, recordando lo que él, Cavaco, hizo cuando fue primer ministro durante dos décadas.
Con pocas excepciones, Sócrates -según él- manifiesta admiración por las sabias sugestiones del presidente y se disculpa cuando, cogido en falta, atribuye errores y omisiones a ministros suyos.
En el debate de muchos de los temas, el primer ministro -según Cavaco- demostraría agradecimiento por la contribución positiva y decisiva del Presidente para muchos de los «éxitos» alcanzados.
La cordialidad que había caracterizado las reuniones de los jueves terminó durante la campaña electoral de las elecciones legislativas que pusieron termino a la mayoría absoluta del PS en el parlamento.
Cavaco Silva dedica al asunto el capitulo 22, intitulado «las intrigas políticas del verano de 2009». Las referencias al debate con Sócrates en el encuentro del 16 de Septiembre ocupan páginas.
Cavaco acusa a Sócrates de descontrol emocional, asumiendo una actitud tan agresiva que sintió la necesidad de «llamarlo al orden», recordándole que no estaba hablando con sus ministros sino con el Presidente de la República.
El debate se había inflamado a propósito de la llamada «intentona» de escuchas a la Presidencia de la República.
El primer ministro exigía disculpas que Cavaco no presentó.
Sócrates, al leer el relato del diálogo en el libro de Cavaco, reaccionó con vehemencia e indignación, rechazando la versión presidencial que considera calumniosa.
LOS AUTOELOGIOS DE CAVACO
Eslóganes como el «superior interés nacional» son exhaustivamente repetidos.
El profesor adora esa expresión.
Al evocar las reuniones de los jueves, Cavaco insiste en la importancia de su sabiduría académica, de su conocimiento de los problemas internacionales, de su prestigio mundial.
Publica muchas fotos al lado de personajes como Obama, la canciller Merkel, los británicos Tony Blair y Gordon Brown, el ruso Vladimir Putin, el rey Juan Carlos de España, el papa Benedicto XVI, el secretario general dela ONU Ban Ki Moon, la norteamericana Condoleza Rice y otros estadistas.
Creo útil recordar que Cavaco Silva, a despropósito, acumula en diferentes capítulos insultos contra el marxismo, Lenin, la URSS, el socialismo y el Partido Comunista Portugués.
Me abstengo de referencias a los capítulos dedicados a su vida familiar y a iniciativas presidenciales emprendidas al margen de las reuniones de los jueves. Son paginas sin interés político en que reafirma su convicción profunda de que fue una gran figura histórica.
¿Por ventura morirá sin tomar consciencia de que, al contrario de lo que subraya, el pueblo portugués, lejos de admirarlo, identifica en él lo mas impopular, el peor presidente de las ultimas cuatro décadas?
Vila Nova de Gaia, marzo de 2017
*Aníbal Cavaco Silva, ‘Quinta – Feira e Outros dias’, 590 páginas, Porto Editora, Porto, febrero de 1917.