Chávez intentó lo que Gramsci llamó la "guerra de posición"
Mario Hernández (MH): Comenzamos “¿Sin salida?”. Estoy llegando de la Legislatura de la Ciudad donde hemos recibido un reconocimiento los integrantes de la revista Topía por su aporte a la salud mental. El diputado Jorge Selser creyó oportuno, junto con la diputada Virginia González Gass, quien preside la Comisión de salud mental, hacer este reconocimiento a una revista fundada en 1991, hace 23 años, que ya va por los 67 números, sale 3 veces al año y más de 65 libros publicados por su editorial. En mayo han invitado al psicoanalista francés Christophe Dejours para hacer una serie de actividades en Buenos Aires de las que estaremos informando en “Ciudad cultural” junto con Héctor Freire y Ana Laura Xiques el viernes que viene de 9:00 a 10:00. Hoy repetimos la presencia en “¿Sin salida?” de Hugo Calello. Es su segunda presentación. Vamos a abordar la misma temática: Venezuela. La vez pasada viniste después de las elecciones presidenciales en la que triunfó Hugo Chávez, junto al Secretario político de la Embajada venezolana. En esta oportunidad también precediendo un nuevo acto electoral el próximo domingo. Quería preguntarte si la muerte de Chávez supone la de su proyecto político.
Hugo Calello (HC): Efectivamente, vinimos en una situación política muy distinta con Juan Eduardo Romero la vez pasada. Para hoy también lo había invitado pero se encuentra de visita el canciller Elías Jaua y no ha podido concurrir.
Tu pregunta tiene que ver con un tema que ya he trabajado bastante: la perduración de Chávez más que del chavismo. En un trabajo que publiqué en algunos medios venezolanos que se llama “La perduración de Chávez: Gramsci y la guerra interminable”. En ese artículo menciono a un amigo común, Modesto Emilio Guerrero.
MH: Te interrumpo porque aprovecho que lo nombraste y paso el “chivo” (aviso). Hoy está presentando en el Centro Cultural de la Cooperación su libro, Chávez, el hombre que desafió la historia junto a Atilio Borón y Herman Schiller en la Sala Jacobo Laks en Av. Corrientes 1543. También ampliamente conocido por nuestros oyentes de FM La Boca. América Latina es hoy, el escenario de fractura más riesgoso que tiene la sociedad global.
HC: En el trabajo que escribí, fraternalmente, desarrollo un planteamiento crítico a un análisis que hace Modesto antes de la muerte de Chávez sobre las posibles tensiones políticas alrededor de la presencia en el chavismo de sectores socialdemócratas como José Vicente Rangel, la posición bonapartista que podría tener el Ejército, etc.
Otro punto era su posición de que el chavismo era uno más entre otro de los movimientos revolucionarios que se habían dado desde la revolución mexicana en América Latina.
Yo planteo que en los casi tres lustros de presencia de Chávez en América Latina, en el universo político y en la sociedad globalizada, hacen que el proyecto que se construyó en Venezuela, en la praxis de la sociedad venezolana, sea una cosa muy distinta de los movimientos que se dieron en América Latina desde la revolución mexicana hasta el presente, e incluso a la propia Revolución Rusa.
Hoy trabajaba sobre una tesis gramsciana. Aquéllas fueron revoluciones por asalto, dirigidas a la toma del poder, lo que Chávez intentó, para mí, es lo que Gramsci llamó la guerra de posición. Una guerra de largo alcance que es la construcción, no el asalto al poder para desde allí cambiar la sociedad, por supuesto que si tenés una parte del poder es muy importante, sino precisamente el intentar desde el poder que la sociedad se reconstruya, cree espacios políticos colectivos, contra-hegemónicos, para que avanzara fundamentalmente hacia la construcción de una sociedad política, una sociedad civil radicalmente revolucionaria, opuesta al capitalismo, no-capitalista, llamémosla socialista del siglo XXI, que no se ata a los socialismos que hemos conocido y han fracasado. Tiene que ser otra cosa en función que América Latina es hoy, y lo ratifica más el nombramiento del Papa Francisco I, el escenario de fractura más riesgoso que tiene la sociedad global imperialista.
La presencia de Chávez fue un tremendo avance en esa fractura del mundo capitalista.
Tu pregunta es muy compleja porque depende fundamentalmente de cómo estos espacios políticos van desarrollando toda una forma de sociedad política que evidentemente tiene que ir carcomiendo, penetrando y destruyendo la democracia representativa en un país dependiente, dentro del modelo capitalista, que es siempre escamoteo del poder popular de una sociedad política donde haya hegemonía del colectivo social, de la sociedad civil y, obviamente, de la vanguardia formada por las clases subalternas. No solo el proletariado sino todas las clases que estamos bajo opresión.
MH: Podríamos hablar de sectores populares. El populismo es lo antagónico al proceso de una construcción de una sociedad política no-capitalista.
HC: No. Me parece un concepto de una amplitud burguesa. No dice nada. Masa y sectores populares no dicen nada, al contrario, masa es el correlato del ejercicio del poder del capitalismo. Una sociedad masificada es una sociedad adormecida, consensuada. Dejemos ese lenguaje que la izquierda utilizó y mal utilizó sin entender lo que significaba.
Por otro lado, lo de campo popular me suena de una infinitud donde puede entrar cualquier cosa y de hecho sucede. Entra el populismo que es lo antagónico al proceso de una construcción de una sociedad política no-capitalista.
El populismo está dentro del capitalismo y ni siquiera Ernesto Laclau, su apóstol teórico máximo, se ha pronunciado en contra del capitalismo. Ni Hardt, ni Negri hablan de que hay que romper el capitalismo. Multitud, Imperio, Cambio son palabras. Pero, ¿qué quieren cambiar? El combate en el campo de la cultura es fundamental para ir deshaciendo equívocos, trampas que en última instancia conducen a aceptar que el Papa Bergoglio puede ser un factor político positivo para América Latina.
Que lo haya dicho Maduro me parece que respondió más a un juego político como los rezos de Correa. Ellos saben que hoy este Papa genera una empatía en la gran masa creyente. Desde su condición de políticos no pueden establecer un pronunciamiento demasiado confrontativo, de la misma manera que Chávez murió besando el crucifijo, pero ¿a quién? Al Cristo revolucionario, al milagrero que luchaba contra los mercaderes. No al Dios que lo crucificó. La Iglesia representa a ese Dios, no al Cristo revolucionario.
MH: Al contrario de lo que muchos analistas pronostican o han pronosticado en los últimos días a partir de la muerte de Hugo Chávez, vos no ves un cambio de orientación política en Venezuela. Si los oprimidos no tenemos conciencia que en el capitalismo estamos en guerra estamos jodidos.
HC: Si así fuera sería tremendo. El problema es que no está Chávez y uno tiene que reconocer que el genio e ingenio de Chávez cumplió un papel fundamental en la construcción de este proceso político en Venezuela que golpea a toda América Latina. El ALBA es una realidad que es un ejemplo de cómo avanzar en una verdadera alianza latinoamericana que busca la emancipación. Ahí hay interrogantes muy fuertes.
Yo sé que lo que voy a decir le caerá mal a mucha gente pero lo hago porque no hay que ser hipócrita. Yo creo que en el capitalismo estamos en guerra. Si los oprimidos no tenemos conciencia de esto estamos jodidos. Esa guerra tiene que tener una estructura orgánica que la contenga, tiene que generar una sociedad política como diría Gramsci, que no es la sociedad política opresora que existe en el capitalismo como instrumento del Estado sino que nace de la sociedad civil y es el ejercicio del poder colectivo de las clases subalternas. ¿Cómo se hace eso? Ese es el problema.
Básicamente significa construir una hegemonía de la base de la sociedad y en ese sentido el PSUV debe cumplir una función fundamental y todavía no lo ha hecho. Está dividido en una estructura muy burocrática y una masa que en algunos sectores está funcionando políticamente en un sentido de avance, están los centros comunales, las comunas socialistas y eso está funcionando tratando de buscar el ejercicio de la construcción de una organización política que rompa con la concepción Estado-masa, que es la dominante en el capitalismo. Creo que se vienen tiempos muy duros porque falta el condottiero y no puede ser reemplazado por otro. Como dice Gramsci, el “nuevo príncipe” es el partido. Llamalo articulación de espacios políticos, no hablemos de una estructura rígida, sino de un espacio de construcción política donde deben operar todas las vanguardias.
MH: Quiero aclarar que Hugo vivió 27 años en Venezuela y es profesor jubilado de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y también dio cursos a las Fuerzas Armadas venezolanas sobre lo cual quiero volver porque llama la atención dentro del proyecto político de Hugo Chávez la unión cívico-militar entre las Fuerzas Armadas y las organizaciones políticas de izquierda. Es un tema que me gustaría que comentaras luego. Chávez levanta al 84% de la sociedad venezolana en condiciones de pobreza. Hablabamos de la unidad cívico-militar de las Fuerzas Armadas venezolanas con las fuerzas políticas de izquierda. No son comunes este tipo de asociaciones.
HC: Habría que aclarar que entendés por organizaciones políticas de izquierda venezolanas. Antes de contestar quisiera hacer una observación más bien vinculada a la primera parte del programa donde conversamos acerca del proyecto político.
He estado en varios procesos, episodios, grandes movilizaciones de masas, de luto, de dolor, que tienen que ver con la política. El velatorio de Perón, de Evita pero a través de lo que vi en la televisión y me contaron mis familiares, mi hijo que está muy metido en el proceso, el dolor de la masa venezolana no es solo porque ha perdido su líder. Creo que en el impacto de la muerte de Chávez hay una convicción que nace de un colectivo que entiende que la verdadera continuidad de Chávez está en convertirse ellos en Chávez.
Hay un trabajo escrito de un bloguero venezolano donde habla de “Tú eres Chávez”, es el hijo, el hermano, esa condición se puede visualizar porque cuando Chávez levanta a la sociedad venezolana, el 84% de la población estaba en condiciones de pobreza y pobreza crítica y no tenía conciencia de su opresión, sino que la aceptaba como algo natural. Vivir 35 años, vender coca-cola para emborracharse y eso lo cambió Chávez. No hablo de empoderamiento de los pobres, pero sí de autoconciencia, de que son un gran sector oprimido pero tienen derecho a ejercer tanto su poder como la violencia política. Eso me parece muy importante porque esa movilización parte, marca la historia venezolana que es lo que mis colegas de la UCV, cuando tuve la confrontación por manifestarme chavista, les expliqué que no entendían que Chávez cambiaba la historia de Venezuela y podía llegar a producir una fractura en la historia latinoamericana, como de alguna manera lo hizo. Marcó el camino para construir una sociedad nueva que tiene que ver con los pueblos originarios pero que a mi juicio tiene una profundidad de proyecto político muy importante.
Con respecto al Ejército, Marcel Gravier, que es un connotado personaje de la derecha, sostuvo que el Ejército venezolano, a partir de Chávez, había sido infiltrado por el pensamiento de una serie de intelectuales marxistas. Cuando yo pedí la nacionalidad venezolana me la rechazaron durante tres años por subversivo. Me echaron de la universidad por marxista, primero estuve preso, con Susana, mi mujer, acusados de agentes castristas por el Partido Comunista (PC) y la derecha, y zafamos porque nos ayudó José Vicente Rangel. Estuvimos presos una semana y nos devolvían a Argentina en época de Onganía.
Después nos tuvieron vigilados varios años. Cuando reclamé por mi puesto en la Universidad me dicen que si insisto van a reactualizar mi prontuario político y me harán echar del país. En ese momento gobernaba COPEI. Me voy a trabajar en la Universidad de Mérida pero a los diez meses me llaman de la Comisión de la Administración Pública para ser asesor del equipo de la OEA que estaba dictando cursos para formar gerentes de empresas públicas en toda América Latina. Me contratan y vuelvo a Caracas teniendo a mi cargo la formación política y metodológica de los funcionarios públicos.
También me llaman de México donde gobernaba el PRI para dictar cursos de formación y las Fuerzas Armadas venezolanas piden el asesoramiento del Centro de Estudios Administrativos para América Latina para formar sus cuadros militares y yo fui como profesor de Teoría política y Métodos de investigación. Durante 4 o 5 años estuve dictando cursos en las tres fuerzas. Dictaba teoría política burguesa, conservadora y también marxista. Había militares argentinos de observadores que estaban horrorizados.
El Ejército venezolano está compuesto básicamente de sectores muy populares
Eso me permitió detectar que el Ejército venezolano está compuesto básicamente de sectores muy populares, donde había gente muy progresista. Acordate del famoso “Porteñazo”, el levantamiento de un comandante naval contra Betancourt, luego del golpe de Pérez Giménez, cuando rompe con Cuba. Había un sector donde había penetrado el PC en el Ejército y la Marina venezolanos.
La tradición del progresismo en el Ejército venezolano existe. Yo me encontraba con militares que no eran anticomunistas. Es una composición muy distinta al Ejército de clase que se vivió en Argentina y otros países de América Latina.
Por un lado eso y, por otro, la presencia de Chávez, el famoso MRB2000 que de alguna manera catalizó ese espíritu crítico que ya existía en el Ejército frente a una democracia que se decía la más perfecta de América Latina, pero era absolutamente falsa. Los mismos sectores de la Universidad que se proclamaban de izquierda, participaban en el campo de la cultura con los grandes partidos, tanto COPEI como Acción Democrática, en sus gobiernos, pero no tomaban conciencia que había un 84% de la población en situación de marginalidad. En 1989, el Caracazo sacó a la luz esa realidad política y social que nadie se la esperaba porque vivíamos en una especie de cúpula donde había una disidencia progresista, por ejemplo, la del PC.
El Caracazo empezó a romper esquemas y Chávez montado sobre aquél hizo el golpe en 1992 que fue torpe, le falló mucha gente, pero marcó un momento de degradación de la democracia y de un líder, porque Carlos Andrés Pérez, en la época de la bonanza, en los ’70, había nacionalizado el petróleo, pero convierte a PDVSA en una empresa que favorece a las transnacionales y a la burguesía venezolana.
MH: Se nos fue el programa. Nos quedaron varias cosas en el tintero. No pudimos comentar la reunión que comenzó ayer y hasta el 12 de abril en Rosario y Buenos Aires con la presencia de Vargas Llosa, Aznar, Joaquín Lavín, Luis A. Lacalle, ex presidente uruguayo, Jorge Quiroga de Bolivia. A último momento se bajó la bloguera cubana, Yoany Sánchez, quien decidió no concurrir aduciendo un malestar de salud. Forman parte de la Fundación Libertad creada en Rosario en 1988 por un grupo de empresarios, profesionales e intelectuales defensores del neoliberalismo, la Fundación Pensar, usina de ideas del PRO y el Faes, vinculado al Partido Popular de España. Todos estos personajes reaccionarios están reunidos en Rosario y allí, paralelamente, se está desarrollando un acto popular de repudio por parte de quienes los califican como golpistas que fracasaron en Venezuela, voceros del poder económico global, referentes del neoliberalismo iberoamericano y el fascismo internacionales. Esos son los términos de la convocatoria de la Comisión de repudio a la presencia del fascismo y la derecha internacionales que en este momento está desarrollando un acto-festival en la Plaza Pringles en la ciudad de Rosario desde las 18:00.
"http://www.lahaine.org/">La Haine