Chile: Ante las amenazas del poder. Contra el silencio y el inmovilismo
En las últimas semanas hemos visto cómo a través de la prensa los poderosos han iniciado una nueva ofensiva mediática/represiva contra el entorno anárquico/antiautoritario. Bajo la idea de atrapar a los responsables de atentados incendiarios y explosivos ocurridos desde el año 2011 hasta la fecha, nuevamente a través de páginas de periódicos y pantallas de televisión se configuran supuestos culpables con el fin de validar futuros golpes represivos ante la llamada “opinión pública”, deslizando posibles identidades, acusaciones y líneas investigativas.
Este es un contexto que no es nuevo en la continuidad de estrategias que a través de la historia desarrolla el poder para aniquilar toda expresión de lucha radical y revolucionaria. Además, tenemos el caso reciente de lo ocurrido el año 2010 con la campaña mediática que preparó el camino para la operación represiva del 14 de Agosto de ese año, la llamada “Operación Salamandra” a cargo del ex fiscal Peña, en la cual se allanaron más de una decena de domicilios particulares, centros sociales y casas okupa y se detuvo a 14 compañeros y otras personas por las acusaciones del denominado “Caso Bombas”, quienes tras pasar casi un año en prisión terminaron siendo absueltos por falta de pruebas.
Hoy el enemigo vuelve a potenciar su despliegue comunicacional y represivo para dar señales de gobernabilidad y control ante el creciente número de acciones explosivas e incendiarias reivindicadas por grupos anárquicos y otras sin reivindicación atribuidas por el poder a grupos del mismo tipo. El poder ha configurado hoy un escenario que promueve la psicosis colectiva hacia los bombazos al mismo tiempo que despliega la instalación mediática de viejas y nuevas tesis policiales sobre la identidad de los autores de estos ataques, instalando la necesidad social de su captura. Este despliegue comunicacional y su correlato represivo -con reuniones entre altas autoridades de la inteligencia, el poder ejecutivo, la Fiscalía y las policías- ha tenido como hito la oleada de ataques ocurrida durante los meses de mayo y junio de 2014 (reivindicados por grupos anárquicos), y más recientemente el artefacto explosivo que estalló a mediados de julio en un vagón del tren subterráneo en horario de atención de pasajeros (el cual ningún grupo se ha adjudicado), entre otras acciones.
Pero más allá de esta contingencia reciente, el poder y sus aparatos de inteligencia ya habían reactivado su ofensiva comunicacional a partir de la detención en España de los compañeros Mónica Caballero y Francisco Solar en noviembre de 2013, acusados de atentados explosivos contra iglesias. Luego se continuó con la difusión de tesis y conjeturas policiales en la prensa tras la muerte en acción del compañero Sebastián Oversluij en diciembre de 2013 en medio de una expropiación bancaria, posteriormente ocurre lo mismo tras la detención de la compañera Tamara Sol, quien disparó a un guardia bancario en enero de 2014, y también con todo lo que rodeó al juicio y condena de los compañeros acusados en el “Caso Security”.
¿Qué busca el enemigo hoy? Simple, basta con mirar atentamente la prensa oficial en su rol de vocera del dominio. Lo que busca el poder es sembrar la idea de que detrás de los últimos ataques se encuentran, principalmente, compañeros ya investigados y acusados en el “Caso Bombas” que se han mantenido activos en la solidaridad con los presos de la guerra social. El enemigo busca validar la idea de que solidaridad revolucionaria es igual a colocación de artefactos explosivos y que la lucha anárquica se sustenta solo a través de las bombas, por lo que todo sujeto activo en esta lucha puede ser objetivo de persecución. Para esto, los representantes del dominio intentarán también modificar la ley antiterrorista para potenciar su capacidad represiva con agentes encubiertos y otras técnicas propias del accionar policial contra el tráfico de drogas.
Sin embargo, como ya se dijo, la experiencia revolucionaria a través de la historia demuestra que este tipo de tácticas forman parte del variado arsenal con que los agentes del dominio intentan neutralizar y aniquilar a los movimientos y entornos de lucha que propagan la rebelión contra el sistema de dominación, evitando así la extensión del conflicto contra el poder hacia otros actores en lucha y la propagación de las ideas y prácticas de libertad hacia otros sectores de la sociedad.
Sin embargo, lo que se busca en el mediano plazo es el encarcelamiento de compañeros y el ataque a un entorno de lucha colectivo.
Ante esto, nuestra posición no es la victimización ni el intento por limpiar la imagen de la ofensiva antiautoritaria ni de la ideología “anarquista”, pero tampoco permitir que el inmovilismo y el silencio dejen el camino libre a los planes de quienes desean hacer de la sociedad un cementerio de obediencia, resignación y cobardía.
Hacemos el llamado a los compañeros antiautoritarios a asumir este contexto desde una perspectiva colectiva, ante el paso adelante dado por el poder antepongamos la solidaridad con nuestros compañeros apuntados a través de la prensa y defendamos nuestras posiciones de lucha con todos los medios a nuestro alcance. La lucha antiautoritaria no jerarquiza entre compañeros ni medios de lucha, por lo cual cada gesto, por pequeño que parezca, puede aporta en contrarrestar el cerco que intenta imponer el poder si nos proponemos propagar ideas, valores y prácticas antiautoritarias que identifiquen claramente al enemigo.
Que el estar alerta de los pasos que da el poder no sea motivo para caer en la paranoia, el inmovilismo y el auto silenciamiento de las ideas. No esperemos a que otros actúen y potenciemos los aspectos auto organizativos de nuestra lucha, con propaganda y acción multiforme, con discusiones y debates que potencien la afinidad, con lazos que permitan fortalecer el compañerismo y la solidaridad para que al enfrentar posibles golpes represivos la lucha no se detenga ni un minuto. Aprendamos de nuestros errores pasados, tal como el enemigo aprende de los suyos.
Porque en la guerra contra el poder, hoy agudizada, el continuo de lucha y rebelión que nos une con tantos compañeros anárquicos y revolucionarios en la historia y también en el presente, en este territorio y en otros lejanos, nos llama a la acción ante el ataque contra nuestras ideas y compañeros en lucha, combatiendo la atomización y los deseos de desligarse del contexto actual.
Que el silencio y la comodidad cotidiana no dejen el camino abierto a la represión.
Hoy es cuando demostramos de lo que realmente estamos hechos en la lucha.
A propagar la ofensiva antiautoritaria multiforme contra el poder y todo tipo de autoridad.
Algun@s anárquic@s que no se rendirán.
Agosto 2014, Chile.
Tomado de contrainfo