Chile insólito: ayer me mató la Dictadura y hoy la Concertación se niega a resucitarme
A todos los organismos de DDHH en Chile y el Mundo:
Antes, en el 1973 pusieron mi foto entre los más buscados que tenían que presentarse voluntariamente ante las autoridades golpistas. Posteriormente fui hecho prisionero y obligado a permanecer en varios Campos de Concentración y Centros de Tortura. A finales de 1976 fui puesto en una lista de los que no podían vivir en Chile y fui expulsado del país, con gran promoción en la prensa pinochetista del Mercurio, La Tercera y otros pasquines miserables.
Fuimos subidos a un avión con un papel válido sólo para salir del país, sin ningún tipo de documentación ni pasaporte.
Aunque desde hace 20 Años vivo en los EE.UU. entre los millones de ilegales, indocumentados o "espaldas mojadas", siempre he estado haciendo presente esta situación urdida por la dictadura y autoridades militares del pinochetismo --una de las tantas barbaridades de ese pasado reciente.
Pero hoy en el 2006, para mi sorpresa, cuando se me ocurrió visitar el Consulado de Chile en Nueva York para renovar mi Pasaporte (el que saqué y renové sin problemas después del recambio del Pinochetismo por la Concertación), se me dijo que yo estoy muerto según El Diario Oficial de Chile y, por tanto, no podré renovar mi pasaporte... ¡Tres veces pataelaucha, tres veces indocumentado y tres veces mojado, como dicen Los Tigres del Norte!
Mientras la Dictadura me mató, la Concertación se niega a resucitarme. ¿Qué me dicen Uds.? ¿O es que me matan porque me matan?
11 de febrero del 2006
El Mismo: Víctor Hugo Toro Ramírez
Nota: Usted podría atestiguar que estoy vivito y coleando, que me vio, que mantiene contacto conmigo, en pleno siglo XXI.
N de la R: Víctor Toro fue líder obrero y miembro de la dirección del MIR chileno durante los años de crecimiento de las luchas populares en Chile, desde fines de los '60 hasta unos años después de la llegada de la dictadura de Pinochet, en 1973. En el exilio se convirtió en uno de los mayores defensores de las posiciones originales, más revolucionarias, del MIR. Hasta hoy continúa destacándose por su militancia social en los barrios pobres de Nueva York y por su solidaridad con distintos movimientos de liberación latinoamericanos