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Medio Oriente, EE.UU. :: 20/12/2021

Cómo dirigió Washington la purga de los cristianos de su "Nuevo Oriente Medio" (I)

Tim Anderson
El creciente cúmulo de guerras forma parte de un proyecto mayor que denominaron el "caos creativo", implicado en los "dolores de parto" de la visión de EEUU

Detrás de su "cruzada" pseudocristiana del siglo XXI, fue Washington quien ideó la purga de cristianos de la región, en pos de su objetivo declarado de crear un "Nuevo Oriente Medio".

Esa purga se valió del judaísmo sectario, dirigido por el Israel del apartheid, de lo peor de los islamistas sectarios, dirigidos por los saudíes y los grupos de la Hermandad Musulmana, y de la limpieza étnica llevada a cabo por los proyectos separatistas kurdos respaldados por EEUU tanto en Iraq como en Siria.

Muchas fuentes hablan de la reciente purga de cristianos en Oriente Medio. Los propios miembros de las comunidades cristianas más antiguas escribieron sobre la "limpieza étnica de los asirios de Iraq", poco después de la invasión estadounidense de 2003. Más tarde, se culpó al grupo terrorista Daesh.

En 2015, el papa Francisco I exigió el fin inmediato del "genocidio" de cristianos que se estaba produciendo en Oriente Medio. En 2018, repitió este llamamiento ante ROACO, un grupo de ayuda a las Iglesias orientales, hablando del riesgo de "eliminar a los cristianos" de Oriente Medio y del "gran pecado de la guerra". Sin embargo, no señaló con el dedo a ningún estado o grupo en particular como responsable; un fallo por el que fue reprendido por el sacerdote sirio Padre Elias Zahlawi.

Los medios de comunicación de guerra occidentales han culpado a todos, desde el Daesh hasta Hamas, pasando por los musulmanes en general, de la constante expulsión de los cristianos de Palestina, Iraq y Siria. Pero todas esas afirmaciones fallan. Los EEUU y sus colaboradores, incluida Australia, son los principales impulsores de este gran crimen. 

La sociedad liberal occidental también ha desempeñado un papel, enorgulleciéndose de dar refugio a las "minorías perseguidas", mientras ignora la responsabilidad de las guerras que impulsan a estos refugiados.

Los objetivos de la "cruzada" de Washington, que oficialmente se dice que es contra el "terrorismo", quedaron claros en los años posteriores. El creciente cúmulo de guerras forma parte de un proyecto mayor que la ex secretaria de Estado estadounidense Condoleezza Rice, en 2005 y 2006, denominó el "caos creativo" implicado en los "dolores de parto" de la visión de Washington de un "Nuevo Oriente Medio". Eso significaba "eliminar" múltiples estados independientes, que según el general Wesley Clarke son, después de Afganistán, "Iraq, luego Siria y Líbano, después Libia, luego Somalia y Sudán, y de nuevo Irán".

Aquellos que se centran sólo en las purgas de Daesh, o reclaman alguna reacción musulmana "orgánica" a las diversas invasiones y guerras por delegación de EEUU, pasan por alto la mano directora de Washington. Ese ha sido el motor clave detrás de la catástrofe que ha caído sobre toda la región y, en particular, sobre las comunidades cristianas más antiguas del mundo en varios países de Asia Occidental.

Como la lucha contra Daesh se convirtió en el principal pretexto falso para ocupar tanto Iraq como Siria, echemos un vistazo primero a las pruebas de la responsabilidad de EEUU en el ISIS, antes de pasar a la purga de los cristianos en Palestina, Iraq y Siria.

La responsabilidad de Washington en Daesh

A principios de 2007, el periodista de investigación estadounidense Seymour Hersh escribió sobre "la reorientación" de la política de EEUU, que se centraría en el uso de Estados musulmanes "suníes moderados", como Arabia Saudí, para contrarrestar la influencia del Irán musulmán chií. El conflicto sectario estaba en el centro de la idea del "caos creativo".

Deash fue creado en 2004-05 en Iraq como AQI o ISI, por los saudíes bajo la dirección de Washington, para inflamar la violencia sectaria y, en particular, para mantener separados a los gobiernos dominados por los chiíes de Iraq e Irán (después de Saddam Hussein). Este grupo terrorista cometió espantosas atrocidades sectarias contra civiles iraquíes, especialmente musulmanes chiíes. En 2007, los documentos del ejército estadounidense mostraban que el mayor grupo de combatientes extranjeros de ISI/AQI en Iraq procedía de Arabia Saudí. 

En agosto de 2012, la agencia de inteligencia estadounidense DIA predijo que era probable un "principado salafista en el este de Siria", ya que las fuerzas extremistas dominaban la insurgencia, y eso era "exactamente" lo que EEUU quería, para "aislar al régimen sirio" en Damasco. 

El resurgimiento de Daesh tanto en Iraq como en Siria, entre 2012 y 2017, se produjo tras el fracaso de otros apoderados para derrocar al gobierno de Damasco y el temor de Washington a los crecientes lazos entre Damasco, Bagdad y Teherán, que se enfrentaban a amenazas de seguridad comunes. 

Practicando el viejo "divide y vencerás", Washington estaba decidido a mantener las barreras entre Irán, Iraq y Siria. Sin embargo, fueron las fuerzas combinadas de estos tres vecinos las que finalmente expulsaron al ISIS de las principales ciudades y pueblos. El ex secretario de Estado John Kerry admitió parcialmente que Washington observaba cómo crecía el grupo terrorista con la esperanza de poder controlarlo, mientras el ISIS se apoderaba de las ciudades de Mosul en Iraq y de Raqqa y Palmira en Siria.

A finales de 2014, altos funcionarios estadounidenses, entre ellos el vicepresidente Biden y el jefe de las Fuerzas Armadas de EEUU, el general Martin Dempsey, admitían que sus "principales aliados" en la región habían estado armando y financiando a todos los grupos extremistas en Siria, incluidos los grupos proscritos por el Consejo de Seguridad de la ONU, Jabhat al Nusra y Daesh, en un intento de derrocar al gobierno sirio. Dempsey reconoció que los "principales aliados árabes" financian a Daesh, mientras que Biden nombró a Turquía, los saudíes y los emiratíes como los que han vertido "cientos de millones de dólares y miles de toneladas de armas" en "cualquiera que luche contra Assad." Fue poco sincero por parte de Biden y Dempsey sugerir que sus "principales aliados" tomarían ese rumbo de forma independiente.

A pesar de estas admisiones, y a pesar de la exitosa purga de Irán-Iraq-Siria de Daesh anunciada por el general iraní Qassem Suleimani en noviembre de 2017, se mantuvo la intervención militar directa de EEUU tanto en Irak como en Siria, con el pretexto de "luchar contra Daesh".

Ninguno de los cristianos de Palestina es israelí

Los únicos "residentes" cristianos (Israel no los reconoce como "ciudadanos") en la colonia israelí son palestinos, y están sometidos a la misma limpieza étnica que sus hermanos mayoritariamente musulmanes. Washington y sus aliados de la OTAN se quejan ocasionalmente de la expansión de los "asentamientos" israelíes en Palestina, pero en la práctica, Washington es el principal financiador extranjero de la colonia, mientras que EEUU, Alemania y algunos otros europeos son los principales proveedores de armas de Israel.

Los cristianos son ahora una minoría muy pequeña en la Palestina ocupada, pero antes eran muchos más, al menos en ciertas zonas. Una fuente eclesiástica sitúa a los cristianos en el 11% de Palestina, al final de la era otomana en 1922. Sin embargo, Ramzy Baroud afirma que "las estimaciones más optimistas" sitúan hoy a los cristianos palestinos en menos del 2% de la Palestina ocupada. 

Algunos descensos han sido bastante recientes. La población cristiana de Belén en 2020 era sólo del 22%, pero se dice que era mucho más sólo diez años antes. Otros pueblos han sufrido grandes pérdidas. En Beit Jala, la mayoría cristiana cayó del 99% al 61%; en Beit Sahour, del 81% al 65%. Un estudio de la Universidad Dar Al-Kalima concluyó que el fuerte descenso de los cristianos en Beit Jala se debía a "la presión de la ocupación israelí... las políticas discriminatorias, las detenciones arbitrarias, la confiscación de tierras que se sumaron a la sensación general de desesperanza entre los cristianos palestinos".

Los medios de comunicación israelíes culpan a Hamas del declive de los cristianos en Gaza. Pero los cristianos palestinos culpan a Israel. El sacerdote sirio Padre Zahlawi planteó esta pregunta al Papa Francisco: "Si usted quiere sugerir que los musulmanes son los que obligan a los cristianos a abandonar "la tierra que aman" ... ¿cómo puede explicar su emigración a un ritmo preocupante desde el establecimiento de Israel, mientras que ellos los cristianos a lo largo de cientos de años, vivieron ... al lado de los musulmanes?"

Sin duda, las atrocidades cometidas contra la juventud palestina en Belén han contribuido a la purga en esa ciudad. En el "campamento" de Dheisheh, ahora un suburbio exterior de Belén, un joven refugiado de tercera generación dijo a este escritor a principios de 2018 que el comando sur israelí tenía una práctica declarada de disparar sistemáticamente a los jóvenes palestinos en las piernas y las rodillas, para lisiarlos. Muchos relatos publicados apoyan su historia. Era y es una campaña sistemática contra los palestinos tanto musulmanes como cristianos.

Purgas en Iraq tras la invasión de 2003

Aunque los iraquíes temían a Saddam Hussein, muchos cristianos también temían su destitución, ya que su gobierno había sido "ampliamente tolerante con su fe y contaba con cristianos de alto rango". A finales de 2004, ese temor generalizado persistía, y los cristianos creían estar "en lo alto de la lista de objetivos". Sólo eran el 3% de la población iraquí, pero su comunidad era "una de las más antiguas de Oriente Medio... [y había] desempeñado durante mucho tiempo un papel importante en la política, la sociedad y la economía iraquíes". 

Sólo un año después de la invasión ilegal de EEUU en marzo de 2003, los extremistas islámicos bombardearon muchas iglesias iraquíes, con 59 iglesias asirias bombardeadas: "40 en Bagdad, 13 en Mosul, 5 en Kirkuk y 1 en Ramadi". Esto fue más o menos en la época en que Al Qaeda en Irak (AQI, más tarde ISI, y más tarde todavía DaeshS) comenzó sus operaciones. 

Un informe de 2007 (revisado en 2017) hablaba del "incipiente genocidio" de los asirios iraquíes, en su mayoría cristianos. Para entonces, se decía que 118 iglesias habían sido atacadas o bombardeadas. El informe decía que "los asirios constituían el 8% (1,5 millones) de la población iraquí en abril de 2003. Desde entonces, el 50% ha huido del país". En 2007, había más de 1,2 millones de refugiados iraquíes en la vecina Siria. 

El informe asirio culpaba a los musulmanes extremistas, pero también a las nuevas administraciones kurdas. "Las autoridades kurdas negaron la ayuda extranjera para la reconstrucción de las comunidades asirias y utilizaron los proyectos de obras públicas para desviar el agua y otros recursos vitales de las comunidades asirias a las kurdas. Las fuerzas kurdas bloquearon los pueblos asirios. Los niños fueron secuestrados y transferidos por la fuerza a familias kurdas". 

Ya en la década de 1970, Washington había conseguido el apoyo de los líderes kurdos del norte de Iraq, al principio como contrapeso a Saddam Hussein (que también fue colaborador de EEUU en las décadas de 1970 y 1980) y más tarde como herramienta para dividir y debilitar cualquier gobierno en Bagdad. Israel también tiene una presencia de larga data en el Kurdistán iraquí, "más conspicua" en los últimos años.

El fuerte resurgimiento en 2014 de Daesh en Iraq, después de haberse reactivado y rebautizado para ayudar a dividir tanto a Iraq como a Siria, renovó estas presiones. Un informe de 2015 señalaba que, aunque Daesh había "matado a musulmanes suníes y chiíes, está claramente comprometido en una campaña sistemática para librar a Iraq de los no musulmanes y de las comunidades étnicas minoritarias, incluidos los cristianos asirios". El grupo terrorista, esencialmente un instrumento de Washington a través de los saudíes, dio a los cristianos de Mosul las "opciones" de convertirse al Islam, pagar un impuesto religioso o morir. Muchos huyeron. 

Cuando la segunda ola de ataques de Daesh golpeó a Iraq en 2014, el grupo terrorista se apoderó de Mosul y expulsó a miles de cristianos de esa gran ciudad y de la cercana y más pequeña ciudad de Qaraqosh, cerca de las ruinas de la antigua Nimrod y Nínive. La mayoría de esos asirios huyeron al norte, a la región del Kurdistán, pero muchos otros abandonaron el país. EEUU había advertido de una "catástrofe humanitaria" por los ataques de Daesh, pero estaba más preocupado por desmembrar los estados iraquí y sirio. 

Antes de Daesh, Mosul contaba con más de 15 mil cristianos; a mediados de 2019 sólo habían regresado 40. Un informe cristiano de 2019 hablaba del "genocidio" de cristianos y yazidíes, y de un clima de violencia y agitación de 15 años, tras la invasión estadounidense. El libro de Sargon Donabed "Reforzando una historia olvidada", concluye que los 1,4 millones de cristianos iraquíes de 2005 se habían reducido casi a la mitad, hasta 750 mil, en 2014.

Los separatistas kurdos de Iraq y Siria, respaldados por la coalición bélica estadounidense, aumentaron las presiones sobre las comunidades asirias y otras cristianas. Después de los islamistas sectarios, reclutados en su mayoría por las monarquías del Golfo, los separatistas kurdos se convirtieron en la segunda herramienta de Washington para dividir y debilitar a esos Estados independientes. De hecho, en el norte de Irak, la noción de un "segundo 'Israel'" fue ampliamente pregonada. 

En septiembre de 2017, cuando un referéndum kurdo en el norte de Iraq intentó convertir el estatus federal en un estado separado, este intento de secesión fue repudiado por el parlamento y el gobierno iraquíes. Israel fue "el único Estado que apoyó [abiertamente] la secesión kurda de Iraq". Las fuerzas iraquíes entraron y tomaron el control de Kirkuk en cuestión de horas, aplastando el plan de secesión.

Sin embargo, la región del norte de Iraq había desarrollado relaciones estratégicas tanto con EEUU como con Israel y se convirtió en una base para operaciones encubiertas destinadas a dividir Iraq y desestabilizar tanto a Irán como a Siria. Pero estos planes encontraron resistencia. Desde al menos 2007, Irán comenzó a bombardear a los grupos insurgentes antiiraníes en su frontera, que se refugiaban en el Kurdistán iraquí. El bombardeo iraní de estos apoderados de EEUU dentro de las fronteras del norte de Iraq continuaba a finales de 2021. 

Por lo tanto, Washington fue el principal impulsor y autor intelectual de la desaparición de los cristianos de Iraq, al invadir Iraq, destruyendo la relativa protección que se había ofrecido a los cristianos; luego desestabilizando las nuevas administraciones de Bagdad con el terror a través de las creaciones islamistas sectarias de estilo saudí (AQI/ISI y más tarde Daesh), que purgaron a los cristianos y a otras minorías; y finalmente apoyando una zona norteña controlada por los kurdos, que purgó aún más a los cristianos autóctonos y en particular a los asirios. Esa operación se trasladó posteriormente al noreste de Siria, adonde los asirios y los armenios habían huido un siglo atrás, buscando refugio de las masacres del Imperio Otomano.

Al Mayadeen

 

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