COP28, los pobres siempre ausentes
Dubai, desde el 30 de noviembre hasta el 12 de diciembre, será sede de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, conocida como COP28.
Se volverá a hablar de que el objetivo es reducir a menos de 2ºC grados el calentamiento de la tierra, el grupo de expertos de la ONU, recomienda bajarlo a 1,5º. C. Se discutirá sobe el fin de los combustibles fósiles. Se hablará que todo proyecto extractivista debe respetar los DDHH y de los pueblos indígenas, según las salvaguardas del Banco Mundial y dirán que es urgente impulsar proyectos de energía renovable.
Los científicos insistirán en que si no se detienen la contaminación y la destrucción de la naturaleza vamos a nuestra total destrucción, que la ciencia es clara, que se está haciendo muy poco y que se tiene que hacer más.
Los empresarios y empresas, sobre todo de los países llamados desarrollados: Canadá, EEUU, Unión Europea, Brasil, China, Rusia, India, entre otros, privilegiarán sus ganancias y superávit e insistirán en sus negocios. Los bancos inversores, como el BID, BCIE, FMO, KFW, bancos de los países desarrollados, buscaran nuevos lugares para invertir sus capitales y obtener frondosas ganancias.
Los autonombrados representantes de la sociedad civil y de pueblos indígenas, en calidad de negociadores, representando a sus ONG o sus consorcios de ONG como el CICA de Centroamérica, la COICA de la Amazonia, los Cuatro Primeros Pueblos de Canadá y otros insistirán en la creación y financiamiento de más proyectos, programas o el fortalecimiento de los programas REDD, que nunca han sido de beneficio a los pueblos indígenas, sólo ha “engordado” a un grupo de personas que en su momento fueron líderes sociales y ahora son como una especie de jetset social.
En esta reunión desfilaran jefes de Estado con muchos discursos relacionados con el clima. Algunos a favor de mitigar el calentamiento global y otros negando que es una realidad, como ha sido la actitud de EEUU en todas las COP. Los países pobres mendigando apoyo para resolver la situación, como la famosa propuesta en la COP27, “cambiar la deuda por compromisos del clima, que no ha sido nada favorable a los pueblos ni al clima”. Al contrario, a cambio de eso, instalaciones de bases militares norteamericanas en la Amazonia.
Pero los territorios indígenas siguen siendo acosados por el gran capital.
Entonces, en esta COP28, Dubái demostrará que se puede seguir explotando petróleo, otros dirán que no hay tal calentamiento global, los empresarios y bancos buscando formas para ganar más y los lideres y movimientos sociales gritando y cabildeando por programas que no llegan a la población.
Mientras eso sucede, para los pueblos el “desarrollo” sigue siendo “muerte”. Y los asesinados del desarrollo como Bertha Cáceres en Honduras, David y Hageo en Río Dolores (Guatemala) seguirán impunes.
Maya poqomchi