Portugal: Crisis - no hay sólo una salida
"Hoy en día, Sócrates [Primer ministro de Portugal] es ya un cadáver político, y muchos sólo esperan en silencio que el desarrollo de los acontecimientos les diga el momento oportuno para reconocer la muerte. El cadáver político está ahí, la familia lo va a enterrar."
La frase en epígrafe, escrita el pasado febrero, llegó en sentido contrario a las noticias y los comentarios de los medios de comunicación. Entonces, los medios promovían todavía a José Sócrates, que continuando la labor iniciada por Mário Soares, ya había completado el proceso de fusión ideológica del Partido Socialista (PS) con la derecha y había consolidado su rendición incondicional al capitalismo y al neoliberalismo.
La profunda crisis sistémica del capitalismo, hace mucho prevista, una crisis económica, financiera, social, cultural y moral que sacude al mundo, en Portugal se vio agravada por las consecuencias de la adhesión a la UE: el desmantelamiento y la destrucción de la agricultura y el desmantelamiento de la industria transformadora y de la pesca…
La elección en el último marzo de Passos Coelho [como secretario general del opositor Partido Social Demócrata (PSD)], al igual que Sócrates un político sin preparación, poco culto, sin pasado ni futuro políticos, no ha permitido a los medios reflejar en lo inmediato la retirada del apoyo del gran capital a José Sócrates. Era necesario que las medidas impuestas por los monopolios recayesen en Sócrates, el chef del turno cesante.
Al reunirse primero con Passos Coelho en la sede del PSD, el 13 de octubre último, seis meses y tres PEC’s [Programa de estabilidad y crecimiento] pasados, y solo el día siguiente con el ministro de Finanzas, Teixeira dos Santos (en estos casos nunca hay problemas de agenda…), el gran capital quiso decir, inequívocamente, quien era ahora su respaldado. La sustitución de Sócrates por su ministro de Finanzas en la reunión del día siguiente ha sido el expediente diplomático para ocultar el vejamen.
Ahora sí, la prensa puede dar continuidad a la maniobra. Y lo hizo: la mayoría de los economistas de costumbre que abarrotaban los medios de comunicación con sus comentarios fueron sustituidos. Sócrates ha perdido los favores de la prensa, que pasó a hacer el obvio retrato de él: un político sin preparación, sin ideas ni convicciones, que ha sido publicitariamente promovido como si de una pasta de dientes se tratase. Y muchos de los que en los últimos años lo precedieron con incienso son hoy sus más cáusticos críticos.
POLÍTICA EUROPEA PARA LA RECUPERACIÓN DEL CAPITAL
El estallido de la crisis y su desarrollo no solo ha destruido los mitos del desarrollo continuo del capitalismo y de su beneficio común para el trabajo y el capital. También puso al desnudo que la crisis es una consecuencia inevitable del sistema capitalista mismo, destacó las tensiones entre el imperialismo estadounidense y europeo y además mostró el conflicto de intereses dentro de la misma Unión Europea.
Sin embargo, no está claro para una parte significativa de la clase obrera y del pueblo que la Unión Europea, un instrumento del capital monopolista europeo, se aprovecha de la crisis del capitalismo para exigir de los gobiernos una reducción drástica de los salarios y de los derechos sociales conquistados hace décadas. Como no está claro que el objetivo es la recuperación del capital ficticio que la banca y otros grupos monopolistas han perdido con el estallido de la crisis, a expensas del recorte de salarios y pensiones y de una disminución creciente de los derechos sociales.
Para los grupos monopolistas y la Unión Europea las medidas adoptadas son aún insuficientes. Si antes de la aprobación del Presupuesto General del Estado (PE) todos decían que se trataba de un documento «fundamental para calmar los mercados», el día siguiente a su aprobación la Comisión Europea dio la bienvenida al acuerdo, pero no dejó de añadió que «era necesario una reducción más rápida del déficit», y luego los intereses de la deuda pública, una vez más, comenzarán a subir.
Estos comportamientos eran predecibles. En el 1er día del debate sobre el PE en la SIC-noticias, Morais Sarmento (PSD) y Francisco Assis (PS) lamentaron el tono en que se dio el debate, por que dificulta los futuros acuerdos entre los dos partidos para pergeñar nuevos agravios contra la clase trabajadora. Tanto que Assis dejó escapar: «... además porque en mayo vamos tener que negociar otro PEC».
Incluso, antes del comienzo de la discusión del Presupuesto del Estado en el Parlamento, al terminar la reunión de la Comisión de Política del PS donde Sócrates explicó el acuerdo PS/PSD, el presidente del Partido Socialista, Almeida Santos, comentó a los periodistas: «Los sacrificios que se exigen a la gente no son sacrificios inasequibles. Esperemos que el país nunca tenga que enfrentar peores sacrificios. Las crisis no son sólo del gobierno, son también de los ciudadanos, y la gente tiene que sufrir la crisis como el gobierno la sufre»!
Michael Hudson, profesor en la Universidad de Missouri, el 30 de septiembre en New Economic Perspectives resume cuales son los objetivos de la UE con esta cita: «El objetivo es reducir los salarios en cerca de 30% o más, hasta niveles de depresión, alegando que eso "dejará más superávit" para pagar la deuda. (...) Se trata de un proyecto de reversión de la era de las reformas democratico-sociales, que Europa hay experimentado en el siglo pasado.»
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En su caída, Sócrates arrastrará el PS a una profunda derrota, y muchos de los que estuvieran años callados entienden ahora que este es «... el momento oportuno para reconocer la muerte» política del hasta ahora jefe indiscutido.
El gobierno muestra cada vez más pruebas de desintegración y desorientación. Incluso, los ministros y secretarios de Estado se desdoblan en contradicciones, en conflictos y en disparates.
Para la clase trabajadora y demás clases y estratos explotados sigue habiendo un solo camino: luchar y aprender con la vida que el capitalismo no es reformable, y que en esta su etapa senil puede, incluso, conducir a la humanidad a una nueva barbarie.
Desengáñense los que creen que en los parlamentos se pueden ir creando las condiciones para revertir la situación. En particular con la dictadura mediática de los medios apellidados "de referencia", los parlamentos son un instrumento del capital monopolista.
Como sin vergüenza reconoció el multimillonario estadounidense Warren Buffet, en una frase que debería causar escalofríos en los medios de comunicación portugueses: «Hay una guerra de clases, es cierto, pero es mi clase, la clase de los ricos, la que están haciendo la guerra, y la estamos ganando».
El camino será probablemente largo hasta que la clase trabajadora revierta la situación y pase a la ofensiva. Sin embargo, este importante cambio en la correlación de fuerzas sólo será posible cuando, y si, la lucha de clases se llevar a cabo en sus tres formas – teórica, política y económica – de manera coordinada e interrelacionada.
Sólo entonces se convertirá la justa revuelta de hoy contra la injusticia en la lucha por la transformación del país y del mundo.