Crítica de la razón tecnofeudal
El declive de la imaginación progresista, que venía durando décadas, ha terminado. Ahora que se nos permite trabajar con opciones distópicas, la tarea de imaginar alternativas sistémicas se antoja mucho más fácil, ya que, según parece, el tan esperado fin del capitalismo podría ser simplemente el comienzo de algo mucho peor. El capitalismo tardío es ciertamente nocivo, con su cóctel explosivo de cambio climático, desigualdad, brutalidad policial y pandemia mortal. Pero al haber hecho la distopía 'great again', algunos en la izquierda han procedido con sigilo a revisar el adagio jamesiano: hoy es más fácil imaginar el fin del mundo que la continuidad del capitalismo tal y como lo conocemos.