Cuatro cosas que hay que saber sobre Irán
¿Cuál es la importancia de Irán?
El país ocupa el cuarto lugar del mundo en reservas de petróleo y el segundo en reservas de gas. A pesar del calentamiento climático, el petróleo y el gas continúan siendo las materias primas estratégicamente más importantes. Al precio actual el valor de las reservas fósiles de Irán es de varios miles de millones de dólares.
También la situación geográfica de Irán tiene una importancia estratégica particular. Está situado en Oriente Medio, una región que posee el 48 % de las reservas de petróleo y el 40 % de las reservas de gas. Además esta región conecta Europa con Asia y es crucial en el comercio internacional.
El estrecho de Ormuz, cerca de la costa iraní, es un paso muy estrecho por el que transita alrededor de un quinto del petróleo de Oriente Medio y un quinto del gas natural licuado del mundo, lo que también confiere al país una gran importancia estratégica.
Con una población de 90 millones de habitantes, Irán es una potencia subregional. También es el principal país chií y, por lo tanto, extiende su influencia a los países de la región que tienen importantes grupos de población chií como Irak, Líbano, Yemen y Siria. Los chiíes constituyen una de dos principales ramas del islam, los suníes forman la otra.
La importancia del país persa está clara en Occidente. En 1953 EEUU y Gran Bretaña organizaron un golpe de Estado, entre otras cosas para proteger los intereses petroleros británicos. Hasta 1979 Irán fue vasallo de EEUU. Junto a Israel y Arabia Saudí, Teherán formaba el principal peón de EEUU y Occidente para mantener la región bajo su control.
La situación cambió en 1979. Surgió una revolución dirigida por el ayatolá Jomeini. Desde entonces Irán empezó a seguir su propio camino que, obviamente, no era del gusto de Occidente. Lo que nos lleva al siguiente punto.
¿Por qué Occidente es hostil con Irán?
Desde 1979, gracias a su autonomía y su influencia exterior, Irán socava el dominio de Occidente e Israel en la región. Se trata de intereses económicos y geoestratégico considerables. EEUU en particular, en colaboración con Israel, ha hecho todo lo posible para provocar un cambio de régimen. Como fracasaron, intentaron debilitar y desestabilizar al país.
Al contrario de Irán, Israel fue armado hasta los dientes por Occidente e incluso ha podido desarrollar armas nucleares.
Todos los países que siguen su propio camino con independencia de EEUU sufren el mismo destino que Irán. Pensemos en Cuba, Venezuela, Nicaragua o China. No tiene nada que ver con los derechos humanos. Basta con ver cómo Occidente mima a Arabia Saudí o cómo permite a Israel ejecutar su genocidio contra Gaza prácticamente sin molestias.
Inmediatamente después de la revolución de 1979 Washington emprendió sanciones económicas contra Irán. A partir de 2006 esas sanciones fueron en aumento, teóricamente contra el programa nuclear iraní. Hubo un ligero aflojamiento con Obama, pero desde Trump las sanciones son muy duras y están dirigidas a las exportaciones de petróleo, a las transacciones financieras, al transporte marítimo y a otros sectores de la economía iraní.
Con las sanciones, Occidente espera debilitar al país en el terreno económico y socavar la autoridad del Gobierno iraní, con la esperanza de un cambio de régimen o una disminución de la influencia del país en la región.
En cualquier caso esas sanciones tienen un impacto considerable en la economía de Irán. El valor de su moneda, el rial, cayó mucho, la inflación toca el cielo (con más del 40 %) y el desempleo de los jóvenes pasa del 20 %.
Occidente también ha intentado enfrentar a los países suníes de la región contra Irán, pero desde el acuerdo entre Irán y Arabia Saudí esa estrategia de divide y vencerás ha fracasado. Mientras Irán se ha unido a los BRICS+ (1) y mantiene buenas relaciones con Rusia y China, la hostilidad de Occidente es mayor que nunca.
Ese sentimiento se refleja también en los grandes medios de comunicación. Como en el caso de otros países «molestos», la cobertura sobre Irán es sumamente tendenciosa. Por supuesto que el país tiene muchos problemas y naturalmente se debe publicar en los medios, pero invariablemente se da una visión negativa del país y los errores y los problemas se exageran.
Para encontrar información fiable sobre Irán, es preferible acudir a los medios alternativos.
¿Quién detenta el poder en Irán?
El sistema político iraní presenta ciertas similitudes con el nuestro. Existen la separación de poderes y un Parlamento elegido que redacta las leyes, aprueba el presupuesto y puede pedir cuentas a los ministros.
Con respecto a la mayoría de los países vecinos, el nivel de democracia es indudablemente alto. Los Emiratos Árabes Unidos, Catar, Omán y Arabia Saudí, por ejemplo, no tienen parlamento. El último ni siquiera tiene constitución.
Existen sin embargo diferencias importantes con respecto a nuestro sistema. Aquí la élite económica tiene mucho poder e influencia entre bambalinas. En el terreno económico nuestros parlamentos no pintan mucho, es el mundo de los negocios el que determina el volumen y el lugar de las inversiones y son los bancos centrales, no elegidos, los que determinan la política monetaria.
En Irán el mundo de los negocios se ha marginado deliberadamente para impedir que las empresas ejerzan más influencia o promuevan un cambio político.
En Irán hay un Guía Supremo comparable a un régimen presidencial fuerte como en Francia o EEUU. Es la persona más poderosa del país, no está implicado directamente en el proceso legislativo, pero puede enviar directivas que influencian la orientación política y la legislación. Es designado por la Asamblea de Expertos, un consejo de 88 eruditos y juristas islámicos elegidos directamente por el pueblo para un mandato de ocho años.
Irán tiene además un presidente. El actual acaba de morir en un accidente de helicóptero. Su poder se puede comparar con el de un primer ministro en el caso de un régimen presidencial fuerte. El presidente dirige el Gobierno y las políticas ejecutivas, pero trabaja dentro de los límites fijados por el Guía Supremo.
Una diferencia importante con respecto a nuestro sistema político es la existencia de un Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI), creado poco después de la revolución de 1979. El ejército iraní anterior a 1979 se consideraba fiel al antiguo Sah y a Occidente y por lo tanto una amenaza potencial para el nuevo Gobierno islamista. El CGRI es una especie de fuerza militar paralela leal al nuevo orden revolucionario capaz de contrarrestar las fuerzas armadas regulares.
El CGRI está para proteger al país de las amenazas externas. Teniendo en cuenta la gran hostilidad de Occidente e Israel, no es ningún lujo.
El Cuerpo de Guardianes de la Revolución también protege y defiende los ideales de la Revolución Islámica. En un contexto de estrés y hostilidad extranjera tal situación conduce a menudo a la represión de la disidencia y a la eliminación de los oponentes políticos. Irán no es una excepción.
El CGRI también desempeña un papel importante apoyando a las milicias de los movimientos amigos en los países de la región, como Hezbolá, Hamás, Ansar Alá (hutíes) y las milicias en Irak y en Siria.
En la actualidad los Guardianes de la Revolución cuentan con 120.000 miembros y están apoyados por millones de voluntarios. A lo largo de los años el CGRI ha reforzado su presencia y su influencia en detrimento del clero. No solo es una importante fuerza militar, sino que además desempeña también un papel crucial en la política, la economía y la seguridad interna de Irán.
En otras palabras, el CGRI se ha convertido en un pilar fundamental de la República Islámica de Irán y a veces se le describe como un gobierno en la sombra. El Guía Supremo controla el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica, pero tiene en cuenta sus opiniones. De alguna forma existe una doble estructura de poder en Irán.
¿Que nos depara el futuro?
Irán es una sociedad muy polarizada. En las zonas rurales y en los pueblos las personas tienden a ser muy conservadoras y religiosas. Dan mucha importancia a la estabilidad y a la conservación de la Revolución Islámica y sus valores. Son un apoyo importante del Gobierno.
En las grandes ciudades, y sobre todo entre los jóvenes y las personas instruidas, es lo contrario. Estos reclaman más libertad individual, formas de vida más modernas y una relajación de las reglas islámicas estrictas. Son críticos con respecto al Gobierno y los dirigentes espirituales. Para ellos la idea de que el Guía Supremo determine todos los aspectos de su vida está obsoleta.
Por otra parte, las sanciones económicas han afectado considerablemente al bienestar de una gran parte de la población. La combinación del descontento socioeconómico y la aspiración a la modernización y a la libertad ha llevado a grandes manifestaciones en 2019 y 2022.
En 2019 fue en respuesta al aumento del precio del combustible. Las manifestaciones de 2022 tuvieron lugar tras la muerte de una joven de 22 años arrestada por la policía iraní «de la moralidad» porque no respetaba las estrictas normas islámicas sobre la vestimenta. En los dos casos murieron unos 300 manifestantes. En 2022 fueron ejecutadas 22 personas.
En ambos casos las manifestaciones se calmaron al cabo de unos meses y no sacudieron al Gobierno. A la vista de lo que pasó en Siria y en Libia, numerosos iraníes tuvieron miedo al caos y a una gran inestabilidad. Por otra parte, la intensidad de las manifestaciones demuestra que los dirigentes iraníes se enfrentan a un problema fundamental al que deberán encontrar una solución.
El presidente Raisi que acaba de morir era partidario de la línea dura. La cuestión es saber quién será su sucesor, si será un partidario de la línea dura o una personalidad más moderada, un religioso o un miembro de los Guardianes de la Revolución.
Eso contribuirá ampliamente a determinar la línea de conducta del Gobierno en el futuro próximo, ¿permitirá los cambios sociales, culturales y políticos susceptibles de evitar las revueltas o impondrá restricciones más estrictas y asfixiará a los disidentes desencadenando quizá nuevas protestas y nuevas violencias?
La ley prevé la elección de un nuevo presidente en los 50 días posteriores a la muerte de Raisi. Probablemente una gran parte de iraníes descontentos expresarán su cólera con la abstención. El porcentaje de participación en estas elecciones será un test importante para el Gobierno de Irán. En las elecciones legislativas de este año votó menos del 41% de los electores.
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Nota: (1) Los BRICS+ son un grupo de 10 países cuya denominación procede de las iniciales de los nombres en inglés de los miembros fundadores: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Desde el 1 de enero de este año los BRICS se han ampliado con cinco países más: Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.
investigaction.net. Traducido para Rebelión por Caty R.