Cuba: Con enemigos así...
La contrarrevolución no levanta cabeza por estos días. Todos lo sabemos y es normal que el cubano promedio se alegre: bastantes problemas tiene uno para, encima, estar preocupándose por esa gente. El dólar subiendo, la inflación que no cede, el transporte difícil, casi imposible, todo ello en medio de un pico pandémico… Vaya, que siga la contrarrevolución sin levantar cabeza.
¿A qué se debe esta “tregua infecunda”? ¿Por qué no logran hacer algo que valga la pena?
Una explicación sencilla sería que están desmoralizados. Muchos pusieron todos sus huevos en la canasta del 11 de julio, que no alcanzó los resultados esperados, y cuando los disturbios y los saqueos no lograron destruir la gobernabilidad, apelaron al pacifismo. Así surgió la iniciativa del 15N, que tampoco cuajó y dejó en desbandada a todos sus “líderes”. Ya casi nadie de ese equipo quiere acordarse de esa fecha.
Quizás sea esa desmoralización la que los lleva a pasarse más tiempo peleando entre ellos que haciendo propaganda subversiva. O inventándose proyectos pueriles como el “gobierno en la sombra” de "Cuba próxima".
Para los que no la conozcan, esta “organización”, que tiene entre sus miembros tanto al dramaturgo que lideró el 15N (hasta que se perdió del Morro) como al exterrorista Orlando Gutiérrez Boronat, se autoproclama un “centro de estudios” para analizar cuestiones jurídicas y políticas de Cuba, promoviendo la consabida “transición democrática” del país.
Angustiados por el ridículo de su “gobierno en la sombra”, lanzaron un comunicado, muy serios ellos, diciendo que el titular publicado por un medio contrarrevolucionario, su aliado natural, no era del todo exacto. Lo curioso es que su “vicepresidente” es nada más y nada menos que Carlos Cabrera, periodista de Cibercuba, el medio que publicó la nota.
Carlos Cabrera, además de trabajar en Cibercuba, tuvo una muy hermosa carrera política, como alcalde de un pequeño pueblo español, carrera que terminó de forma abrupta cuando fue sancionado a cuatro años de privación de libertad y a pagar una suma de 65 000 euros por el delito de malversación de fondos públicos. Así son los cuadros de la contrarrevolución.
Con semejantes antecedentes, no extraña que los “líderes de la transición democrática” en Cuba se pasen la vida disputándose fondos, unos con otros, recriminándose y acusándose de ser agentes de la seguridad cubana, ofendiéndose de mil maneras, de orilla a orilla.
A lo único que han atinado últimamente es a linchar a una popular cantante cubana. Intentando disfrazar el racismo, la misoginia y el ciberacoso, se las dan de graciosos con una sarta de memes (poco simpáticos y muy ofensivos). No son capaces de idear nada más. Lo único que les queda es la burla frívola porque, en el fondo, se saben perdedores.
Esa es la legión que nos adversa: malversadores de fondos, vándalos, gente que solo se dedica al odio y a fomentar la desunión, comediantes amateurs: esa es la verdadera calaña de aquellos que han decidido hacer negocio con la fábula de la “terrible dictadura”.
Granma