Cuba difunde pruebas de planes desestabilizadores desarrollados por EEUU
Las acciones de Yunior no son genuinas, el agente Fernando lo prueba
«Yunior está buscando la confrontación con las Fuerzas Armadas y el Minint, estamos viendo en él la creación y la actuación de un contrarrevolucionario», así refirió a Razones de Cuba el doctor Carlos Leonardo Vázquez González, porque tiene evidencias, sabe que el promotor de la marcha concebida para el 15 de noviembre en el país, no es tan transparente y sus acciones no son aisladas, ni espontáneas.
El doctor Vázquez González, quien por más de 25 años ha sido el agente Fernando de los Órganos de la Seguridad del Estado, participó en septiembre de 2019 en un evento sobre el papel de las Fuerzas Armadas en un proceso de transición, auspiciado por la filial en Madrid de la universidad norteamericana de Saint Louis, y allí estaba Yunior García Aguilera, el mismo que ya ha sido notificado sobre el carácter ilícito de la marcha que promueve.
«Ese taller obedece a un proyecto llevado a cabo por expertos de diferentes lugares del mundo, porque detrás hay muchas organizaciones financiadas por EEUU para derrocar a la Revolución Cubana, tal es el caso de la Fundación Nacional para la Democracia (NED)», destacó el doctor.
Este fue el escenario donde Richard Youngs, experto del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, con sede en Washington, ofreció una conferencia sobre las nuevas formas de activismo cívico, filosofía que busca la instauración de un capitalismo fundamentalista y privatizador, aprovechando las insatisfacciones de la población, sus huellas están aún en países como Venezuela, Nicaragua y Bolivia.
En ese encuentro, donde según el doctor Vázquez González, todos los participantes eran cubanos periodistas, médicos e historiadores, compartió también Felipe González Márquez, líder del Partido Socialista Obrero Español y presidente del Gobierno de esa nación europea durante 14 años, quien en 1983 creó los Grupos Antiterroristas de Liberación, responsables de secuestros, torturas y asesinatos en ese país.
Otro de los convocados fue Manuel Cuesta Morúa, quien desde 2014 trabaja al servicio de la NED, y orquestó los planes provocadores contra las Cumbres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, en La Habana, y de Las Américas, en Panamá, en 2015.
Pero esta no fue la primera participación de Yunior García Aguilera en un encuentro de este calibre y como agente político, pues antes, en 2018, estuvo en Argentina, en un evento coordinado por el proyecto Tiempo de Cambios y el nuevo rol de las Fuerzas Armadas de Cuba en un proceso de transición.
En la web de la universidad Torcuato Di Tella, el centro rector, están plasmados los objetivos del curso. Por ejemplo, dar continuidad al estudio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) para transmitir a los activistas posibles escenarios y supuestos aliados a futuro, así como cooperar con actores cubanos, a fin de vincularse con miembros y exmiembros de las FAR abiertos a los procesos de cambio. Fue en ese encuentro, según expuso Razones de Cuba, donde García Aguilera intercambió con las académicas Ruth Diamint y Laura Tedesco, artífices del proyecto Diálogo sobre Cuba, esta última persona, además, esposa de Richard Youngs y una activista consagrada contra la Revolución Cubana.
LAS FÓRMULAS SE REPITEN
En su actuación durante los actos del 11 de julio frente al Instituto Cubano de Radio y Televisión –un antecedente que alerta sobre lo que podría suceder en las marchas del día 15– Yunior García Aguilera demostró que sigue al pie de la letra los manuales de guerra no convencional, aplicados en países como Venezuela, la antigua Yugoslavia y Nicaragua.
Todo porque los medios de comunicación resultan ser la clave para socavar la confianza en nuestro Gobierno y sus políticas, fortalecer la moral de los insurgentes y ganar simpatizantes. Otro de los aspectos del golpe blando es la afiliación y el activismo de figuras de la cultura para generar procesos desestabilizadores. Por eso, el dramaturgo Yunior García Aguilera se ajusta perfectamente al papel de promotor para la provocadora marcha del 15 de noviembre.
La estrategia no es nueva, pues García Aguilera intenta reeditar un suceso de hace tres décadas, cuando en fecha similar el teatrólogo Václav Havel, defensor de los propósitos hegemónicos de la administración de EE. UU., se dirigió a la ciudadanía en Praga, capital de la entonces Checoslovaquia.
La evidencia está también cuando en la noche del 26 de noviembre del año pasado, previo a su presencia frente al Ministerio de Cultura, Yunior publicó en su muro de Facebook la interrogante «Cuba, ¿y qué hacemos ahora?», muy parecida a la afirmación de Havel: «Algo hay que hacer», durante las protestas de Praga. Fue aquel 27 de noviembre cuando Yunior apareció como agente de cambio, un rol ensayado por EE. UU. en las revoluciones de colores, estrategias de intervención silenciosa del imperialismo norteamericano para derrocar a gobiernos que no comparten su visión económica, social y política. A ello, el doctor Vázquez González agregó que lo que se busca es provocar el caos, la desobediencia de la sociedad, que organizaciones internacionales apliquen sanciones y que esto conlleve entonces a la intervención militar y a la imposición de un gobierno alternativo en nuestro país.
No quedan dudas. La denegación a la solicitud de la marcha del 15 de noviembre por las autoridades tiene su sustento en que esta forma parte de la estrategia de cambio de régimen financiada por el Gobierno de EE.
UU.
La prueba está en el apoyo de legisladores estadounidenses y elementos de la mafia anticubana de Miami, entre ellos Ramón Saúl Sánchez Rizo, terrorista de origen cubano y actual presidente del Movimiento Democracia, quien apoya las acciones de la extrema derecha miamense y mantiene comunicación con Yunior García.
Sin embargo, Yunior niega fervientemente cualquier relación con organizaciones subversivas o agencias financiadas por la administración estadounidense, lo que se contradice con que haya sido identificado desde 2017 por el Fondo Carnegie para la Paz Internacional, un organismo dirigido hasta hace muy poco por el actual director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Igualmente, en declaración a Telesur, el pasado 12 de octubre, reconoció su relación con el encargado de negocios de la embajada norteamericana en La Habana, mientras omitió el vínculo con Alexander Agustine Marceil, funcionario de Asuntos cubanos del Departamento de Estado norteamericano, que mantiene estrechos nexos con contrarrevolucionarios internos.
Otras figuras de la extrema derecha como Marco Rubio, María Elvira Salazar y Orlando Gutiérrez Boronat respaldan la marcha.
Por otro lado, Juan González, principal asesor para Latinoamérica del presidente estadounidense Joe Biden, aseguró que su administración establecerá nuevas medidas contra Cuba si las autoridades procesan a los coordinadores de las acciones del día 15, un reclamo que confirma los vínculos con los actores del nuevo intento desestabilizador.
LOS VÍNCULOS CONTINÚAN
Los miembros del proyecto Archipiélago han reiterado que la marcha tiene como objetivo exigir que se respeten los derechos de los cubanos, la liberación de los presos políticos y que se solucionen las diferencias por vías democráticas y pacíficas.
«Están convocando a una marcha supuestamente pacífica, pero él sabe –dice, refiriéndose a Yunior– que no es así, porque en el taller paramilitar al que asistimos estaban dos generales. Yunior García Aguilera lo que está buscando es el enfrentamiento de las FAR con el pueblo y eso no lo permitiremos», reiteró el doctor Vázquez González.
La vocera de Archipiélago en Villa Clara, Saily González Velázquez, asocia en su perfil de Facebook el 15 de noviembre con los hechos vandálicos del 11 de julio. Ella también reconoce el apoyo ofrecido por la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA).
«Estoy informándome con personas como Omar López, que nos están asesorando sobre la resistencia pacífica, la lucha no violenta», explicó González Velázquez en una ocasión. Sin embargo, Omar López es el director de derechos humanos de la FNCA, protectora de los terroristas Luis Posada Carriles y Orlando Bosh Ávila, cabecillas del sabotaje al avión de Barbados, donde perdieron la vida 73 personas (incluidos 57 cubanos).
Además, fue una de las figuras de extrema derecha que se reunieron en agosto con el Secretario de Seguridad Nacional de EE. UU. para exigir el recrudecimiento de las acciones contra Cuba.
Recientemente, el argentino Gabriel Salvia, director del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (Cadal), subcontratista de la NED, pidió apoyo internacional para la marcha del 15 de noviembre. Asimismo, mantiene nexos con protagonistas de la contrarrevolución interna como Manuel Cuesta Morúa.
El protagonismo de Yunior García Aguilera, resumió el doctor Vázquez González, comenzó en la Universidad de Saint Louis, donde abiertamente manifestó que a su llegada a Cuba se iba a consagrar a la contrarrevolución.
«Estoy aquí haciendo esta denuncia pública al pueblo de Cuba para que no se dejen engañar por líderes creados por manuales, porque Cuba jamás será intervenida por el gran enemigo del Norte», recalcó el doctor Carlos Leonardo Vázquez González, quien no solo ha sido un agente de la Seguridad del Estado, sino un médico, especialista de primer grado en Medicina General Integral, especialista en Oncología y máster en Ciencias. Pero también, como él mismo dijo, un cubano revolucionario, martiano y fidelista.
La marcha del 15 de noviembre –ya quedó claro– no constituye una expresión genuina de los intereses del pueblo, como tampoco Yunior García Aguilera representa a los intelectuales y artistas cubanos. Ambos significan una variable más de la ecuación de antaño, que el Gobierno estadounidense y sus agentes políticos internos intentan aplicar en Cuba, y siempre falla.