Cumbre de los BRICS: un paso crucial hacia el multilateralismo
La cumbre de los BRICS celebrada en Kazán (Rusia) a mediados de octubre despertó muchas expectativas. Tal vez demasiadas. Pero los pasos dados en ella para que el mundo, sobre todo el llamado Sur global, se deshaga de la hegemonía occidental, son más que notorios. No es solo el mérito de quienes hace 16 años pusieron en marcha esta alianza heterogénea (Brasil, Rusia, India y China), sino de la esclerosis y el derrumbe occidental en todos los aspectos, los conocidos y los no conocidos.
Esta cumbre se ha producido cuando, como suele ser habitual, se comienzan a publicar informes y más informes sobre cómo ha ido el año que está a punto de terminar. Y lo que se ve es que el mundo occidental se hunde irremisiblemente, y el otro, el que ya está en la adolescencia (los BRICS), va fortaleciéndose en su camino hacia la madurez.
Lo primero que hay que reflejar es el balance semestral del Fondo Monetario Internacional en donde se pone de manifiesto que la decadencia del dólar sigue su curso, lenta pero inexorablemente. El dólar representa en estos momentos el 58'22% de las monedas de reserva de los países, lo que supone una caída de 1'2 puntos respecto a cómo comenzó el año. Eso significa que está al mismo nivel que en 1995. Tal vez así se pueda ver mejor cómo los dos grandes conflictos, el país 404, antes conocido como Ucrania, y el IV Reich sionista, antes conocido como Israel, están desangrando al otrora "rico" Occidente, EEUU en particular. Porque al euro no le va mejor, habiendo perdido también la cifra psicológica del 20% dado que se sitúa en estos momentos en el 19'76% de las monedas de reserva mundiales. No es una tendencia. Esto es ya irreversible.
Porque eso no es todo, y tiene que ver con los BRICS. Occidente lleva años retrasando lo que se acordó en mayo y en diciembre del año pasado, una reforma del sistema de cuotas del FMI que tenga en cuenta el nivel real de las economías del mundo. Un mundo donde Occidente ya no es el preponderante. Una de las cosas que se han estado debatiendo este año en los BRICS bajo la presidencia rusa -en preparación de la cumbre- ha sido la "participación consolidada en las instituciones internacionales de Bretton Woods", es decir, en el FMI y en el Banco Mundial. Para nadie es un secreto que hay diferencias entre los BRICS, sobre todo por parte de India, muy suspicaz con el hipotético predominio de China en el bloque. Por lo tanto, los BRICS todavía se mueven muy lentamente pero hay espacios donde se puede avanzar. Y lo han demostrado en la cumbre de Kazán.
La distribución actual de los derechos de voto del FMI beneficia de forma clara a Occidente, pero la coordinación de los BRICS supone ya el 17'91% de la cuota, lo que da opción de bloqueo para cualquier decisión que se tome. Esta amenaza, tal y como ya ha sido definida por EEUU, pone de los nervios, más aún, a un Occidente que se derrumba y más con la constatación de arriba, la debilidad del dólar como moneda de reserva, a lo que hay que añadir que también pasa lo mismo en cuanto al SWIFT, el sistema de transacciones financieras internacionales controlado por Occidente.
Aquí la cosa es más clara, porque si bien se dice que el dólar supone el 83'56% del comercio que pasa por el SWIFT, no es por esta estructura por la que comercian entre ellos los países BRICS. Uno de los aspectos claves de lo que ocurrió en la cumbre de Kazán fue la constatación oficial de que los 10 países que forman hoy los BRICS - Brasil, India, Rusia, China, Sudáfrica, Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Irán y Etiopía- ya comercian entre ellos en un 65% del total en sus propias monedas). Y hay un dato que certifica esta tendencia y que, a la postre, está arrastrando a los demás países BRICS: el comercio entre Rusia y China es ya en un 95% en sus propias monedas. Aunque no se diga abiertamente, el proceso de desdolarización va viento en popa.
No obstante, el que no se haya avanzado hacia el objetivo de crear una moneda propia que reemplace al dólar ha sido considerado por algunos como un fracaso de la cumbre. Quien así piensa no tiene en cuenta la heterogeneidad de los BRICS y el hecho de que muchos de ellos no tienen, por el momento, ni la intención ni la alternativa de prescindir de Occidente. Y al no tener en cuenta esta realidad, no se tiene ni siquiera en cuenta lo que se ha aprobado en esta cumbre.
Se fortalece el multilateralismo
Como suele pasar, cada uno ve la botella medio llena o medio vacía. No son pocos quienes la ven medio vacía porque no ha habido incorporación de nuevos miembros, aunque era algo que se daba por hecho puesto que así se anunció ya en junio para "asentar" a los que ya forman parte de este grupo. Y, además, porque su funcionamiento exige el consenso para admitir nuevos miembros, y no lo había: Brasil se opuso a la inclusión de Venezuela y Nicaragua. Por eso se adoptó la fórmula de "países socios de los BRICS", que son ni más ni menos que 13, representantes de todo el Sur Global: Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Indonesia, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán y Vietnam.
La presencia de potencias como Indonesia, Turquía y Vietnam da una muestra de lo que está por venir para el año que viene. A ellos hay que añadir países petrolíferos como Argelia y Nigeria. Con estos dos países, son la ya 6 los productores de petróleo que están dentro de los BRICS, lo que va a tener una significación mayor en unos momentos en los que ya se está comenzando a comerciar el petróleo en otras monedas que no son el dólar. Eso sin hacer de menos al resto de "países socios", con un especial relieve en la parte asiática donde, además de Vietnam, están Malasia, Tailandia, Kazajistán y Uzbekistán. Es la manifestación más evidente de que el siglo XXI es el siglo de Eurasia.
La presencia de estos 13 países socios, de todos los continentes, es una muestra del fortalecimiento del multilateralismo, que es lo primero que subyace de la Declaración de Kazán con la que terminó está crucial cumbre.
La Declaración de Kazán tiene ni más ni menos que 134 artículos. ¿Qué significa esto? Que los BRICS están cogiendo impulso y carrerrilla. La reunión de China del año 2022 terminó con una declaración que tenía 75 puntos, la del año pasado en Sudáfrica tenía 94. La extensión del documento indica que la intensidad de la interacción de los BRICS está aumentando gradualmente y que el alcance de la cooperación multilateral también se está expandiendo y asentando.
Los BRICS han pasado de ser un grupo de potencias económicas emergentes a un grupo compuesto por países grandes, medianos y pequeños. Su estructura ha cambiado, su distribución geográfica se ha vuelto más amplia, su cultura se ha vuelto más diversa y, lo más importante, su representatividad ha aumentado sustancialmente. Es ya de forma clara una plataforma para el Sur Global. Como resultado, sus necesidades se vuelven más amplias y diversas, y se expande la necesidad de colaboración.
Esto es lo que se ve de una declaración que no se centra únicamente en promover el comercio, sino que va mucho más allá: tiene cuatro partes que definen el nuevo mundo que está en marcha.
(1) Fortalecer el multilateralismo.
(2) Promover la estabilidad y la seguridad global y regional.
(3) Fortalecer la cooperación económica y financiera.
(4) Promover la cooperación entre pueblos e intercambios culturales.
Hay un claro equilibrio entre seguridad y desarrollo, que los países BRICS creen que están interrelacionados y son condiciones mutuas, que una no puede existir sin el otro. Esto significa que los BRICS han decidido deliberadamente mantener un enfoque en cuestiones amplias y no centrar actividades futuras en asuntos más específicos, como simplemente promover el comercio de membresía entre países sino que se posicionan como un importante laboratorio de gobernanza global donde puedan probar nuevos modelos de cooperación multilateral e innovación para abordar la economía, el comercio, las finanzas, la estabilidad estratégica, la no proliferación, la reforma del sistema de las Naciones Unidas, la lucha contra el terrorismo, gestionar el cambio climático, regular la migración transnacional y otras cuestiones clave.
Por lo tanto, los BRICS anuncian que tienen intención de "reformar el orden internacional existente" (dominado por Occidente) y para ello, apuestan por la construcción de "instituciones alternativas eficientes con características BRICS".
Así, exigen reformas institucionales en instituciones multilaterales establecidas como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, al tiempo que establecen alternativas no occidentales como el Nuevo Banco de Desarrollo BRICS.
El camino hacia la desdolarización
Pero no se queda ahí la cosa. Se va a mejorar el Acuerdo de Reserva de Contingencia de los BRICS para facilitar y ampliar el uso de las monedas nacionales. Esto se acompaña de profundizar en el Sistema de Compensación BRICS "con el objetivo de evitar el dólar estadounidense y fortalecer la cooperación financiera en las transacciones de valores entre los países BRICS".
A partir de ahora se discutirá y estudiará la viabilidad de establecer una "Infraestructura de Liquidación y Depósito de Valores de BRICS". Todo esto significa que los países BRICS están creando un sistema de pagos financieros más independiente que no estará vinculado a una moneda específica. Éste es también el valor de los países BRICS a la hora de reformar el sistema financiero mundial. Estas reformas no se completarán de la noche a la mañana y llevarán cierto tiempo, pero el camino ya ha comenzado como lo demuestra el comercio bilateral entre Rusia y China o Rusia e India. Los países BRICS, al comerciar en sus propias monedas, se ahorran al menos 5.000 millones de dólares al año en comisiones derivadas de utilizar monedas occidentales en el comercio.
Aquí está el quid de la cuestión: establecer un sistema de pagos que pueda respaldar la liquidación en sus propias monedas. El enfoque en la liquidación de moneda local es un enfoque gradual que refleja el estilo moderado de los países BRICS y su énfasis en la "toma de decisiones basada en el consenso". La ampliación del año pasado y la instauración de los 13 "países socios" pone de relieve cuáles son los siguientes objetivos de los BRICS: reducir los riesgos geopolíticos que plantea el sistema del dólar; reducir los costos de transacción; acelerar la velocidad de liquidación.
Por eso la declaración habla de "instrumentos de pago transfronterizos más eficientes, transparentes, seguros e inclusivos, basados en el principio de minimizar las barreras comerciales y el acceso no discriminatorio".
La Declaración de Kazán entra a saco en la crítica a las "medidas coercitivas unilaterales ilegales, como las sanciones" no solo por ello, porque son ilegales, sino porque "socavan la Carta de las Naciones Unidas y el sistema de comercio multilateral".
En esos 134 artículos de la declaración se minimiza la crisis del país 404, antes conocido como Ucrania, se habla de Gaza, de Siria, de Haití. Esto no solo muestra que los países BRICS tienen una visión más amplia sobre las cuestiones de seguridad global y que van más allá de Occidente.
Los sospechosos habituales dicen que es demasiado general, vaga, irrelevante. Muy bien, que sigan cerrando los ojos. La importancia de la declaración no solo es lo que contiene, sino que ha sido firmada por miembros y asistentes. Es un mensaje al mundo y aunque no esté en el texto, es una puesta en escena del anti-occidentalismo. A plena vista, sin esconderse. Aunque, como Brasil, haya habido algún rebelde. Es claro que en ese anti-occidentalismo hay más y menos entusiasmo, pero es irreversible.
El sabotaje occidental
Occidente reconoce a los BRICS como "una amenaza real", por lo que todos los participantes en esta cumbre van a tener un curso acelerado de injerencias a muy corto plazo. Injerencias acompañadas con lo que mejor sabe hacer Occidente: sanciones, amenazas y sabotajes.
Una semana después de la cumbre de Kazán, Occidente, ese Occidente que minusvaloró la cumbre y la ninguneó, comenzó a reaccionar por donde más le duele: la economía. El reforzamiento de la ampliación del uso de las monedas nacionales en el comercio intra BRICS (los 10 ya miembros y los nuevos 13 países socios) con el objetivo de evitar el dólar estadounidense y las monedas "tóxicas" occidentales ha vuelto a desatar todas las alarmas y dio un primer paso: boicotear uno de los instrumentos de los que se habló en la cumbre BRICS, el Proyecto mBridge.
Desarrollado hace unos años por los bancos centrales de China, Tailandia, Hong Kong y Emiratos Árabes Unidos, a los que se ha añadido recientemente Arabia Saudita, acaba de salir del periodo de prueba y está listo para su implementación a gran escala. Rusia y Brasil habían anunciado también su disposición a unirse.
El simple anuncio de eso, que está listo para actuar, ha sido suficiente para que Occidente, que también participa en el mismo a través del Banco de Pagos Internacionales, haya anunciado que se retira del proyecto.
Es importante destacar que las transacciones en esta plataforma evitan la supervisión de SWIFT y de EEUU, lo que la convierte en una opción atractiva para los países que buscan eludir la influencia occidental. Hasta ahora Occidente lo toleraba, a la espera de ver si era eficaz o no. Como ha demostrado que lo es, ahora Occidente reacciona como sabe: saboteándolo. Pero ya es tarde porque ya nada puede impedir que el Proyecto mBridge siga adelante.
Este proyecto utiliza tecnología blockchain similar a la criptomoneda Ethereum y acepta monedas digitales de bancos centrales, lo que hace que el comercio transfronterizo sea más eficiente y menos costoso, y ya he comentado más arriba que solo al comerciar en sus propias monedas los países BRICS se ahorran al menos 5.000 millones de dólares al año en comisiones derivadas de utilizar monedas occidentales. Porque, además, las transacciones son instantáneas (como el SWIFT), pero al contrario que este instrumento de dominio occidental, no involucran a terceros.
No va a ser esta la única reacción, y ya Trump está sobre aviso porque durante la campaña electoral anunció que impondrá aranceles del 100% a los productos de aquellos países que se nieguen a comerciar en dólares. Es una bravuconada, pero pone de manifiesto que sí hay quien ha tomado en cuenta lo que está ocurriendo en los BRICS y la nueva construcción de un mundo que ya no está dominado por Occidente.