Damas de blanco y el cangrejo de Baracoa
De las que yo quiero hablarles no son nobles, ni distinguidas, pero si son de clase social alta, ya que son como las piezas del ajedrez que sirven a la reina
Ahí andan por el mundo las damas del imperio, tremendo sonsonete!
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(II acto)
Historia de la llave enterrada
Talía es experta en las artes de destapar la olla del camello; se presentó a la “invitación” d´ Casa de las Américas de Madrid, dónde la gusanera de la ciudad, había organizado un acto para recibir a las damas de verde. Esto es lo que Talía vio y escuchó:
Dama 1
Huy!, que calentito se está acá dentroooo, con el frió que hace en Madrid.
Dama 2
¿Has traído las camisetas de Cuba libre?
Dama 3
Las camisetas si, los cuba libres creo, que los pone la organización.
Dama 1
Prefiero un roncito, sin roca!, pa calentar no más, qué frío en la calleeee.
Dama 2
Creo que la dama de Madrid nos va a traer unas botellitas de Chivas 50 años.
Dama 1
¡Que menos!
(Gusano que hace de presentador)
¡Que alegría señoras damas!, la sala está llenita, hay hasta jóvenes!
Dama 3
¿Pero esos de atrás no tienen cara de comunistas?
Dama 2
¿Haber si nos hemos equivocado de sitio?
(Presentador)
Qué van a venir comunistas aquí, a qué. . . miren ahí llega la presidenta.
Dama 1
¿Quién, esa que parece un limón seco?
Dama 3
Sí, sí, pero buenos contactos y dineritos nos reporta, ja,ja,ja!
Dama 2
¡Saca rápido las camisetas contra Fidel que las vea!
Dama 1
Está flaca, no gordas como nosotras, se ve que aquí hay carne de res y puerquito asado, no como en Cuba.
(La Esperanza de las damas de verde)
¿Ustedes son las damas de blanco?
Las tres damas a la vez: Siiiiiiiii señora, ¿no ve nuestros vestidos?
'Espe'
Al entrar me parecían verdes
Las tres siamesas a la vez: Ja, ja, ja, jaaa!, simpática la señora!
Dama 3
¿No ha venido su ahijado el Camorrero?
'Espe'
No, lo he enviado a Venezuela, para llevarle un regalito al Capriles, y de paso que haga algo, que sea su chófer durante la campaña electoral o algo así. . .
Dama 2
¡Uy, diooos!, que cosas se le ocurren señoraaaaa!!!
(en eso estaban las damas, cuando el grupo de jóvenes con “pinta” de comunistas, despliegan una gran pancarta)
!¡¡Viva la revolución!!!
Y, al grito de:
¡¡¡Fascistas, gusanas, fuera la CIA!!!
('Espe', sentadita en su trono bien rodeada de 'gorilas' les espeta)
¡Oooooh, ha venido la embajada!
Dama 2
¡Saca las camisetas, rápido, que hay comunistas coooño!
Dama 3
¿Y el ron?
Dama 2
Luego, luego. . . vamos, déjate de boberías y saca las camisetas!
(Dama 3, despliega una camiseta)
¡Viva Cuba Libre!
(A lo que, la acalorada juventud rebelde respondió)
Esto está de madre, eso, eso. . . ¡¡¡Viva Cuba Libre!!!
Dama 1
¡Son de los nuestros. . . ya decía yo!
Dama 2
¡Que no cooooooño, saca la otra camiseta, dale!
(Dama 3, saca otro modelo)
¡Cuba no, Fidel sí!
(el gusano que hace de presentador desmadra de un arrebato, se dirige al cámara)
¡Pero mira chico, quien cooooño, ha escrito eso!
Dama 1
¡Ha sido ésta!
(dicho presentador)
¡A Siberia te enviaría yo, Carmencita, pero que. . .!
'Espe'
¡La embajada, ha venido la embajada!
(Llegaba el fin de, la historia de los otros, que estos días pudieron apreciar más al detalle en el video, cuando de súbito se impone la voz de un cantautor desde una de las entradas más cercana del metro de la ciudad)
“Yo vi un águila mora
volando sobre un chircal
y era el alma cimarrona
campeando la libertad.
Cielito, mi Cielito lindo
danza de viento y juncal
prenda de los tupamaros
flor de la Banda Oriental”
*La historia de nosotros
(en I acto)
'Mi amor es todo cuanto tengo; si lo niego o lo vendo, ¿para qué respirar?'
Esta segunda parte quisiera ser un homenaje, una ofrenda, un acto de fidelidad a los ríos que se bañan en el mar de Baracoa con todas sus especies. Así es como paso a contar una historia tan sencilla como sus personajes. Porque así es en verdad lo mejor que tiene Cuba, esa parte del pueblo cuyo embrión vieron en el video -a diferencia de damas, damitas y más damas- saben vivir y trabajar sin restarle dignidad a la alegría, con amol de amor como no! Pero en este caso el protagonista, es un amigo, con el que entablé amistad en uno de mis 'retiros' en Baracoa, primera villa, la más histórica; busco siempre la isla a través de ella, trato de re-descubrir sus encantos para que nunca mueran, acercarme con el enfoque de mis pupilas siempre fresco, limpio, dilatado, y contemplar la riqueza de sus aguas, el deambular de sus especies, la riqueza de su costa, aterrizando en algún caserío, ranchón, o bohío lleno de familia embotando mermelada de tomate, tostando café, rallando o haciendo bolas de cacao para luego diluir en leche, ofreciendo no un bucho del aromático café baracoense, sino “un cancarro” taza grandota, arriba en la montaña, y el jugo de uno de los cientos de cocos que enriquecen los poblados y al conjunto del valle junto al artista, ya viejito, el que mejor talla en madera la historia baracoenense, al héroe, al indio Hatuey; el color del valle, su olor y los días luminosos están en sus manos y en sus hermosas tallas, y en las fotos que en diferentes años le he hecho para que sus hijos y nietos recuerden su huella siempre, como el auténtico artista de Baracoa, silencioso, callado en su patio-espacio inclinado siempre hacia la madera, acariciándola, redescubriéndola; la honestidad de él, bañada por el aroma del mar a un paso de su humilde casa-taller, hacen su persona, y sus precios hacen al hombre, su dignidad.
Un gusto, placer, volver a encontrarme cara a cara con la isla.
Salvando la linea de sombra que el imperio entreteje; librarla como esos muchachos del video, de la retórica mala y la confusión que pretende su axfísia desde dentro y fuera para estrangularla. El asere es un cangrejo que le gusta fiestar, qué bolá!, y regresar a la placidez de sus aguas, también descansar bajo la sombra de la elegancia del aguacatero, para así poder asistir de nuevo al fiestao y la guaracha de la vecinería dominguera.
Pezuñita se preguntaba, entre las calientes y claras aguas de Baracoa donde vive feliz, que cuándo van a acabar de una puñeterísima vez las mareas negras, derrames de la British Petroleum sobre el golfo de México y resto del mundo; en Cuba nooooo, decía, en Cuba no come el enemigo!!! Pezuñita es militante de verdad, siente con un orgullo bien especial la isla y, por supuesto el Yunque de Baracoa; obra de arte de la naturaleza visible desde cualquier punto de la ciudad, que sobresale presentando una forma similar a la de un yunque de la época medieval donde moldear el hierro. El Yunque es uno de los monumentos más significativos, una elevación magistral ubicada al noreste de Guantánamo, a unos 10 Km del centro de esta hermosa ciudad, con una altura entre 400 m y 575 m. Su cima es plana a simple vista, aunque ligeramente inclinada y llena de arrugas, en la que se destaca importantes campos de diente de perro, casimbas y pequeñas dolinas.
Pezuñita ama con delirio de locura su mar.
Le aporta la vitalidad necesaria para vivir y sentir; cree que es el más bello del mundo, lo siente cristalino, suave y manso, menos cuando hay tormentas y ciclones ¡Entonces, hay entonces!, es el más bravo y turbio, se levanta como a pelear, igualito a gallo Bataraz que cuando se encresta las gana todas!!! En una ocasión me dijo un colega que los cangrejos de Baracoa, eran algo fanfarrones como las angulas bizkaitarrak del Nervión, será verdad? A Pezuñita le gusta pescar gusanitos, peces, y otros manjares que poder engullir a gusto, su digestión es importante! Y al igual que a todos los habitantes de Baracoa, le gusta la fiesta, tanto como a un donostiarra kokotxas con angulas.
Fue un día de esos de la semana.
En que la calle se viste de fiesta, y abundan los bocados de 'puerquito asado', linda jornada, donde los guajiros bajan de las lomas, al menos ese día de la semana para alegrar más el ambiente con sus frutas, café, cacao, y otros manjares, protagonizando durante todo el día una de las jornadas más populares y participativas en el Oriente de Cuba. Y es aquí, donde nuestro Pezuñita, asiduo a la fiesta semana tras semana disfrazado de sábado noche cuando el sol ya no brilla tanto, y las pocas luces de la villa alumbran algunos rincones históricos; que nuestro cangrejito, trepa que te trepa, por los muros del malecón sigilosamente, entre parejitas de enamorados, se abre camino dejándose caer al asfalto de la punta del Morro. Mira a su alrededor -Pezuñita es inteligente- por si pasara algún carro que pudiera hacerle daño. Y, poco a poco, camina calles silenciosas coloniales haciendo su aparición por Maceo, pasito a pasito entre la unión, como si fuera vía fija, del bordillo de las aceras y el asfalto. Pezuñita nunca tiene prisa. Tipi tapa. . . tipi tapa. . . un pasito, otro!, llega a Frank País, y gira hacía el centro por calle Martí.
Ahí es que está toda Baracoa en hilera.
Comienzan asar los puerquitos desde bien temprano, y decenas de familias se desplazan a disfrutar de ese día, donde se fusionan como en una danza, ciudad y campo; bocaditos de asado, refrescos, dulces, música chévere. La fiesta está en pleno bullicio ya bien avanzada, y Pezuñita no quiere perderse nada, camina sin detenerse entre las piernas de niños, mayores, guajiros, trabajadores de la fábrica de chocolate, y también como no, de algún 'yuma' con olor a perfume europeo; nada para mi como los perfumes cubanos, Alicia Alonso, Mariposa. . . no pierde la ocasión, el compadrito devora todo cuanto cae al asfalto! Trocitos de puerco asado, pastelitos, alguna “chupada” de cerveza y algunas goticas de roncito. A veces sin ser visto trepa por entre las mesas, devorando todo cuanto encuentran sus paticas que parecen alicates.
La fiesta cambia de ritmo.
Empiezan a retirarse las mesas; ya todos han degustado, incluido el enviado del mar y de los 7 ríos caudalosos, los asequibles placeres. La gastronomía da paso al baile, y al embrujo del amor. Es cuando Pezuñita se aleja por dónde vino, a veces dando tumbos por la ingestión de algún trago de más. Pero él, siempre encuentra el camino de regreso a casa, su isla, el mar baracoenense.
Maité Campillo (actriz y directora de teatro Hatuey)
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