Dos años de "Terrorismo Plus" en Siria: La simbiosis entre "rebeldes" y terroristas
El apoyo público del Secretario de Estado estadounidense John Kerry a las fuerzas empeñadas en derrocar al gobierno Sirio, derivó a las pocas horas en un atentado terrorista más artero que el anterior. Irremediablemente, como ha sido la historia en este conflicto, este tipo de declaraciones se traduce en un impulso al terrorismo que ha sido protagónico en la estrategia para el derrocamiento del gobierno Sirio.
Es una estrategia con estructura de combate de un matiz nuevo que podría encapsularse como “Terrorismo Plus” a partir de una simbiosis entre terroristas y rebeldes. El mecanismo consiste en que el terrorismo es protagonista en la gestión de derrocar al gobierno encubierto con la pátina de un ejército insurgente sin apoyo de la población, pero con gran despliegue mediático. Los llamados rebeldes son tan repelidos por su connivencia con el terrorismo que hasta desplazados y refugiados sienten el resentimiento de los participantes de una operación sin apoyo popular.
Los terroristas se integran en una operación de infiltración a través de cuatro fronteras principalmente Turquía y Jordania, y los "rebeldes" sustentan la cobertura política necesaria para penetrar en algunas zonas. Por cierto se intercambian roles para abrir áreas y golpear con atentados con daño al público. Últimamente han comenzado a atacar fuentes de suministro energético e importantes vías de comunicación a través de carros suicidas y detonaciones de alto impacto. La novedad consiste en el despliegue mediático para hacerlo aparecer como acciones de un ejército rebelde que avanza, y que, sin embargo, cada vez más es un fantasma que aparece en las imágenes de los medios pro derrocamiento.
Si la Alianza Transatlántica pierde la batalla militar en Siria a través del uso del terrorismo como punta de lanza, se desprestigiará significativamente. Es así que el secretario de estado John Kerry, al declarar que “apoyarán a las fuerzas rebeldes hasta que caiga el gobierno”, al finalizar su encuentro el 28 de febrero en Roma con Moaz Al Khatib el representante de la oposición, es la indicación de la opción militar por sobre la negociación política para resolver el conflicto.
El Ejército Árabe Sirio ha debido combatir a mercenarios y terroristas de nacionalidades diversas, desde argelinos, tunecinos, libios, marroquíes por la zona del Magreb hasta afganos y pakistaníes mirando hacia el Asia. Lo que se constata en Siria es una de las intervenciones extranjeras más extravagantes y violadoras del derecho internacional de las últimas tres décadas; y más atrás tal vez. En la última semana el ejército sirio ha desmantelado cerca de 30 operaciones terroristas. El registro de atentados después de dos años es un contundente expediente para apuntar a los responsables del tipo de estrategia utilizada para derrocar un gobierno.
En este plano, el gobierno de Siria con dos años de resistencia, políticamente se puede señalar que es un vencedor y la responsabilidad del sufrimiento de los desplazados y refugiados, en su mayor parte, pertenece a los autores del plan de derrocar al gobierno y a los que han rechazado la solución política.
Esta crisis en Siria es paradigmática, por la multiplicidad de fenómenos para el estudio. Desde el derecho internacional, el uso del terrorismo para derrocar un gobierno, el papel sesgado de los promotores de los Derechos Humanos para denostar el gobierno Sirio y negar las violaciones de terroristas y mercenarios, hasta el fallido rol multilateral y de la diplomacia en el manejo de esta crisis. También comienza a dejar una enseñanza en el plano militar.
La estrategia “Terrorismo Plus” no ha servido para desdoblar al Ejército Árabe Sirio. Por el contrario, no hay zonas amplias controladas por el llamado ejército rebelde. El ejército Sirio después de dos años de campaña ha demostrado ser la fuerza armada con más experiencia en manejar este tipo de "doble guerra", defendiendo una nación acorralada por los cuatro costados, excepto en una parte de la frontera con Irak. Este capital humano bélico es significativo y claramente provoca desconcierto e inquietud a quiénes no lo poseen. Es un poderío militar (humano) que permanecerá en Siria y es la base para crear una fuerza aun más formidable en el futuro.
La anterior secretaria de estado Mrs. Hilary Clinton contribuyó a la escalada del conflicto y por extensión al terrorismo con sus continuas alusiones a que el Presidente Basher el- Assad debería irse. El caso del recién asumido Kerry es aún peor, porque venía con credenciales para encontrar una salida política. Sin embargo no ha podido desprenderse de la presión neoconservadora y del lobby israelí que ha instalado la idea del derrocamiento del gobierno Sirio bajo cualquier precio.
Este precio ha sido los varios miles de muertos y más de un millón de refugiados y desplazados. En ningún caso se pueden atribuir al gobierno Sirio y su ejército, como hasta el propio Kerry lo ha señalado. Hasta la fecha, todos los intentos serios de detener la guerra irregular entre el Ejército Árabe Sirio y un contingente de combatientes infiltrados por las fronteras provienen del gobierno Sirio.
La solución política solo le sirve al gobierno Sirio y a los países que lo apoyan, principalmente Irán y Rusia. A los empeñados en el derrocamiento solo les sirve la victoria militar. Es claro. De otra forma esto habría acabado hace tiempo. El secretario de estado John Kerry lo sabe mejor que nadie.
CALPU