Dos confrontaciones en Ucrania
Son muy prematuros los pronósticos sobre una incursión que desconcertó a Occidente. EEUU propicia el acoso a Rusia para someter a Europa y bloquear su intercambio económico con Moscú.
El nacionalismo reaccionario desencadenó el conflicto y destruyó la cohabitación pacífica de las dos regiones. Pero la invasión no se limitó a proteger a los pobladores del Este. Quebrantó, al mismo nivel que Occidente y que el régimen neofascista de Ucrania, las negociaciones de paz e introdujo una respuesta desproporcionada y carente de justificación. Esa acción desprecia la voluntad popular y realimenta los mitos del liberalismo.
Washington aprovecha ese despropósito para atropellar la soberanía de América Latina. Ucrania tiene derecho a su autodeterminación nacional, pero esa meta requiere la desmilitarización y un status internacional de equidistancia.
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