Ecuador: "Esto es una insurrección generalizada"
Miles de mujeres y hombres de Ecuador siguen en las calles pese a la feroz represión ordenada y comandada por el presidente Lenin Moreno que, debido a la masividad de las protestas, tuvo que trasladar a su gobierno de Quito a Guayaquil. Las medidas neoliberales aprobadas por el mandatario y acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) –denominadas “el paquetazo”, desencadenaron las movilizaciones masivas que se realizan desde hace ocho días en todo el país.
El plan de ajuste, negociado por créditos por 4.209 millones de dólares con el FMI, abarca recortar la inversión pública y aumentar la recaudación. Entre las medidas, la que más repudió recibió fue el aumento del precio de los combustibles.
Por otro lado, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAI) inició una extensa marcha hacia Quito, a donde llegaron para sumarse a las protestas. Ayer, la CONAI desmintió las declaraciones del vicepresidente ecuatoriano, Otto Sonnenholzner, quien anunció una mesa de diálogo con la dirigencia indígena. Mientras esto sucedía, las fuerzas de seguridad acrecentaban la represión y la persecución contra los manifestantes. En videos difundidos por las redes, se pudo ver como los efectivos militares y policiales llegaron a cometer hechos represivos dentro de hospitales y escuelas, además de disparar a mansalva contra la gente en las calles.
En diálogo con La tinta, el periodista y director de la Revista Crisis de Ecuador, Carlos Pazmiño, aseguró que la respuesta de los sectores populares “ha sido contundente, es fundamentada y legítima”. “La gente está utilizando su derecho legítimo a resistir a un paquetazo que viola no sólo la Constitución, sino los derechos humanos. Moreno impuso un paquetazo que ha pasado por encima a la Constitución del país”.
“Esto es una insurrección generalizada. En la ciudad de Quito existen puntos de gente autoconvocada, hay niveles de solidaridad impresionante, el contingente indígena que se encuentra en Quito hace que la insurrección se generalice aún más”, remarcó el periodista. Para Pazmiño, el país vive “un nuevo momento de la lucha de clases muy álgido, que llegará a las últimas consecuencias”.
“Moreno está entre la espada y la pared, y no tiene otra opción que bajar el paquetazo o renunciar. Si los compañeros indígenas han venido a la capital, no es para negociar una salida a medias”, estimó.
Al ser consultado por la represión, Pazmiño la calificó de “brutal”. “La tecnificación del aparato represivo ha sido bastante útil para poder cargar contra la población en los últimos días –analizó-. El mando de las fuerzas de seguridad, que antes estaba en manos de civiles, ahora pasó a manos castrenses y policiales, lo que hace que estos actúen y repriman según su propia racionalidad”.
“Hay que tomar en cuenta que hay un estado de excepción que se encuentra ratificado por la Corte Constitucional, lo cual faculta para reprimir de forma salvaje. En Quito, hace unos días había más de 160 detenidos, se contabilizan tres fallecidos y más de 300 detenidos”, estimó Pazmiño, aunque ayer se conoció que las personas apresadas superaban las 700.
El periodista ecuatoriano señaló que es muy difícil que el gobierno cambie de postura, ya que ratificó las medidas económicas. “No creo que dé un paso atrás, a menos que la insurrección se generalice y pueda imponerse en las calles –expresó Pazmiño-. O que el mando policial y militar retiren el apoyo”. El director de la Revista Crisis advirtió que dentro de la Asamblea Nacional se podrían generar alianzas que dejen por fuerza a los diputados y las diputadas que responden el ex presidente Rafael Correa, por lo cual la derecha acapararía el poder.
“Sin embargo, la experiencia insurreccional no es menos importante, porque funciona como un espacio educativo para las masas en el hecho de recordar cómo se consiguen las cosas luego de diez años de paz social, en donde no teníamos este tipos de manifestaciones”, manifestó Pazmiño.
Al analizar la composición de las protestas, el periodista indicó que “nadie puede atribuirse que está dirigiendo esto: son los sectores populares organizados que han superado la dicotomía del correísmo o anti-correísmo, y a todos los partidos y agrupaciones en la conducción de la lucha. Es el pueblo auto-organizado y auto-convocado que está peleando en las calles”.
Por último, Pazmiño aseveró que en las calles se desarrolla una “unidad más bien práctica contra el paquetazo y por la salida de Moreno. Aquí no hay grandes teórico o dirigentes, sino que hay una interconexión entre los sectores populares, el movimiento indígena, y los sindicatos, que han tenido una participación importante”.