El conflicto con Ucrania y la economía rusa en el 2024. Perspectivas del 2025
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El 2022 marcó el inicio de una coyuntura difícil para la economía de la Federación de Rusia debido al negativo impacto de la guerra con Ucrania, que comenzó el 24 de febrero de ese año. En cualquier análisis resulta imprescindible examinar las implicaciones del conflicto, cuyo origen se ubica en las constantes maniobras de la OTAN para acercarse a las fronteras de la antigua URSS con posterioridad a la desaparición de esta en 1991 y el papel desempeñado por Ucrania como partícipe de esa política, especialmente a partir del golpe de estado contra el gobierno legalmente elegido de Víktor Yanukovich en 2014 y la persecución de la población de origen ruso en territorio ucraniano.
Las sanciones económicas contra Rusia han formado parte de la denominada guerra híbrida desplegada por Occidente. En efecto, desde febrero del 2022 se han impuesto a Rusia unas 18 500 penalizaciones, vigentes en estos momentos, que cubren tanto a personas naturales, como personas jurídicas.
Sin embargo, el resultado de esas sanciones –que suponían prácticamente ahogar a la economía rusa a corto plazo- no ha cumplido ese objetivo y si bien hoy funcionarios de la Unión Europea calculan que Rusia perdió el 50 por ciento de los ingresos petroleros –por unos 400 000 millones de euros-, el país ha conseguido redirigir su comercio exterior para compensar la pérdida de mercados en el Occidente. A esto habría que añadir que –según un reporte del New York Times- las empresas que abandonaron el país producto de la política de sanciones enfrentaron pérdidas por unos 103 000 millones de dólares hasta el pasado 2023.