El mediodía nuclear en Europa
Guerra nuclear contra Rusia
El lector no debe preocuparse, la portavoz de la OTAN Oana Lungscu tranquilizó al resto del mundo[1] asegurando que el propósito de [los simulacros nucleares] 'Steadfast Noon' solo es asegurar que la capacidad de lucha nuclear de la OTAN «sigue siendo segura y eficaz» y que se trata de un ejercicio «rutinario», no vinculado a ningún acontecimiento mundial actual. Además, no se utilizarán armas nucleares «reales», sino «falsas».
No hay nada de qué preocuparse.
Y aparece Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, en el escenario del teatro nuclear. En una declaración a la prensa el 11 de octubre[2], Stoltenberg declaró que «la victoria de Rusia en la guerra contra Ucrania será una derrota de la OTAN», antes de anunciar ominosamente: «Esto no se puede permitir».
Por ello, Stoltenberg declaró que los 'Steadfast Noon' continuarían según lo previsto. Estos simulacros, dijo Stoltenberg, eran un importante mecanismo de disuasión frente a las «veladas amenazas nucleares» rusas. Pero no estaban relacionados con ningún acontecimiento mundial actual.
Entra Volodymyr Zelensky, a la izquierda del escenario. En su intervención en el Instituto Lowy[3], un centro de estudios de política internacional 'no partidista' de Australia, el presidente ucraniano pidió a la comunidad internacional que emprendiera «ataques preventivos, acciones preventivas» contra Rusia para disuadir el posible uso de armas nucleares por parte de Rusia contra Ucrania. Mientras que muchos observadores interpretaron que las palabras de Zelensky implicaban una petición para que la OTAN llevara a cabo un ataque nuclear preventivo contra Rusia, los ayudantes de Zelensky se apresuraron a tratar de corregir lo dicho, pues simplemente estaba pidiendo más sanciones.
Llega ahora Joe Biden, situándose en el centro del escenario. En su intervención en un acto de recaudación de fondos el 6 de octubre[4], el presidente de EEUU dijo que «por primera vez desde la crisis de los misiles de Cuba, tenemos una amenaza directa de utilizar un arma nuclear si, de hecho, las cosas siguen por el camino que van». Biden continuó: «Estamos ante un tipo que conozco bastante bien. No está bromeando cuando habla del uso potencial de armas nucleares tácticas o de armas biológicas o químicas porque su ejército está, se podría decir, en un significativo bajo rendimiento». Biden concluyó: «No creo que exista la posibilidad de utilizar fácilmente un arma nuclear táctica y no acabar en el Armagedón».
Aunque la Casa Blanca ha dejado muy claro que los comentarios de Biden eran una opinión personal[5], y no se basaban en ninguna información nueva sobre la postura nuclear rusa, el hecho de que un presidente estadounidense en ejercicio hablara de la posibilidad de un «Armagedón» nuclear debería producir escalofríos a todos los individuos cuerdos del mundo.
El Kremlin no habla de armas nucleares tácticas
Lo primero y más importante es que el Kremlin no ha hablado en absoluto del empleo de armas nucleares tácticas. Cero.
El presidente ruso Vladimir Putin ha indicado que Rusia utilizaría «todos los medios a su disposición» para proteger a Rusia. La última vez que lo dijo fue el 21 de septiembre, cuando en un discurso televisado en el que anunciaba una movilización parcial[6], acusó a Occidente de realizar un «chantaje nuclear», citando «las declaraciones de algunos representantes de alto rango de los principales estados de la OTAN sobre la posibilidad de utilizar armas nucleares de destrucción masiva contra Rusia».
Putin aludía a una declaración que Liz Truss[7] hizo antes de ser elegida primera ministra británica, cuando, en respuesta a una pregunta sobre si estaba dispuesta a asumir la responsabilidad de ordenar la utilización del arsenal nuclear del Reino Unido, respondió: «Creo que es un deber importante del primer ministro y estoy dispuesta a hacerlo.»
«Quiero recordarle», dijo Putin, «que nuestro país también tiene varios medios de destrucción y algunos componentes más modernos que los de los países de la OTAN. Y si la integridad territorial de nuestro país se ve amenazada, sin duda utilizaremos todos los medios a nuestro alcance para proteger a Rusia y a nuestro pueblo.»
Las declaraciones de Putin coincidieron con las del ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, que en un discurso pronunciado el 16 de agosto en la 10ª Conferencia de Moscú sobre Seguridad Internacional[8], afirmó que Rusia no utilizaría armas nucleares en Ucrania. Según Shoigu, las armas nucleares rusas están autorizadas para su uso en «circunstancias excepcionales», como se describe en la doctrina rusa publicada, ninguna de ellas corresponde a la situación de Ucrania. Cualquier conversación sobre el uso de armas nucleares por parte de Rusia en Ucrania, dijo Shoigu, es «absurda». Aparentemente no para Biden, quien a pesar de su afirmación de conocer a Putin «bastante bien», se equivocó al hablar de la posibilidad de un conflicto nuclear.
El riesgo no es que Rusia inicie una guerra nuclear preventiva por Ucrania. El riesgo es que EEUU lo haga.
La promesa de Biden de una «política de propósito único”
Biden llegó al cargo en febrero de 2021 prometiendo que la doctrina nuclear de EEUU sería una «política de propósito único», según la cual «el único propósito de nuestro arsenal nuclear debe ser disuadir –y, si es necesario, tomar represalias– un ataque nuclear».
Estamos a fines de octubre de 2022 y EEUU se encuentra en una situación en la que el propio presidente teme un posible «Armagedón» nuclear. Si alguna vez hubo un momento para que Biden cumpliera su promesa, es ahora. Pero permanece en silencio.
El peligro inherente al silencio de Biden es que Putin y otros funcionarios rusos preocupados por la seguridad nacional rusa deben basarse en la doctrina nuclear estadounidense ya publicada, que sigue consagrando la política de anticipación nuclear promulgada durante la administración de Bush II. Según esta doctrina, las armas nucleares son una herramienta más en la caja de herramientas del ejército, que se utilizará cuando sea necesario, incluyendo las ocasiones en las que el propósito sea la destrucción de objetivos en el campo de batalla con el simple propósito de obtener una ventaja operativa.
Se puede argumentar que este tipo de previsión no-nuclear tiene en sí un valor de disuasión, que hace que un oponente se pregunte si el presidente podría actuar de forma tan irracional.
«Lo llamo la teoría del loco», dijo el ex presidente estadounidense Richard Nixon a su ayudante[9], Bob Haldeman, durante la guerra de Vietnam. «Quiero que los norvietnamitas crean que he llegado al punto de hacer cualquier cosa para ganar la guerra. Les diremos ‘por Dios, saben que Nixon está obsesionado con el comunismo. No podemos contenerlo cuando se enfada, y tiene la mano en el botón nuclear’, y el propio Ho Chi Minh estará en París en dos días rogando por la paz».
Teoría del loco
Trump insufló nueva vida a la «teoría del loco» de Nixon, diciéndole a Corea del Norte[10] que si seguía amenazando a EEUU «se encontrará con fuego, furia y el amplio ejercicio de un poder como este mundo nunca ha visto antes». Trump mantuvo tres reuniones cara a cara con el líder norcoreano Kim Jung-Un en un esfuerzo fallido por lograr la desnuclearización de la península de Corea.
Fue con Trump que la Marina de EEUU desplegó la ojiva nuclear de bajo rendimiento W-76-2 en sus misiles balísticos lanzados desde submarinos Trident, lo que dio al presidente un mayor rango de opciones a la hora de emplear armas nucleares.
«Esta capacidad suplementaria», declaró John Rood, entonces subsecretario de defensa[11], «refuerza la disuasión y proporciona a EEUU un arma estratégica de menores efectos, más rápida y con mayor capacidad de supervivencia; apoya nuestro compromiso con la disuasión ampliada; y demuestra a los adversarios potenciales que no hay ninguna ventaja en el empleo nuclear limitado porque EEUU puede responder de forma creíble y decisiva a cualquier escenario de amenaza».
Uno de esos escenarios de amenaza que se probó implicaba el empleo teórico de una ojiva de bajo rendimiento W-76-2 en un escenario europeo del Báltico en el que se utilizaron objetivos potencialmente reales en tiempo de guerra. En resumen, EEUU se entrenó para utilizar preventivamente el W-76-2 para obligar a Rusia a retroceder (desescalar) antes de arriesgarse a una escalada nuclear que desembocara en un intercambio nuclear generalizado; en resumen, el Armagedón.
Lo que nos lleva al momento actual. Bombarderos B-52 con capacidad nuclear de EEUU han volado a Europa desde sus bases, donde ensayaron la utilización de armas nucleares contra un objetivo ruso. Otras docenas de aviones, que vuelan desde la base de la Fuerza Aérea de Volkel en los Países Bajos (donde se encuentra un arsenal de bombas nucleares B-61 de EEUU), practicaron el empleo de armas nucleares de la OTAN contra… Rusia.
Rusia ha respondido al simulacro nuclear de la OTAN con su propio ejercicio nuclear anual[12], «Grom» (Trueno). Estos simulacros implican maniobras a gran escala de las fuerzas nucleares estratégicas de Rusia, incluyendo el lanzamiento de misiles. En una declaración sin parangón por su hipocresía, un funcionario de defensa estadounidense, que habló anónimamente, dijo que «la retórica nuclear rusa y su decisión de proceder a este ejercicio mientras está en guerra con Ucrania es irresponsable. Blandir armas nucleares para coaccionar a EEUU y sus aliados es irresponsable». Médico, aplícate tu medicina.
El 22 de octubre de 1962, hace casi 60 años, Kennedy pronunció un dramático discurso televisivo de 18 minutos ante el pueblo estadounidense en el que reveló «pruebas inequívocas» de la amenaza de los misiles. Kennedy anunció que EEUU impediría que los barcos con armas llegaran a Cuba y exigió a los soviéticos que retiraran sus misiles.
Al mismo tiempo, el embajador de EEUU en la Unión Soviética, Foy Kohler, entregó una carta de Kennedy al Premier soviético Nikita Khrushchev[13], en la que decía «lo que más me ha preocupado ha sido la posibilidad de que su gobierno no entienda correctamente la voluntad y la determinación de los EEUU en una situación determinada, ya que no he asumido que usted o cualquier otro hombre cuerdo, en esta era nuclear, hunda deliberadamente al mundo en una guerra que está clarísimo que ningún país podría ganar y que sólo podría tener consecuencias catastróficas para todo el mundo, incluido el agresor.»
Joe Biden haría bien en reflexionar sobre esa carta y todo lo que ocurrió después, y comprender que si se sustituye «EEUU» por «Rusia», se obtiene una evaluación precisa de la actual visión mundial de Rusia en lo que respecta a la OTAN y las armas nucleares. Este no es el momento de dramatizar, ni de una retórica teatralmente incendiaria. Este es el momento de la madurez, de la cordura… de la moderación.
Un líder sabio habría reconocido la posibilidad de una percepción errónea por parte de Rusia cuando la OTAN, apenas una semana después de haber sido animada por el presidente ucraniano a iniciar un ataque nuclear preventivo contra Rusia, lleva a cabo un importante ejercicio en el que ensaya el lanzamiento de bombas nucleares sobre Rusia. Un líder sobrio habría pospuesto estos simulacros y habría animado a Rusia a tomar medidas similares con respecto a sus ejercicios nucleares. En lugar de ello, EEUU recibe una referencia improvisada a un Armagedón nuclear por parte de un ególatra narcisista que utiliza el horror de la aniquilación nuclear como mantra para recaudar fondos.
Bastaría un error de cálculo, un solo malentendido, para convertir 'Steadfast Noon' en «High Noon» (A la hora señalada), y «Grom» (Trueno) en «Molnya» (Rayo).
Ya hemos visto este escenario antes. En noviembre de 1983 la OTAN llevó a cabo un ejercicio de puesto de mando, con el nombre en clave de Able Archer ’83[14], diseñado para probar los «procedimientos de liberación de armas nucleares». Los soviéticos estaban tan alarmados por este ejercicio, que creían que podía utilizarse para enmascarar un ataque nuclear preventivo de la OTAN contra la Unión Soviética, que cargaron cabezas nucleares en bombarderos, llevando a la OTAN y a la Unión Soviética al borde de una guerra nuclear.
Más tarde, al recibir informes de inteligencia sobre el temor soviético a un ataque nuclear preventivo de EEUU, Reagan comentó que, «Nosotros [EEUU] teníamos muchos planes de contingencia para responder a un ataque nuclear. Pero todo ocurriría tan rápido que me preguntaba cuánta planificación o razón podría aplicarse en una crisis así… ¡seis minutos para decidir cómo responder a un parpadeo en un radar y decidir si desatar el Armagedón! ¿Cómo podría alguien usar la razón en un momento así?»
Esta revelación provocó un cambio de actitud por parte de un presidente que, hasta entonces, era conocido por calificar a la Unión Soviética de «Imperio del Mal» y bromear con el lanzamiento de misiles nucleares contra el objetivo soviético.
Poco más de cuatro años después de Able Archer ’83, Reagan se sentó con Mijaíl Gorbachov y firmó el Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio, un acuerdo histórico que, por primera vez en la historia del control de armas, eliminó una clase de armas nucleares de los arsenales de EEUU y la Unión Soviética.
Sólo cabe esperar que la actual crisis nuclear dé lugar a un avance similar en materia de control de armas en un futuro no muy lejano.
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Notas
[1] applewebdata://BDE1A27C-3D73-46BF-A600-8293F7333E2B#:~:text=%22The%20fundamental%20purpose%20of%20NATO%27s%20nuclear%20capability%20is,security%20environment%20for%20a%20world%20without%20nuclear%20weapons.%22.
[4] https://www.cnn.com/2022/10/06/politics/armageddon-biden-putin-russia-nuclear-threats/index.html
[5] https://www.cnn.com/2022/10/07/politics/joe-biden-vladimir-putin-armageddon-analysis
[6] applewebdata://BDE1A27C-3D73-46BF-A600-8293F7333E2B#h_269d15d0df65cd6fdb8e713cadd5d215
[8] https://news.yahoo.com/shoigu-states-russia-no-nuclear-080241978.html
[9] https://obrag.org/2022/10/in-1969-president-nixon-threatened-to-use-nuclear-weapons-in-vietnam/
[10] https://www.cnn.com/2017/08/09/politics/trump-fire-fury-improvise-north-korea/index.html
[13] https://microsites.jfklibrary.org/cmc/oct22/doc4.html
[14] https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB427/
Consortium News