El Ministro de Economía Caputo y su estafa piramidal
La decisión de radicalizar la estrategia y "cerrar todas las canillas" de la emisión monetaria parecen señalar que en los próximos meses se definirá la posibilidad de un futuro venturoso para el gobierno paleo-libertario. Ganar tiempo y conseguir más deuda es el quid de la cuestión.
En el marco de una economía en depresión, el gobierno de Javier Milei enfrenta un momento decisivo en su estrategia financiera. Luego de algún tiempo de tranquilidad, en el último mes las reservas del Banco Central cayeron casi 3000 millones de dólares (aproximadamente un 10%), mientras los dólares paralelos legales (CCL y MEP) y el riesgo país se dispararon. Según Toto Caputo, la pérdida de reservas se asocia básicamente a las importaciones extraordinarias de energía de las últimas semanas, algo que amenguará en breve. Sin embargo, la credibilidad del esquema macroeconómico está en cuestión.
Para calmar las aguas, el Ministro de Economía avanza con una política de intervención en el mercado cambiario, vendiendo los escasos dólares disponibles para bajar los paralelos. Esta estrategia pretende a su vez frenar el efecto inflacionario que tiene la suba de la moneda extranjera sobre el precio de los productos de primera necesidad y en particular los alimentos. La baja de la inflación es, al fin y al cabo, la única cocarda que puede presentar el gobierno nacional, a pesar de que todavía se sostiene en torno a un altísimo 4% mensual.
La pregunta del momento es cuánto tiempo podrá sostener esta decisión y si encontrará una salida (sea, salir del cepo para acelerar el ingreso de capitales especulativos o conseguir más dólares a través de más endeudamiento) antes de que se le acaben las divisas o los actores económicos más relevantes (exportadores, acreedores internacionales, importadores) asuman que la situación está fuera de control. Muchos creen que el dólar está demasiado barato y que la intervención del Banco Central sólo acrecienta esta situación.
Para traer calma, el Ministro ha indicado en varias oportunidades que su estrategia de "sacar pesos" de la economía deprimirá el valor del dólar y que -en breve- las personas deberán "vender dólares para pagar sus impuestos". Se nota que no conoce al inversor argentino que tiende a ahorrar en dólares, y vende a su mascota antes de deshacerse de unos verdes. Para colmo, la frase recuperó del inconsciente colectivo la mítica afirmación de que "el que apuesta al dólar pierde" de un Ministro de Economía de la última dictadura militar (Lorenzo Sigaut), quien sólo es recordado porque poco después de dicha afirmación se produjo una violenta devaluación.
Hace unos días, el 30 de Julio de 2024, el Ministro Caputo junto al presidente del Banco Central (Santiago Bausili) y otros funcionarios, se reunieron con la crema de la fauna Trader porteña. Los representantes de una decena de financieras y consultoras, básicamente especuladores vernáculos, escucharon atentamente como el Ministro afirmaba que ya tenía garantizados los recursos para hacer frente a las obligaciones de deuda externa de los próximos 18 meses, que se presentan como multibillonarias. Se explayó sobre los beneficios de las últimas medidas y del camino emprendido.
Muchos de los participantes de la reunión salieron extasiados, como si habiendo tenido una epifanía, sus ojos se hubieran abierto. "Muy 'bullish' todo", señalaron; traducción "ahora sí, la cosa va". Algunos otros, sin embargo, empiezan a ver al nuevo Toto mileista modelo 2024 y comienzan a llorar, recordando al viejo Toto macrista modelo 2018, que dejó un tendal de heridos durante aquella gestión en tandem con Federico Sturzenegger.
Por lo pronto, parece que el encantador de serpientes que es Toto Caputo lo está haciendo de nuevo, y vende un futuro venturoso para aquellos que acepten creer. Parece que el Ministro esta armando una estafa piramidal, al estilo Leonardo Cositorto (que está en el penal de Bouwer en Córdoba). Las palabras de Caputo buscan acercar a una multiplicidad de desprevenidos inversores que, con la intermediación de los 'Traders' recién bautizados, aportarán recursos para estirar la agonía del Banco Central hasta que el ministro consiga más deuda (del FMI o de sus amigos especuladores) o todo colapse. Un clásico esquema Ponzi está en marcha.
Los economistas poskeynesianos dicen que la economía tiene una configuración no-ergódica, es decir, que el futuro es incognoscible y cualquier proyección del pasado hacia adelante será incierta. Ahora bien, no se vos, pero si me preguntás a mi que hago con los pocos pesos que puedo ahorrar, te diría que me traigas unos verdes con la cara de Washington. Eso sí, cara grande [se refiere al nuevo modelo del billete de 100 dólares].
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