El plan para subyugar a los palestinos sigue adelante
Incluso aquellos que se burlaron del ministro de finanzas sionista, Bezalel Smotrich, están participando, o apoyando en voz alta o con su silencio, el abrumador uso de la fuerza por parte del régimen contra los palestinos en todas partes
Independientemente del bajo número de escaños que se prevé que Bezalel Smotrich gane, según las encuestas, Israel ya está implementando el plan del ministro de finanzas para subyugar a los palestinos e incluso ir más allá de las líneas y límites que ha descrito públicamente. El decisivo Plan Smotrich, como él lo llama, es el hermano gemelo de la revisión judicial. Sus creadores, partidarios y defensores provienen del entorno cada vez más fuerte de los colonos religiosos sionistas.
La mayoría de los israelíes se oponen al golpe de estado, cuyo eje central es dar al régimen un poder político ilimitado y reducir aún más su prestación de servicios sociales. Pero una mayoría aun mayor de judíos israelíes apoya abiertamente, en la práctica mediante su implicación y en TikTok, esta política del régimen golpista aplicada contra todos los palestinos. El ataque del 7 de octubre fue la causa inmediata. Pero, en esencia, es la misma política de subyugación que Israel ha estado aplicando durante al menos 75 años. Smotrich, sin rodeos, simplemente lo articuló con precisión.
Hace siete años, en la primavera de 2017, Smotrich -todavía diputado por el partido Habayit Hayehudi-, presentó en círculos sionistas religiosos en privado su plan para un estado desde el mar hasta el río, para un sólo pueblo. El pueblo judío. Hubo quienes llegaron a la conclusión de que el asesinato masivo de niños y mujeres palestinas estaba incluido en su tercera opción: una guerra total contra los palestinos que se niegan a emigrar o a permanecer aceptando la negación de sus derechos nacionales en este país.
En respuesta a los críticos de su plan en Haaretz, refutó por completo la interpretación extrema de sus palabras, y presumiblemente al hecho de que se basó en las cartas enviadas por Joshua bin Nun, según un texto de la torá, a los habitantes de la tierra que estaba a punto de conquistar, de acuerdo con la Biblia ("Haaretz, no llamé a la matanza de todos los palestinos", 4 de junio de 2017).
Ya en una sincera entrevista que concedió a Ravit Hecht hace más de siete años (Haaretz, 3 de diciembre de 2016), Smotrich mencionó a Joshua y sus cartas. "Estamos decidiendo el conflicto: estoy destruyendo sus esperanzas de crear un estado", le dijo a Hecht, y cuando ella le preguntó "cómo", él respondió: "Cuando Josué entró en la tierra, envió tres cartas a sus habitantes: los que quieran aceptar [nuestra dominación] aceptarán; los que quieran irse, se irán; los que quieran luchar, lucharán. ... A aquellos que quieran irse, y habrá quienes se vayan, yo los ayudaré. Cuando no tengan esperanza ni perspectivas, se irán, como ocurrió en 1948".
No es coincidencia que desde el comienzo de la guerra, Smotrich haya estado entre los miembros del gabinete y los políticos que han defendido con entusiasmo la solución "humana" para los no combatientes en Gaza: la transferencia "voluntaria" de población. Los ataques aéreos y el genocidio ayudan. De hecho, todos los días incluso los mayores patriotas de Gaza salen del territorio, huyendo de los horrores de la destrucción y la muerte, si tienen el dinero o las conexiones adecuadas.
Luego, en 2016, Smotrich le dijo a Hecht: "Aquellos que no se vayan tendrán que aceptar el gobierno del estado judío, en cuyo caso pueden permanecer, y en cuanto a aquellos que no lo hagan, lucharemos contra ellos y los derrotaremos". En ese momento, el joven miembro de la Knesset se centró en Cisjordania y presentó su anexión y la expansión de los asentamientos y el aumento del número de colonos como el arma principal en el proceso de subyugación. Hoy, la derrota y la subyugación son las reglas de juego en todas las regiones.
La ya bien dividida y aislada Cisjordania está aún más fragmentada por las barreras, los puestos de control y las puertas de hierro cerradas a las salidas de los pueblos y ciudades y por las nuevas carreteras que los colonos supremacistas han construido. La Administración Civil, el ejército y, aparentemente, colonos individuales continúan expulsando a los palestinos de sus tierras. Las medidas económicas de venganza, orquestadas por Smotrich, han empobrecido a los residentes hasta un punto que no habían experimentado en muchos años. Al mismo tiempo, el régimen aprueba la construcción de cada vez más viviendas para judíos. El final de esta sangrienta guerra en la Franja de Gaza no está a la vista.
Y dentro de Israel, el ministro de Finanzas, Smotrich, se aseguró de recortar las asignaciones del régimen a la población árabe incluso antes de la guerra. Y la fuerza policial que pertenece a su amigo/rival el Ministro de Seguridad Nacional Itamar Ben-Gvir y la incendiaría opinión pública se aseguran que los ciudadanos palestinos israelíes ni siquiera puedan expresar sus sentimientos de dolor y conmoción por el destino de su pueblo en la Franja de Gaza.
La punta de lanza de la batalla en el asalto a la justicia, a saber, los Hermanos y Hermanas de Armas, es también la punta de lanza en el aplanamiento de Gaza y el asesinato masivo de sus civiles. Hace aproximada un año, cientos de miles de israelíes que protestaban, opuestos al asalto a la justicia, frustraron el despido del ministro de Defensa Yoav Gallant, cuya incompetencia profesional y fracaso ministerial quedaron expuestos por los acontecimientos del 7 de octubre. Están ausentes de las manifestaciones por la liberación de los rehenes.
Incluso aquellos que se burlaron del inglés y del analfabetismo económico del actual ministro de finanzas y ministro a tiempo parcial de defensa están participando, o apoyando en voz alta o con su silencio, el abrumador uso de la fuerza por parte del régimen contra los palestinos: en la Franja de Gaza, en Cisjordania y en el propio Israel. La mayoría de los israelíes se han sorprendido de las declaraciones sin miramientos de Smotrich, que francamente reflejan la opinión del régimen, en el sentido de que el regreso de los israelíes retenidos por Hamas el 7 de octubre no es lo más importante. Pero la mayoría de los judíos israelíes no se sorprenden por el asesinato de más de 20.000 mujeres y niños en la Franja de Gaza, la creciente hambruna y el peligro de muerte y deshidratación de sus habitantes.
Cuando termine esta terrible guerra, quién sabe cuándo, la mayoría que se opuso al asalto a la justicia descubrirá que casi se ha completado. El control judicial es más débil y más sumiso al régimen que nunca, el sistema escolar está en total consenso y es más cobarde que nunca, y los medios de comunicación están actuando como portavoces del ejército llenos de entusiasmo. Verdaderamente una victoria.
haaretz.com. Traducción: Enrique García para Sinpermiso.