El segundo día
11/10/2022.- Por segundo día consecutivo, las fuerzas aeroespaciales rusas atacaron infraestructuras críticas ucranianas en un acto que ha sido, como era de esperar, nuevamente condenado por Ucrania y sus patrones occidentales, que consideran inaceptable que Rusia haga, más de 200 días después del inicio de su intervención militar, lo que la OTAN y sus países más importantes acostumbran a hacer de partida. Rusia continuó atacando ayer centrales eléctricas e hidroeléctricas, lo que ha obligado a Ucrania a detener la exportación de electricidad (que servía para disminuir el efecto, en Alemania y sus vecinos, del encarecimiento de la energía como consecuencia de las sanciones a Rusia) y pedir a la población que reduzca el consumo. Ciudades como Lviv han quedado sin suministro eléctrico.
Al contrario que en el primer día de esta fase activa de ataques contra las infraestructuras civiles ucranianas, los misiles rusos atacaron también las infraestructuras ferroviarias, entre las que destacan dos: el nudo de comunicaciones de Pavlograd en la región de Dnipropetrovsk y Shepetovsky, en la región de Jmelnitski, en el oeste del país, claves para la logística de las entregas de armas occidentales al régimen y su llegada al frente.
En las últimas horas, Ucrania ha centrado el discurso en la condena al uso de drones iraníes, argumento que ha utilizado recientemente, sobre todo en su intento de lograr suministro de armas, concretamente para su defensa aérea, por parte de Israel. Sin embargo, no son los drones iraníes sino los misiles rusos los que están causando gran parte de los daños materiales. Pero como han apuntado expertos militares, los Geran-2 cumplen un papel importante: su uso, menos costoso que el uso de misiles Kalibr, permite ataques más intensos, con lo que la gran cantidad de objetivos simultáneos consigue saturar a las defensas aéreas ucranianas. Y es que, pese a la superioridad material de la que Rusia disfrutó desde los primeros momentos de su intervención militar, Moscú nunca ha intentado dominar completamente los cielos.
Ucrania, a pesar de la intervención de la OTAN, no consiguió limitar las posibilidades de actuación de la aviación rusa, y sus defensas aéreas han respondido sin solvencia durante todos estos meses. Sin embargo, como se ha visto también al otro lado del frente, ninguna defensa aérea es infalible y el uso combinado de una gran cantidad de proyectiles y drones es capaz de saturar y superar las defensas enemigas. Esa ha sido la táctica usada por los palestinos contra la "Coraza de hierro" de Israel y por los ucranianos en objetivos importantes como el puente Antonovsky en Jerson. Y está siendo utilizada también por las fuerzas rusas en este reciente ataque.
Los ataques de misiles rusos -y drones iraníes- a las infraestructuras energéticas ucranianas han causado una amplia ola de indignación en Ucrania y entre sus jefes occidentales, que han olvidado que las subestaciones eléctricas y las infraestructuras de suministro y filtrado de agua han sido uno de los objetivos recurrentes de las tropas ucranianas en Donbass a lo largo de los últimos ocho años. De ahí que, en los nuevos territorios rusos, pese a la solidaridad que pueda haber con la población civil, este ataque que busca minar las comunicaciones para limitar las posibilidades ofensivas de Ucrania se haya visto como algo justificado.
Los ataques se han repetido a una escala ligeramente más baja, menos épica que el día anterior, pero que no engañe el mapa: ha ido bien. Se han utilizado tanto los Kalibr de la flotilla del mar Caspio como los X-101 para destruir las infraestructuras y depósitos militares, junto a drones Geran-2 para abrir las defensas aéreas y misiles aire-aire R-37M a modo de distracción.
El resultado es que la defensa aérea ha sido sobrepasada otra vez: todos los objetivos han sido alcanzados de forma más clara que el primer día. Primero, los Geran colapsaron la central de Ladizhenskaya y posteriormente los Kalibr iluminaron de nuevo la ciudad de Lviv, destruyendo dos plantas eléctricas. Una vez más, algo impactó en la central de Bushitinskaya, pero el gobernador de la región, como buen partisano, se mantuvo en silencio y solo habló entre dientes para decir que todo va a ser reparado y que las defensas aéreas habían interceptado "todos los misiles".
Y sigue la lista, por ejemplo, en Sepetovka, la patria de Nikolai Ostrovsky, explotó un polvorín. Y una unidad militar. La lista es larga. La herencia soviética pasa a estar en la lista de pérdidas y los Iris-T alemanes no ayudan, es a ellos a quien superaron los misiles Kalibr. Los atravesaron.
Como respuesta, el enemigo golpea al tan sufrido Donbass y la frontera con la Federación Rusa, roto de ira y consciente de que mañana habrá más misiles. Y los seguirá habiendo. Por el momento, la población de Kiev empieza a comprender lo que ocurre y se marcha de la ciudad. Hacen lo correcto, esto no son sellos sobre el puente de Crimea, sino los misiles de las Fuerzas Aeroespaciales rusas. También recomendaría a la población de ciudades cercanas a infraestructuras críticas que hicieran algo parecido y lo hicieran rápido. Nunca se sabe qué puede pasar en el futuro.
Estoy lejos de estar contento, porque estamos en guerra contra nosotros mismos, hay rusos matando a otros rusos. Y no es una victoria, solo es algo como la artillería antes de la ofensiva. Una vez más los civiles sufrirán, y las posibilidades de que los ataques cesen antes de tiempo no tienden a cero. Pero al ver estos pasos en la dirección correcta, que reforzarán a Rusia, no puedo no alegrarme. No me importa lo que digan los humanistas. Trabajad, camaradas oficiales. Seguid trabajando. Por Donbass y por los territorios fronterizos, por las víctimas de Maidan y Odessa, por los ataques terroristas y los torturados, por aquellos civiles que han vivido durante meses en sótanos. Y por aquellos que, gracias a estos misiles, sobrevivirán sobre el terreno cuando llegue la batalla terrestre.
slavyangrad.es / La Haine