El último enemigo del igualitarismo
El triunfo comercial y discursivo de libro 'El Capital en el Siglo XX' de Thomas Piketty, simboliza el cambio en el sentir de los estadounidenses y europeos. El capitalismo es, de repente, retratado como el repartidor de intolerable desigualdad, que desestabiliza las democracias liberales y que, en última instancia, genera el caos. Los economistas disidentes que pasaron largos años argumentando, aislados, en contra de la fantasía de la distribución por goteo, están naturalmente tentados a dar la bienvenida al fenómeno editorial de Thomas Piketty. La repentina resurrección de la irrefutable verdad de que el mejor pronóstico de nuestro éxito socio-económico es el éxito de nuestro padres, en contra de las sandeces de los modelos del 'capital humano', es indudablemente reconfortante. De igual modo que con la decepcionante teoría económica convencional, la tolerancia a la creciente desigualdad es evidente por todo el libro del profesor Piketty. Y sin embargo, a pesar del efecto calmante de la narrativa sobre la desigualdad del profesor Piketty, este artículo argumentará que El Capital en el Siglo XXI constituye un flaco favor a la causa del igualitarismo pragmático.