Elecciones presidenciales: Peleando por los indecisos
Cuando falta poco más de una semana para que se defina quien será el próximo presidente en la Argentina la mayoría de las encuestas coinciden en que hay un empate técnico entre Sergio Massa y Javier Milei. También en que la mayoría de las adhesiones son muy frágiles, por lo que cualquier acontecimiento de último momento puede torcer el resultado de la elección. La lupa esta puesta además en los indecisos, que son entre el 4 y el 8 % según las encuestadoras.
La caracterización de que los votos duros ya están garantizados en los dos bandos y que los indecisos son personas moderadas, escasamente interesadas por la política, ha influído en los discursos de los candidatos. Massa ha recorrido el país anunciando el fin de la grieta y Milei ha escondido su motosierra.
Si nos retrotraemos a un año atrás, las elecciones argentinas nos han deparado la caída de tres certezas que parecían inconmovibles. La primera es que Juntos por el Cambio [derecha] parecía tener asegurada la elección y el intendente de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, parecía imbatible. La segunda es que Javier Milei irrumpía como un candidato ascendente, pero no se le daban chances de que pudiera disputar la presidencia. La tercera es que en ningún escenario (ni contra Juntos por el Cambio, ni contra La Libertad Avanza[ultraderecha]) Sergio Massa tenía posibilidades de ganar en un eventual ballotage. Lo ocurrido es conocido: Rodríguez Larreta perdió la interna con Patricia Bullrich y Juntos por el Cambio quedó afuera del ballotage. Milei hizo una excelente elección en las PASO y Massa terminó siendo el candidato más votado en la primera vuelta.
En el acto de Mendoza, Milei afirmó que: “el 70% de los argentinos le dijo No al modelo populista”. La suma de La Libertad Avanza, Juntos por el Cambio, y Hacemos por Nuestro País da un 60%, el 10% restante lo agrega la exageración del candidato. El problema es que esos votos no necesariamente se suman, en particular cuando el candidato de la Libertad Avanza se ha ocupado especialmente de agredir a potenciales votantes.
A los cristianos, acusando al Papa de comunista; a los radicales, llamándoles “viejos meados” y burlándose de Ricardo Alfonsini al que denostò como: “El hiperinflacionario de Chascomus”. Tampoco se ha privado de espantar a los liberales progresistas por su reivindicación de la dictadura de Videla, y de asustar a los empresarios acusándolos de “prebendarios”, etc. Milei parece padecer el “síndrome de la derecha venezolana”, que aún en las peores crisis económicas no pudo derrotar al chavismo en las urnas, y que siempre ha justificado sus derrotas denunciando fraude.
La estrategia de Milei (y también de Juntos por el Cambio) ha sido que explote todo antes de la segunda vuelta), que es algo que no ha ocurrido. El gobierno ha seguido con su política de ajustes graduales, combinadas con anuncios, muy publicitados. de mejorar los ingresos a los sectores más vulnerables. Hoy se anunció un nuevo aumento de jubilaciones y pensiones.
Las últimas intervenciones de Milei, en su nueva asociación con el macrismo han apelado al gorilismo, que es un sentimiento extendido en la sociedad argentina y en particular en algunas provincias como Córdoba y Mendoza. Pero la divisoria de aguas entre peronistas y gorilas, que alguna vez identificó el conflicto en la sociedad, se ha ido diluyendo con el transcurso de los años. Wl candidato Sergio Massa tiene un perfil político más cercano al neoliberalismo progresista que al nacionalismo popular.
Una última encuesta realizada por CELAG que ha apelado a 2005 entrevistas personalizadas muestra un empate técnico, con 1,4 puntos a favor de Massa y un 8% de indecisos. También que si se pregunta por la opinión sobre temas políticos generales (justicia social, papel del Estado, comercio con otros países) la mayoría de las opiniones son favorables a las propuestas de Massa.
No está mencionado en el artículo sobre esta encuesta, publicada el viernes por Pagina 12, pero en la decisión final de los indecisos suelen pesar los aparatos. Su voto suele ser de aquellos a los que van a buscar y los acercan a los lugares de votación el día de la elección. Y en ese aspecto, es indudable que el Justicialismo tiene presencia nacional, mucha disposición y experiencia de dar esas batallas. Por el lado de Milei, quienes sí podrían aportar aparato y extensión territorial es el Partido Radical [derecha], pero hoy no parece muy dispuesto a involucrarse en esa disputa. Todavía faltan 8 días, lo que en un país como la Argentina es muchísimo tiempo.