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Europa, EE.UU. :: 28/10/2024

Emmanuel Todd: Si Ucrania y EEUU pierden la guerra, será Europa la que gane

Daniele Labanti / Emmanuel Todd
Entrevista con Emmanuel Todd :: Su nuevo libro, 'La derrota de Occidente', ha desencadenado un avispero de críticas contra el antropólogo francés, acusado de favorecer al presidente Putin

Fazi ha publicado la edición italiana de La derrota de Occidente, de Emmanuel Todd, publicado en Francia por Gallimard. El libro ha desencadenado un avispero de críticas contra el antropólogo francés, acusado desde hace una década de mantener posiciones favorables al presidente ruso Vladímir Putin. Una entrevista de Daniele Labanti, periodista del Corriere della Sera, que estudia Bolonia durante la época medieval y renacentista.

Profesor Todd, se ha escrito en Francia que usted quiere «hacer pasar sus sueños por realidad» y que lo que afirma no tiene ninguna base científica. ¿Qué responde usted?

La cuestión no es lo que la prensa francesa escribe sobre mí, sino conocer los hechos que revela la historia actual. Lo cierto es que EEUU no ha podido producir el material militar que necesitan los ucranianos, porque es un hecho que la potencia de su industria ha sido vaciada por la financiarización. Es un hecho que el ejército ucraniano está en retirada y que tiene dificultades para reclutar soldados. Es un hecho que las sanciones económicas occidentales han hecho más daño a la economía europea que a la rusa y también es un hecho que la estabilidad política de Francia está ahora más amenazada que la de Rusia.

La reestructuración de la economía rusa ha sido posible gracias a que este país produce más ingenieros que EEUU y a que países que no son aliados ni súbditos de EEUU han seguido comerciando con Rusia. Los comentarios de gran parte de la prensa francesa sobre mis sueños -Le Monde, Libération, L'Expres, etc.- sugieren que son ellos quienes viven en un sueño. El éxito de mi libro en Francia también sugiere el hecho de que esta prensa «no siempre es tomada en serio por los franceses.

Sin embargo, el libro se basa en sus teorías sobre el nihilismo y la decadencia religiosa en Europa. ¿Puede explicarnos su significado?

Los últimos vestigios de la estructura social y moral de origen religioso han desaparecido. Se ha alcanzado el estado cero de la religión. La ausencia de creencias, normas y hábitos de carácter u origen religioso, sin embargo, le deja a uno la angustia de ser un hombre, mortal, que no sabe lo que hace en la tierra. La reacción más banal a este vacío es la deificación del vacío: el nihilismo, que lleva al impulso de destruir las cosas, las personas y la realidad. Hablo aquí como antropólogo, como estudioso, y no como moralista. Debemos proteger a las personas que creen pertenecer a un género distinto del suyo. También es sorprendente pero significativo que, al aceptar la inflexibilidad del código genético, la ciencia y la Iglesia estén ahora del mismo lado. Contra la afirmación nihilista de lo falso.

Usted afirma que Europa ha delegado la representación de Occidente en EEUU y ahora está pagando las consecuencias. ¿Cómo cree que se puede cambiar esta tendencia?

En nuestro estado actual no podemos hacer otra cosa. Ha empezado una guerra. El resultado de esta guerra decidirá el destino de Europa. Si Rusia es derrotada en Ucrania, la subyugación europea a los estadounidenses se prolongará durante un siglo. Si, como creo, EEUU es derrotado, la OTAN se desintegrará y Europa quedará libre.

Aún más importante que una victoria rusa será la detención del ejército ruso en el Dnepr y la falta de voluntad del gobierno de Putin para atacar militarmente a Europa Occidental. Con 144 millones de habitantes, una población en retroceso y 17 millones de kilómetros cuadrados, el Estado ruso ya está luchando por ocupar su territorio. Rusia no tendrá ni los medios ni el deseo de expandirse una vez que se reconstituyan las fronteras de la Rusia precomunista. La histeria rusófoba occidental, que fantasea con el deseo de expansión rusa en Europa, es sencillamente ridícula para un historiador serio. El choque psicológico que espera a los europeos será darse cuenta de que la OTAN no existe para protegernos, sino para controlarnos.

¿Cree que Europa dio el último paso hacia esta subordinación durante los conflictos de los Balcanes, y especialmente con la cuestión de Kosovo?

No, todo empezó en Ucrania. Durante la guerra de Irak, después de Kosovo, Putin, Schröder y Chirac celebraron conferencias de prensa conjuntas. Esto aterrorizó a Washington. Parecía que EEUU podía ser expulsado del continente europeo. Por lo tanto, la separación de Rusia de Alemania se convirtió en una prioridad para los estrategas estadounidenses. Empeorar la situación en Ucrania sirvió a este propósito. Forzar a los rusos a la guerra para impedir la integración de facto de Ucrania en la OTAN fue, inicialmente, un gran éxito diplomático para Washington. El shock de la guerra paralizó a Alemania y permitió a los estadounidenses, en medio de la confusión general, volar por los aires el gasoducto Nordstream, símbolo del entendimiento económico entre Alemania y Rusia. Evidentemente, en una segunda fase, la de la derrota estadounidense, el control estadounidense sobre Europa quedará pulverizado. Alemania y Rusia volverán a encontrarse. Este conflicto es algo artificial. Lo que es natural, en una Europa con baja fecundidad y envejecimiento de la población, es la complementariedad entre la industria alemana y los recursos energéticos y minerales rusos.

¿Por qué se posiciona a favor de Rusia en la guerra de Ucrania y ve este conflicto como un ejemplo del fin de Occidente?

Soy un historiador objetivo. Quiero entender por qué en Occidente provocamos esta guerra y la perdimos, y con esta derrota perdimos también nuestro control sobre el mundo. No soy prorruso. Pero leo los textos de Putin y Lavrov y creo entender sus objetivos y su lógica. Si nuestros dirigentes hubieran tomado más en serio a investigadores como yo y algunos otros, no nos habrían llevado a semejante desastre. Un Putinófobo inteligente podría utilizar mi libro para combatir a Rusia. Por otra parte, cuando un periódico como Le Monde oculta a sus lectores -las élites francesas- la recuperación económica y social de Rusia, como ha hecho, desinforma a nuestros dirigentes sobre la estabilidad y el poder de Rusia y sirve al presidente Putin.

Usted introduce los conceptos de "oligarquía liberal" para muchos Estados europeos y de "democracia autoritaria" para Rusia. ¿En qué sistema preferiría vivir?

La oligarquía liberal no es un problema práctico para mí. No olvide que nací en el seno de la intelectualidad francesa. Mi abuelo Paul Nizan publicó con Gallimard antes de la guerra y tuvo como padrino a Raymond Aron. Su mujer, mi abuela Henriette, era prima de Claude Lévi-Strauss. Mi padre, Olivier Todd, fue un gran periodista del Nouvel Observateur. Básicamente, no soy más que un miembro disidente de la oligarquía intelectual. Además, amo apasionadamente a mi país, Francia, y viviré allí mientras el régimen no sea fascista o racista, y no tenga que convertirme en un refugiado político.

Si me convirtiera en refugiado político, no iría a EEUU, como era tradición en mi familia, porque están descendiendo a algo peor que la oligarquía liberal, el nihilismo. No me gusta la barbarie, soy demasiado conformista culturalmente, demasiado educado como se dice en francés. Creo que iría a Italia porque allí todo es bonito, o a Suiza porque parte del país habla francés. ¿Qué haría en Rusia?

sinistrainrete.info. Traducción: Antoni Soy Casals para Sinpermiso.

 

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