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José Agramonte Leyva, el farsante de Camagüey
Desde hace un tiempo, sitios digitales de la extrema derecha cubana están informando sobre la creación de “Gobiernos municipales paralelos de oposición” en determinadas poblaciones cubanas. Hasta el momento, que yo sepa, se han organizado cuatro: Camagüey, Artemisa, Santiago de Cuba y Placetas. Su labor es subvertir, usurpar y desprestigiar las labores de los Gobiernos municipales elegidos por el pueblo. Nada más nacer, estos “Gobiernos” -que cuentan con presidentes, secretarios y comisionados designados a dedo- se dedican a pedir dinero para (eso dicen) financiar sus actividades.
De inmediato llamó mi atención el grupo de Camagüey, porque de los diez miembros que lo componen, tres tienen apellidos comunes, y dos más son madre e hija. A la vista de tanto parentesco sospechoso, sentí curiosidad y decidí contactar con su “presidente”, un tal José Agramonte Leyva. En mi primer correo, le comenté que estaba dispuesto a ayudarles y él respondió lo siguiente: (extracto literal, faltas de ortografía incluidas):
“estimado hemano (...), nos enorgullese su disposicion de ayudarnos. nosotros agui en camaguey resibimos la ayuda economica que usted nos pueda enviar (...), ay tela por donde cortar y mucho trabajo por comensar a realisar, tenemos buenos hermanos dentro de las comisiones de gobierno (...), pero no tenemos recursos económicos para empesar a realisar nuestro trabajo”. A continuación me facilitó información sobre cómo hacerle llegar el dinero que, en principio, serían 250 euros y “dos o tres teléfonos celulares” (los celulares que no falten, parecen ser signo de distinción), además mentía porque se lamentaba de no tener efectivo, cuando me constaba que ya había recibido dinero de varios donantes.
Mi respuesta, de fecha 28 de julio, fue la siguiente:
“Sería bueno que ustedes emprendieran acciones reivindicativas (reales o no) para que más gente se anime a cooperar (...). Esas acciones hay que darles publicidad para que lleguen a Internet (...). Incluso pueden comentar que sufren presiones de la policía sean o no ciertas”. A mi propuesta él respondió que “entendía muy bien” lo que yo le solicitaba. A pesar de su respuesta, un día después, le envié otro correo haciéndole ver la necesidad de efectuar un comunicado, relatando la existencia de un altercado o represión, porque había gente dispuesta a colaborar económicamente pero desconfiaban, es decir, le pedí que hiciera algo de ruido para convencer a los indecisos.
Dicho y hecho. Tan sólo diez días más tarde, Agramonte Leyva envió un comunicado a una serie de correos -entre los que figura el traidor a la Revolución, Huber Matos- informando que los integrantes de su “Gobierno” habían sido objeto de amenazas por parte de la Seguridad del Estado (una información o falsa, o provocada por él). Significativamente, ese mismo día recibí un correo suyo privado donde me solicitaba dinero, o leído de otra forma: él había cumplido ya su parte y ahora me tocaba a mí aflojarme el bolsillo. Ni que decir tiene que los sitios digitales del “exilio”, recogieron la noticia de la represión, una noticia ideada, en primera instancia, por quien esto suscribe.
El semi-analfabeto Agramonte, ha sido citado como periodista en varios lugares, incluyendo la revista digital Cubaencuentro, pese a que esta publicación alardea de representar a la intelectualidad anticastrista (¡qué sarcasmo!), y es considerado un “opositor” por el analista político de El Nuevo Herald de Miami, Adolfo Rivero Caro. Es evidente que nuestro hombre, de periodista tiene poco y de opositor menos. Lo que sí ha resultado ser, es un experto exigiendo plata e insultando a quien no se pliega a sus exigencias. A la vista de lo acontecido, intuimos cual debe ser la actividad favorita de los “Gobiernos paralelos”, puesto que todos están cortados por el mismo patrón.
Un apunte final: el grupo de Placetas, lo dirige Jorge Luis García, alias "Antúnez", un tipo que ha recibido ayuda económica de la organización terrorista Fundación Rescate Jurídico. Peseteros, embusteros, amigos de terroristas… ¡menudo potaje!
