Estados Unidos, la UE y sus cruzadas imperialistas
Resulta que el imperialismo estadounidense puede tener bases militares instaladas por todo el planeta, tener un ejército descomunal, tener ojivas nucleares, puede rodear con bases militares un país que pretende arrodillar, puede instalar (con la complicidad de sus socios europeos) a un régimen nazifascista en Ucrania y barnizarlo de “primaveral"; puede haber sido el país que más guerras ha desatado y más países ha invadido, puede haber bombardeado Irak, Libia, Siria, Afganistán, Yugoslavia (etc.), causando millones de muertes y la destrucción de países enteros; puede tener bases de entrenamiento de torturadores paramilitares como en Colombia, desde las que salen mercenarios a desmembrar campesinos que se oponen al saqueo capitalista de los recursos; puede financiar mercenarios fanáticos religiosos en medio planeta con la finalidad de combatir a los revolucionarios y de sembrar el caos controlado para así saquear mejor lo que sus multinacionales codician, puede emprender guerras de la mano de sus socios torturadores como la guerra contra Yemen, Palestina, etc... ¡PERO, aaah!...
¡Pero, pero, PERO!...
Ningún país puede querer defenderse de semejante angelito, si no, será tildado por los medios de alienación masiva propiedad de la clase parásita, como “país guerrerista”, “país terrorista”, “país poco amante de la paz, que hay que bombardear humanitariamente”, etc.
Sobra decir que los propietarios de las grandes corporaciones mediáticas también poseen capital en las multinacionales interesadas en saquear las riquezas de los países a invadir, capital en el complejo militar-industrial, etc. Es decir: para el Capital las guerras imperialistas son un gran negocio.
El capitalismo, en una de las crisis consustanciales a su misma lógica, una crisis de dimensiones telúricas, busca reencaucharse a través de nuevas guerras imperialistas. Y parece ser que Rusia es el país elegido por el imperialismo estadounidense y europeo para esta nueva empresa de destrucción y muerte a gran escala. Desde que el imperialismo estadounidense y la Unión Europea instigaron, financiaron y finalmente instalaron al fascismo al poder en Ucrania, era bastante previsible su próximo movimiento de rapiña y muerte.
Una vez más, la clase trabajadora, a nivel internacional, debe alzar su voz contra las pretensiones imperiales de emprender otra guerra, contra la subida del fascismo auspiciado por el gran Capital, contra todos aquellos monstruos que desata el Capital para mantener su sistema de explotación triturando humanidades y planeta.