Estambul, ciudad mágica
Es difícil encontrar palabras para expresar lo que sentí al llegar por primera vez a Estambul. La ciudad me fascinó. Transcurridos más de sesenta años Estambul me sigue encantando.
Volví ahora en febrero para una despedida. Pasaron solamente cuatro años desde la última visita. La primera sorpresa fue Santa Sofía, hoy museo. Había olvidado que contemplada desde el exterior de las fachadas, por la pobreza del material de construcción (ladrillo), no permiten imaginar la belleza de la gigantesca nave. Adentro, los mármoles, los frescos de la bóveda, las columnas, los capiteles corintios y compuestos deslumbran; todas las grandes catedrales de Europa son pequeñas comparadas con esta.