Fidel, siempre Fidel
Dejó una impronta que se extiende desde la segunda mitad del siglo veinte hasta nuestros días.
¿Quién se acuerda hoy de Kennedy, Nixon, Reagan, Adenauer, De Gaulle, para ni hablar de Felipe González, Berlusconi, Thatcher, Gorbachev y, entre nosotros, Menem, Salinas de Gortari, Fujimori, Collor de Melo y tantos otros? ¿Cuáles fueron sus enseñanzas o su legado? Ninguno.
En cambio, Fidel, discípulo privilegiado de José Martí, nos dejó un acervo impresionante de conocimientos y experiencias, un ejemplo moral inmarcesible, una luz que sigue orientando la lucha inconclusa de los condenados de la tierra para poner fin a la dominación imperialista y sus peones oligárquicos en la periferia.
Por eso, Fidel es Fidel, y punto. Aquí lo vemos con un libro: “No nos crean, lean”, le decía a su pueblo sabiendo que sólo la cultura nos hará libres.
¿Cuántos jefes de estado dijeron, o dicen, lo mismo? Ninguno. ¿Por qué? Porque Fidel era de otra galaxia, un sabio que tenía una estatura intelectual y moral incomparable y, además, una valentía a prueba de fuego. ¡Feliz cumpleaños, Comandante, estés donde estés!