¿Cómo funciona esta guerra en la que estamos inmersos?
Si es una guerra debe parecerse a eso: tiempos, generales y tropas identificadas, posiciones marcadas. Al menos en sus líneas gruesas. En Venezuela llegó sin proclamas ni cascos y atacó estructuras y cotidianos. Nuestras vidas se deslizaron en sus escenarios hasta quedar en ellos sin darnos cuenta muchas veces. Hoy resulta más sencillo detectar a su comandancia, ahí están las declaraciones de la plana mayor de los Estados Unidos. Anuncian movimientos, ángulos de asalto, necesidades de un imperio que no es el que era.
La pregunta sigue en pie: ¿cómo funciona esta guerra en la cual estamos inmersos? Es clave comprender sus lógicas, no se puede combatir lo que no se entiende. Quien, dentro de un trabajo colectivo, se ha dedicado al estudio de las nuevas formas de la guerra es Ana Esther Ceceña. Sus reflexiones permiten conformar un cuadro de análisis para desmontar lo que vivimos, aquello contra lo cual peleamos. En esta entrevista desarrolla ejes centrales y el caso particular de Venezuela.
La interagencia
“Las guerras actuales, y más que las guerras, la dominación, la posibilidad de controlar los procesos contemporáneos, tiene que efectuarse en todas las dimensiones de organización de la vida colectiva. No puedes dominar a un pueblo simplemente con armas, porque en poco o más tiempo se va reorganizar para levantarse. Tienes que cubrir el aspecto de la reproducción directa de la población, es decir los alimentos, porque lo que hacés es ponerla en condición de fragilidad, a su vez el aspecto cultural, que es de largo plazo, el control y modificación de imaginarios, que es ir instalando relatos que son confrontativos con lo que la gente tiene, y en la medida en que van siendo reiterados terminan incorporándose al imaginario, lo van distorsionando. Al mismo se cubre el terreno propiamente militar de la guerra. Es una visión militar del conjunto que abarca todos los planos.
Hay una categoría que trabajan mucho en el Pentágono, que es la interagencia, el trabajo conjunto entre dependencias de diferentes caracteres. Al revisar los documentos más recientes, por ejemplo, del jefe del Comando Sur, se dice que una de las cosas que les ha dado mayor resultado es la relación con el Departamento del Tesoro, donde tienen una idea común y cada cual actúa con sus modalidades y no se van siguiendo la pista día a día, cada uno toma su propia ruta con un objetivo común. Eso nos ayuda a comprender cómo coinciden tantas cosas distintas y todas abonan al mismo sentido.
Por ejemplo, en el terreno propiamente de la guerra, puede haber muchas formas distintas de cómo pasar de la instalación de un cerco en la frontera a una intervención directamente en el terreno. No se prevé que va a ser de una manera específica, sino de muchas posibles, y de estas que están en la mesa van intentando con una, otra, o todas. De repente tienes condiciones más favorables con una más que otra, las combinaciones no son previstas, por eso se trabaja con escenarios posibles donde pueden entrar actores por un lado, por el otro, pero no estamos seguros que todos vayan a jugar”.
Terrenos y tiempos
“Es muy importante entender que las guerras son menos bélicas, tiene cada vez más otras características, como los desplazamientos, donde lo que se hace es generar condiciones de invivilidad en algunos territorios, entonces la gente tiene que irse, y vacían territorios, los reordenan. Eso no se ha considerado propiamente como guerras, y ahora la gente que está trabajando cuestiones de la guerra contemporánea está incluyendo estos diferentes elementos que van a conformar el teatro de operaciones.
Una cosa interesante de percibir es que muchos de los mecanismos que se usaban en el pasado eran los tiempos de la guerra, había primero la preparación del terreno, luego la intervención, luego el de la reconstrucción. Hoy van juntos, hacen simultáneamente una guerra preventiva, de inteligencia, en la que van desarmando al supuesto enemigo antes mismo de que exista. Combinan mecanismos de distintos tipos, muchos planos de la organización social, geográfica, y lo usan simultáneamente, entonces se mete una confusión para aquel que no conoce el esquema planteado, porque atacan por un lado, por el otro, y no sabes por dónde viene el siguiente.
Ahora se identifica que el enemigo no es un equivalente institucionalizado, sino que cada vez es un no institucionalizado, es la población. Es difícil de delimitar, se les puede escapar por los huequitos, cruza fronteras, trabaja en redes. La idea de redes es muy fuerte dentro de esta estrategia, no solo en el terreno en el cual construyen la ofensiva, sino también cómo parte del entendimiento de cómo está funcionando el enemigo. Una red no se puede combatir de la misma manera que un ejército cohesionado, no hay enfrentamiento delimitado. Para combatir eso se ha buscado lo de los enjambres, como un conjunto de drones que va a sacar fotos, tomar audios, atacar, sembrar ideas, cada uno con una tarea distinta y todos juntos, porque parte de ellos seguramente no van a funcionar, alguno tiene que funcionar, lograr entrar a la red y captarla. La idea del enjambre está trabajándose, cada vez se le encuentra más posibilidades de ser un método muy fructífero dentro de las políticas de guerra”.
Actores
“En este momento existen 74 países donde hay guerras del Pentágono. ¿Cómo puede llevar adelante todas esas guerras? Porque trabaja con actores locales, a veces son sus cómplices explícitos, otras, como en África, azuzan actores locales en viejos diferendos étnicos, fronterizos, generan condiciones de conflicto que favorecen la posibilidad de ir controlando territorio y población. Tienes cadenas de operación de la guerra donde hay partes que no son conscientes de hasta qué punto están vinculadas con la estrategia general. Las cosas no siempre las hace el mismo diseñador de la estrategia, lo que hace es picar a algunos actores internos que justo actuarían de esta manera, o tienen las condiciones de actuar de esa manera, los lleva a que se desaten. De repente ocurre que parte de esos actores locales se mueven porque, por ejemplo, se cansaron, y desaparece uno de los elementos con los que contaban. Se va estableciendo así el operativo, hace que no todo sea predecible, pero que todo esté dentro de los marcos de lo posible, y puedan ir reorganizando sobre la marcha.
El Pentágono juega con elementos adicionales. Cada vez más no son las brigadas tradicionales militares, sino que trabajan con fuerzas especiales que son como enjambres con tareas específicas. Mandan fuerzas especiales que van a combinarse en el terreno, que pueden ser elementos de las propias fuerzas armadas estadounidenses, de la Otan, pero también nacionales. Tienen el recurso de los mercenarios, auténticos ejércitos capacitadísimos, eficientes, que están en empresas que producen esta mercancía soldado-eficiente para fuerzas especiales.
Otro elemento en los que insisten en los documentos de defensa, es que no pueden entrar ellos mismos por dos cosas, porque se desgastan demasiado, mueren sus hijos, y porque el rechazo de la población es mucho mayor y fácil de organizar cuando claramente es una invasión del exterior, entonces ahí hay una cohesión nacional frente a eso. Pero qué pasa si el que está haciendo el operativo es un ejército local, regional, o el propio ejército del país. Lo que se junta entonces es que son fuerzas internas, o a lo mucho, fuerzas de los países circundantes”.
Venezuela
“En el caso de Venezuela cada vez más se está queriendo trabajar por la vía colombiana. En las últimas visitas que hizo el alto staff del gobierno norteamericano vino a reforzar los vínculos con Colombia, declara que se le va dar más apoyo, presupuesto, es un ejército capacitado, disciplinado, coincidente con los usos y costumbres del ejército norteamericano, es la visión de su propio ejército haciendo la tarea. La tarea se hace por varias vías, puede ser la del uso de las fuerzas armadas colombianas, acompañadas por las brasileñas, por unas poquiticas que tiene Guyana pero que también está dispuesta a jugar, o el uso de ejército paralelo que hacen los mercenarios, paramilitares, o directamente fuerzas contratadas que entran desde Colombia.
Venezuela es el punto estratégico y mayor desafío que tienen en el continente. Lo están trabajando con políticas de largo, mediano y corto plazo, no solamente porque quieren controlar Venezuela, sino porque quieren controlar el continente, que estaba muy rojo en la primera década de este siglo, y que ha pasado a un continente contrainsurgente, contenedor de las luchas populares. En los últimos dos años ha habido una insistencia permanente, intentan una cosa, no les sale, intentan otra, tampoco. La invasión está planteada desde hace rato, tenían la intención de invadir directamente, pero me da la impresión que midieron que no será tan fácil, será más difícil que en Irak porque la población ha respondido de un modo que nadie esperaba.
La invasión descartada por el momento, han empezado a jugar fuerzas internas pensando que se resuelve, o bien con disputa interna, o bien incluso una guerra civil, que es lo que se quiso generar con las guarimbas, que fue un ataque violento que buscaba una respuesta armada por parte de los sectores chavistas, la población, el gobierno, para justificar una guerra civil, y una vez que empezara era Siria. La oposición internamente es muy mala, eso ha hecho que no le sirvan tanto los factores internos, no los descartan, pero no les apuestan todo. ¿Qué hacen? Juegan con la OEA, el acoso financiero, la asfixia petrolera, pero, ¿cómo ocupar el espacio?, con el problema fronterizo. Va a venir de diferentes maneras, ¿paramilitares?, sí, paramilitares, ¿posibles cascos azules en la frontera porque Colombia se siente amenazada por Venezuela?, posibles cascos azules, no es seguro, pero podría ser, y van sumando cosas que son distintas, no es una manera, son todas.
¿Por qué no han tenido éxito? Es la gran pregunta, porque son muchos años en este acoso, y han sometido al pueblo a una situación extrema y durante un tiempo relativamente largo. Hay un elemento que se conformó en esta sociedad a partir de la manera en cómo Chávez enseñaba las cosas al pueblo, el amor que tenía por la patria, y eso, aunque parece cursilería es algo muy fuerte en la sociedad venezolana, y la gente aguanta porque Chávez y no se pueden dar por vencidos. Hasta dónde va a aguantar no lo sé, lo que veo es que ha habido decisiones muy inteligentes en momentos claves para detener el quiebre total, como la convocatoria a la Constituyente, la manera en cómo la gente respondió te indica que fue una medida muy inteligente. Y ahora lo del Petro, una medida que puede dar un golpe al proceso de devaluación permanente. Han estado pensando estratégicamente las cosas, y eso dificulta una invasión, y puede permitir pensar en tomar la ofensiva”.
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