¿Es posible un nuevo "ciclo progresista" en Nuestra América?
Una crisis que está relacionada de manera directa con la crisis mundial del capital y con las modalidades que asume la acumulación en la fase de descomposición sistémica. La voracidad cada vez más descontrolada del capitalismo, acentuada en el mundo periférico, es una señal demasiado evidente como para pasarla por alto. Las estructuras del capitalismo se nutren de cadáveres, y son insaciables. No hay indicios de una inminente expansión del capital capaz de articular crecimiento con bienestar. Todo lo contrario: el proceso de mercantilización se acelera y amplía su espectro de espacios a degradar: territorios, culturas, cuerpos. Asistimos al retorno de las viejas formas de explotación y a la irrupción de otras nuevas. El capitalismo actual exhibe su faceta de sistema no sustentable. Destruye todo lo que toca. Lucra destruyendo.