¿Francisco I fue el papa qué quiso y no pudo?
En estos días se celebrará en Roma un cónclave convocado por el papa, para abordar los futuros desafíos de la iglesia católica. Debido a los problemas de salud del actual sumo pontífice la cuestión de su sucesión va a estar en agenda. La gestión de Francisco I no ha hecho cambios doctrinarios, ni ha aportado a arrimar la estructura eclesial a sus bases creyentes, pero pretende pasar a la historia como un papa que quiso hacer reformas y no lo dejaron.
Quienes conocíamos a Jorge Bergoglio en la Argentina como un clérigo conservador, amante de las jerarquías y con escasa vocación de promover cambios doctrinarios en la iglesia católica, no nos sorprendemos con el resultado de su papado.
Sin embargo, su origen latinoaméricano, algunos gestos populistas en sus primeros tiempos y su enciclica “Laudato Si”, donde planteó preocupaciones ambientales, generó una expectativa en millones de fieles, organizaciones católicas y movimientos sociales de que su actuación tendría un sesgo progresista. Como ocurre en estos casos, ni bien asumido como papa se abrió un tiempo de espera, pero con el correr de los años los cambios no ocurrieron y la espera se transformó en desesperanza.
El papa con una camisetaq de San Lorenzo, el club de Buenos Aires del que es hincha.
Francisco I I ha tenido un papado agitado por distintos escándalos que involucraron a la iglesia católica. Quizás el mas conocido fue la noticia de que entre 1863 y 1968, 150.000 niños originarios en Canadá fueron internados en colegios regenteados en un 70% por la jerarquía católica. Obispos, monjas y sacerdotes fueron protagonista de un auténtico genocidio cultural, donde a los niños y niñas no se le permitía hablar su idioma, practicar su cultura y eran sometidos a maltratos, e incluso abusos sexuales.
La denuncia se agravó cuando aparecieron detalles escabrosos como el descubrimiento de una fosa común en el internado “Kamloops Indian Residential School”. Allí se encontraron restos de 215 niños. Frente a este hecho y denuncias de abusos sexuales ocurridos en otros países cometidos contra niñas y niños, la respuesta del pontífice ha sido el pedido de perdón por parte de la iglesia católica, y solo en contadas oportunidades quitando protección para que los culpables puedan ser juzgados.
La actuación papal ha sido bastante consecuente con el Jorge Bergoglio que en la década del 70 estuvo políticamente enrolado en la organización ultranacionalista Guardia de Hierro, con un perfil populista de derecha, y tenaz enemigo de la Teología de la Liberación..
En declaraciones al diario Público, la vocera de Redes Cristianas, Raquel Mallavibarrena, ha afirmado que Francisco I “solo ha tocado la doctrina en cosas mínimas”. “Con su estilo personal ha dado un estilo distinto a la iglesia católica, pero lo nuclear sigue ahí, sin tocar”. Las redes cristianas son representativas del progresismo católico español, ya que vinculan a más de 200 grupos, comunidades y movimientos católicos de base de todo el país.
La brecha entre lo que se suponía iba a hacer el papa Francisco I I y lo que hizo efectivamente se trata de disimular en fuentes eclesiales progresistas, difundiendo la versión de que el papa argentino quiso y no pudo hacer reformas, producto de las presiones de los sectores conservadores de la iglesia católica.
El paralelismo entre las excusas que pretenden justificar el fracaso del papado de Francisco I y de la gestión del presidente argentino Alberto Fernández es demasiado evidente.
El actual Sumo Pontífice ha designado al 63% de quienes eligirán a su sucesor. Ese día tendremos una confirmación de las orientaciones a las que apuesta desde su particular visión de la iglesia católica.
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