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Mundo, Mundo :: 05/12/2021

¡Que contraste!: Dominicana y Honduras

Narciso Isa Conde
Los pueblos latino-caribeños saben persistir

En agosto del 2020 en República Dominicana se produjo un cambio electoral: el Partido Revolucionario Moderno (PRM) y su candidato Luis Abinader remplazaron al Gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y a su presidente Danilo Medina.

El PLD había detentado el poder en los últimos 16 años, luego de retomarlo en el 2004. Danilo Medida gobernó los últimos 8 años y Leonel Fernández los 8 primeros, luego de ser desplazado en el 2000. Antes gobernó 4 años (del 1996 al 2000).

La gestión de ambos puede resumirse en una suma de neoliberalismo, privatizaciones, subordinación total a EEUU, alianzas con lo peor de la derecha y extrema derecha, corrupción y articulación de mafias políticas, empresariales, policiales y militares afines.

El cambio electoral fue facilitado por Marcha Verde, un movimiento político-social apartidista que encabezó enormes movilizaciones por el fin de la corrupción y la impunidad, sobre cual se montaron la corriente electoral opositora y el interés de EEUU de impedir el continuismo de un PLD altamente desacreditado, decidido a vetar una riesgosa reelección de un presidente ya desgastado, lo que podría facilitar la desestabilización del sistema de dominación bajo su tutela.

De esa manera la fórmula PRM-Abinader se convirtió en la favorita del binomio Trump-Pompeo, lo que logró impedir el fraude mayor, garantizando la victoria de la oposición sistémica con una avalancha de votos a su favor, un gran apoyo oligárquico y un significativo bloqueo del fraude.

A un año y tres meses del ascenso de esa fórmula al gobierno sus características y los resultados de su gestión pueden sintetizarse así:

- Presencia directa de empresarios multimillonarios al frente del Estado con sus nocivas consecuencias.

- Sumisión total a EEUU y a su estrategia política-militar-policial en la Región (incluidos pactos de acción conjunta con el Comando Sur y adopción de la política exterior trazada por la Casa Blanca con su correspondiente hostilidad y/o distanciamiento de Venezuela, Nicaragua y Cuba); y profundización de la estrategia neoliberal privatizadora (Alianzas Público-Privadas-APPs, Ventas de activos del Estado y privatización de los servicios públicas y recursos naturales).

- Oneroso endeudamiento externo, elevado déficit fiscal, incremento del desempleo y la exclusión social, caída en la producción nacional y carestía.

- Aumento de las desigualdades y del empobrecimiento material y cultural de una gran parte de la sociedad, mediante una intensa manipulación de la pandemia a favor de las elites capitalistas, cargando todo el peso de la crisis sobre el pueblo trabajador y las capas medias.

- Negación de derechos fundamentales de las mujeres, los/as trabajadores/as, la comunidad LGTBI y de todos los sectores discriminados y excluidos. Entronización del racismo anti haitiano y de todo lo conservador, apuntando hacia el neofascismo y generando las correspondientes contrapartidas contestarias, sobre todo feminista, anti-racista y pro derechos en diferentes grados.

- Profundización de la crisis ambiental y permanente amenaza de ejecución de un plan minero altamente destructivo de las fuentes de agua, frenado por un poderoso movimiento de defensa del medio ambiente y el patrimonio natural de la nación.

- Manipulación del tema corrupción e impunidad, limitando el alcance de la acción de justicia, golpeando sobre todo una parte de la corrupción del PLD (lo que es muy rentable coyunturalmente), protegiendo la corrupción empresarial y las otras partes del abanico mafioso, incluidas altas esferas de la narco-política y ex generales corruptos y asesinos. Esto a pesar de la designación de una Procuradora General realmente independiente.

- Propensión a establecer un modelo policial con asesoría colombiana, hondureña, chilena y española.

En la República Dominicana, por tanto, se ha producido un cambio con características de farsa.

***

En Honduras se derrotó el domingo 21 de noviembre del año en curso la continuidad del Golpe de Estado contra el gobierno democrático, reformador y soberano de Manuel Zelaya, después de 12 de años de movilizaciones recurrentes, heroica y multitudinaria contra el pus engendrado por esa acción brutal a cargo de EEUU, la oligarquía capitalista inescrupulosa, la partidocracia mafiosa y el generalato criminal.

La persistente represión policial-militar, el paramilitarismo de factura colombiano y sus escuadrones de la muerte; los asesinatos de activistas sociales y de militantes revolucionarios/as, los fraudes sucesivos, la corruptela al servicio de la política neo-fascista, la narco-política, la voracidad y la violencia capitalista-imperialista, no pudieron contener la avalancha.

Las calles ensangrentadas se volcaron hacia las urnas. 

Las multitudes movilizadas con sus pies descalzos entraron a los colegios electores y han dado inicio a un cambio que apunta a ser transformador, pese a todos los peligrosos y fuertes obstáculos pendientes de vencer

Triunfó la resistencia. Venció la dignidad. Ganó la Coalición LIBRE. Conquistó la Presidencia de la República Xiomara Castro, una mujer de alto calibre político y probado valor.

Entonces observemos con atención algunos de sus compromisos para sus primeros 100 días de gobierno y hagamos las comparaciones de lugar, no solo con nuestro país, sino además respecto a todo el neo-colonia de la Región, administradas por partidocracias y plutocracias deshumanizadas e insensibles.

Estas fueron sus palabras:

Lucharé y apoyaré la derogación de las leyes de la dictadura: Ley del Consejo de Seguridad y Defensa, Ley de Secretos, Ley de Escuchas, Ley de Zonas Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), Ley de Coalianza, Ley del Congreso Nacional...

El primer día de mi Gobierno, convocaré a una Consulta Popular para que el pueblo organice y elija la Asamblea Nacional Constituyente Originaria que redactará una Nueva Constitución.

Ordenaré la recuperación de las empresas estatales que le proveen servicios al pueblo y los aeropuertos, puertos y carreteras libres de peajes.

Ordenaré la venta inmediata del avión presidencial, los vehículos de lujo del Estado, una disminución de los altos y desproporcionados sueldos de funcionarios y todo gasto oneroso.

Crearé la Secretaría de Planificación Económica y Desarrollo Social, para que el Estado hondureño organice sus recursos a favor del desarrollo humano, abandonado por la aplicación del modelo neoliberal.

De inmediato abriré relaciones diplomáticas y comerciales con China Continental.

Reduciré el precio de la energía eléctrica para que la empresa privada, especialmente la micro, pequeña y mediana empresa, sea más competitiva, y los más pobres no deban asumir los costos de la energía eléctrica.

Revisaremos y cancelaremos legalmente los contratos de energía eléctrica otorgados por el Estado a precios sobrevalorados, previo pago de un precio justo.

Reduciré los impuestos de los combustibles y tendremos, igual que en el gobierno del Poder Ciudadano, los combustibles más baratos de Centro América.

Ordenaré la reapertura del Banco del Estado para apoyar directamente el sector agrícola y el sector informal.

Ordenaré de forma inmediata, una auditoría internacional sobre la deuda interna y externa, y la readecuación de la misma...

Ordenaré se deroguen los fideicomisos del Estado en el Sistema Bancario que son lesivos a la economía nacional; y reformas de la Ley de la Comisión Nacional de Banca y Seguros (central de riesgos), que impiden que el sector financiero nacional otorgue créditos y refinancie las moras de los ciudadanos y de las empresas.

Sin temor a quienes pertenezcan ordenaré se cancelen de inmediato todos los monopolios y oligopolios que operan a nivel nacional.

No impondré ni un solo impuesto al pueblo hondureño, ni al sector productivo, ni comercial, ni mucho menos a los pobres. Cancelaré los impuestos que han afectado al consumidor final y la competitividad del sector empresarial.

Impondré compromisos de aportación a los grandes capitales financieros, y con esos aportes, financiaré becas y empleo para las y los jóvenes.

Aprobaré un ingreso universal para las familias pobres. Su financiamiento se generará a partir de los programas de ahorro derivados del combate a la corrupción.

Ordenaré una amnistía para los presos políticos y un indulto para aquellos prisioneros que fueron condenados indebidamente por protestas en defensa de los derechos humanos y de los recursos naturales.

Exigiré se aplique el peso de la justicia a los autores intelectuales y materiales del asesinato de Berta Cáceres y Margarita Murillo. Me comprometo a trabajar por la reparación de los daños causados por las violaciones a víctimas de la violencia política, de los asesinados durante el fraude electoral de 2017 y de los feminicidios.

Propondré cárcel domiciliaria para todo prisionero de la tercera edad con graves problemas de salud.

Nuestro migrantes tendrán todo mi apoyo para la reunificación con sus familias en el extranjero, y con mis programas de dotación de empleo, crearemos mejores condiciones de vida en Honduras para que no tengan que emigrar.

Propondré al magisterio la renegociación del Estatuto del Docente y la apertura de las escuelas normales en jornada diurna y nocturna en todo el país para desarrollar la educación integral y patriótica. Se le hará un aumento al salario mínimo que compense el alto costo de la vida y el costo de la canasta básica.

Dotaré de becas a los niños y jóvenes de bajos recursos de escuela primaria, secundaria y universidad. Aprobaré la Matrícula Gratis universal para las escuelas públicas y la merienda escolar.

Junto al Pueblo, derogaremos la Ley Fundamental de Educación, Ley de Empleo Temporal, Ley Marco de Seguridad Social, con el fin de consensuar nuevas leyes para estos sectores.

Desde hoy anuncio a las mujeres, que voy a defender nuestros derechos desde todos los campos de la sociedad, pero especialmente desde la Presidencia de la República. Trabajaremos para erradicar el patriarcado y los feminicidios.

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Es claro el enorme contraste entre una opción electoral previamente amarrada por el poder imperial, la fuerzas implacables del gran capital y las elites políticas, militares y empresariales, que usan el Estado para apropiase de su erario y saquear su patrimonio; y un proyecto que procura liberarse de su yugo y decidido a enfrentar las atrocidades impuestas en el pasado ppara iniciar transformaciones justiciera

 Resalta el contraste entre la imposición del coloniaje y la apelación a la dignidad nacional. Entre el interés privado y el interés social, entre neoliberalismo y una gestión solidaria con la mayoría explotada y excluida.

Un contraste crucial entre un cambio que no pasa de ser un relevo remodelado del pasado y un cambio que asume la impronta de la nueva independencia y la transición post-neoliberal.

Algo presente, nueva vez, en toda la geografía de Nuestra América dentro de un choque frontal entre quienes insisten en ser agentes y beneficiarios de la condición de “patio trasero” y quienes hemos optado por construir junto al pueblo Naciones libres y Patria Grande Liberada de la coyunda imperial.

El reto está planteado.

Y Honduras es una prueba más de que los pueblos latino-caribeños saben persistir en ser David para comenzar a derrotar a Goliat, por dura y malvada que sea la opresión. La ruta es muy accidentada, pero se hace camino al andar, si no median o influyen las vacilaciones.

3-12-2021. Santo Domingo, RD
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