Israel no está ni cerca de eliminar al gobierno de Hamas en Gaza
Israel no está cerca de eliminar el movimiento Hamas, aseguraron este jueves funcionarios de Inteligencia a los miembros de la Cámara de Representantes del Congreso de EEUU.
Según un reporte del periódico The New York Times, tales funcionarios plantearon dudas sobre si destruir o eliminar a Hamas era un objetivo realista.
El diario estadounidense reflejó además la reticencia de los funcionarios a proporcionar estimaciones específicas sobre el número de soldados israelíes y combatientes de la Resistencia caídos en la guerra, pues dichas estimaciones “no son precisas y carecen de sentido”.
A su vez, el periódico estadounidense The Hill comentó acerca de la tremenda presión internacional sobre la guerra israelí para derrotar a Hamas, más de 100 días después de las devastadoras acciones en Gaza.
Un informe publicado por ese medio a propósito de la agresión genocida en curso a la Franja, calificó los objetivos bélicos de Israel de exagerados, y resaltó como el gabinete no los cambia, a pesar del alto precio pagado por ellos.
En ese contexto, la agencia Associated Press, AP, destacó el pasado domingo la flexibilidad y el dinamismo del movimiento Hamas en la Franja de Gaza, pues volvió a aparecer en zonas supuestamente conquistadas de las cuales Israel se retiró, y desplegó agentes de policía y pagó salarios a empleados civiles.
AP citó a un funcionario de Hamas, del cual no reveló su identidad, quien declaró el regreso de la policía como un intento de restaurar el orden en la ciudad, destruida por el ejército sionista.
Negligencia de Israel en fracaso del 7 de octubre
El 7 de octubre fue el peor desastre en la historia de Israel: un punto de inflexión nacional y personal para todos los habitantes de ese "país" y sus socios, comentó en un artículo la revista norteamericana Foreign Affairs.
Al no lograr detener el ataque del gobierno palestino de Hamas, las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) respondieron de manera abrumadora con la muerte de decenas de miles de gazatíes y la destrucción de barrios enteros.
Pero el régimen sionista no tuvo en cuenta la hostilidad de décadas que condujo al ataque ni la aplicación de políticas destinadas a evitar un suceso similar, indicó el medio.
Tal silencio respondió a la petición del hombre fuerte del régimen, Benjamín Netanyahu, quien aún rechaza establecer una visión para el orden de posguerra.
Netanyahu prometió destruir a Hamas, pero en realidad no tiene una estrategia para eliminar a ese movimiento de la Resistencia palestina ni un plan claro sobre quién lo reemplazará como gobierno de facto en Gaza tras la guerra, advirtió el medio norteño. Como además apuntó, es poco probable ver a Israel involucrado en una conversación seria sobre un acuerdo con los palestinos.
La opinión pública israelí en su conjunto se desplazó hacia la derecha, y como EEUU está cada vez más preocupado por las elecciones, habrá poca energía o incentivos para reavivar un proceso de paz significativo en el futuro cercano.
Aunque los sucesos 7 de octubre representan un punto de inflexión, corresponde a los israelíes decidir de qué tipo y según los indicios hasta ahora, los sionistas continuarán la pelea entre ellos y mantendrán la ocupación de Palestina por tiempo indefinido, opinó.
Esto haría de esa fecha el comienzo de una era oscura en la historia del régimen de apartheid, caracterizada por más violencia. Así, el ataque no será un evento aislado, sino más bien un presagio de cuanto está por venir.
Los partidos centroderechistas de Benny Gantz y Yair Lapid, nostálgicos del Israel anterior a Netanyahu, parecen sentirse como en casa en la nueva sociedad militarista y no quieren arriesgar su popularidad por el apoyo a las negociaciones de liberar rehenes por obtener paz.
En cambio, la derecha-derecha está más hostil hacia los palestinos que nunca: Netanyahu equiparó a la Autoridad Palestina con Hamas y rechazó las propuestas estadounidenses de convertirla en gobernante de Gaza después de la guerra. Más que nada porque sabe que los gazatíes mayoritariamente responden al gobierno de Hamas
Sus socios de extrema derecha quieren evacuar la Franja, despojarla de su población y exiliar a los palestinos hacia otros países, creando una segunda Nakba. También prometieron no hacer nada para detener los ataques de colonos judíos supremacistas contra la población árabe en los territorios de la Cisjordania ocupada.
Israel muestra sus vulnerabilidades: su principio de unidad en tiempos de guerra comenzó a resquebrajarse, y las probabilidades de desintegrarse son aún más altas si se retira de la lucha.
Los opositores a Netanyahu esperan acercarse a sus frustrados partidarios y forzar elecciones anticipadas este año. A cambio, Netanyahu expresará sus preocupaciones e intervendrá, vaticinan los analistas estadounidenses.
En última instancia, el futuro de Israel puede parecerse mucho a su historia reciente: con o sin Netanyahu, el “cortar el césped” descolla como política de Estado, lo cual significa más ocupación del territorio usurpado, asentamientos de colonos y desplazamiento de palestinos, estima el medio especializado.
Tal estrategia puede parecer la opción menos riesgosa para el sionismo, pero sólo conducirá a más desastres, aseguró la revista: los israelíes no pueden esperar estabilidad en la región si eligen ignorar a los palestinos y rechazar sus aspiraciones, su historia, e incluso su existencia.