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Mundo, Brasil :: 28/10/2011

La alienación imperial

Carlos de Urabá
Profetas como Steve Jobs condenan a la humanidad a la más cruel de las esclavitudes

Por culpa del mal tiempo tuve que esperar más de cinco horas la salida de mi vuelo a Madrid en el aeropuerto de Guarulhos en Sao Paulo. Algo que he detestado siempre son esas salas atestadas de pasajeros somnolientos y aburridos que aguardan una llamada para embarcar. Entonces resignado a mi suerte me puse a pasear por la terminales de vuelos internacionales. El aeropuerto de Guarulhos es gigantesco y la gente viene y va apresurada por los largos pasillos empujando los carritos cargados de maletas. Al observar el panorama durante algunos minutos me quedé totalmente perplejo. pero, ¿qué es esto? los pasajeros sentados en las amplias salas como si fueran gallinas picoteaban hambrientos el pienso virtual en sus computadores personales, en su teléfonos personales, en su tableta iPod personal.

Claro, la clave de éxito es mantener ocupada la mente y llenar el vacío que nos acongoja. Los individuos sin pestañear con las pupilas dilatadas ensimismados navegaban en un realidad paralela, por otros mundos quizás más atractivos y emocionantes que este. Sus rostros no expresaban ningún sentimiento ni alegría ni de tristeza, nadie te saluda, no existe la comunicación ni verbal ni corporal ni nada por el estilo, cada quien engordando su ego concentrados en sus masturbaciones mentales. Silencio, por favor, que hay respetar privacidad de las cobayas. Incluso algunos fanáticos manejaban tres teléfonos móviles; el del trabajo, el de la familia y el de la amante. En el colmo de la gula varias pantallas gigantes de televisión trasmitían un variado menú vía satélite. Si supieran que yo apenas cargo en mi maletín un lápiz y una libreta ¡que vergüenza! ¿Qué dirán de mi? que soy un inadaptado, un ser prehistórico de la edad de piedra. Cuando te presentas a alguien ya no te preguntan por tu nombre sino cuál es el número de tu teléfono móvil, cuál es tu email o si perteneces a Facebook o a Myspace. Esa es tu identidad.

Todos los individuos cortados con la misma tijera y vestidos con los mismos trajes, la misma corbata, los mismos zapatos, comiendo lo mismos sandwiches y hamburguesas. Una exitosa clonación que envidiarían los creadores del la oveja Dolly. No contentos los planificadores o grandes hermanos conducen al redil por los pasillos hasta los establos del duty free, las cafeterías o restaurantes. El bombardeo de propaganda no cesa ni un instante: compra este, compra el otro; hoy estamos de rebajas, ¡aprovecha pendejo! más teléfonos inteligentes, PC mágicos, cámaras fotográficas de alta definición, el último grito de la moda, perfumes, desodorantes, trago fino, whisky, vodka, tabaco. ¡Y yo con unos cuantos dólares manoseados en los bolsillos que no me alcanzan ni para un perrito caliente!

Lo que más me impactó fue el comportamiento femenino. Que alegría se les marca en el rostro a ellas cuando descuelgan sus teléfonos móviles y vanidosas contestan alisándose el pelo. "¡Hello! ¡Hello! My darling. Fine, thanks" -porque en esta secta sólo se habla en inglés- Las urracas parlanchinas pueden pasarse horas y horas de cháchara. ¿qué estupideces hablarán ? -no quiero ni saberlo. Con razón las grandes multinacionales de telefonía móvil duplican o triplican cada año sus ganancias. La psicología femenina ha sido estudiada a conciencia por los expertos en un afán por desvelar sus puntos flacos. Para la mujer – igual para los hombres-es fundamental verse reflejada en el espejo de Narciso; el espejito mágico ante el que maquillarse, peinarse, sentirse atractivas, deseadas y recibir esos piropos cibernéticos que les sublime el super ego. Te amo, te quiero -les susurra el androide con voz acaramelada- pestañea un corazoncito en la pantalla HD del computador, del teléfono móvil o del iPod 4S y ellas suspiran extasiadas. Esto vale más que extraer millones de barriles de petróleo.

Me fui al baño a orinar y ¡adivinen lo que me encontré en el retrete! a un japones jugando al poker en su tableta iPod !no puede ser! todo esto superaba cualquier película de ciencia ficción. Vaya mierda en lo que ha convertido al mundo nuestra civilización superindustrializada. Se me revolvieron las tripas, quería salir corriendo y escapar a algún paraíso perdido. Pero, ¿adónde? tan sólo tenía un billete para ir a Madrid donde el guión de la comedia se repite al pie de la letra.

El espíritu comunitario y tribal que es uno de los rasgos característicos del ser humano inexorablemente se extingue. Los autistas cual estatuas de piedra con el culo atornillado a los asientos siguen descifrando los jeroglíficos en sus computadores. Otros enchufados a sus auriculares y micrófonos ultrasensibles hablan con las paredes en un desquiciado soliloquio. La palabra carece de valor, el conversar, el intercambiar ideas y opiniones es una debilidad humana caduca y retrógrada. Para estos autómatas no existe otro lenguaje que el de los íconos, las imágenes retocadas en photoshop, los códigos y nuevos géneros discursivos donde se utilizan los emoticones que dan expresión facial y gestual a la personalidad virtual.

A los pocos días de regresar a mi casa los noticieros trasmitieron una noticia urgente: Steve Jobs, el superhéroe cibernético, ha muerto. ¡oh, una tragedia griega de dimensiones planetarias! Los chinos lloran, los indios lloran, los negros lloran, los carapálidas lloran. Tremendo batacazo para sus incondicionales. Se murió el mago de los tontos y todos sus deudos repartidos por los cinco continentes se sienten unos pobres huerfanitos. Claro, Steve era un ejemplo a seguir, un triunfador nato salido de la nada. Un empresario frío y calculador que revolucionó el mundo de la informática junto Billy Gates y demás lumbreras del Silicon Valley.

Los titulares de la prensa son más que elocuentes: « Murió Steve Jobs, el Leonardo da Vinci del siglo XXI » « Duelo por el genio innovador » « Adiós al gurú de la era cibernética » Este mequetrefe, que amasó una fortuna astronómica vendiendo pienso virtual a las cobayas, no es más que un burdo ladrón que nos roba el tesoro más preciado: el tiempo. Aunque nos cueste aceptarlo somos efímeros y nos pasamos horas, días, años, décadas relacionándonos por entero con las maquinitas y artilugios informáticos. Uno de sus lemas preferidos es « si quieres puedes volar sólo hace falta voluntad » Papá Steve estoy aburrido ¿qué hago? Las maripositas revolotean alrededor de una lucesita, danzan extasiadas disfrutando de los orgasmos múltiples marca Apple o Microsoft. « Gracias a Jobs soy más inteligente » « mi Mac es inmortal » « Soy pobre pero voy a ahorrar para comprarme un Mac » Ni siquiera los niños se salvan de la peste digital pues desde muy temprana edad dominan los ordenadores, el internet, el chat o los teléfonos móviles, adictos a los jueguecitos de Atari, al breackout, la Play Station, el Nintendo. La buena crianza de los cachorros es vital para asegurar la supervivencia de la especie.

Apple no ha inventado ningún software ni ningún hardware sino que ha pirateado o comprado las patentes. Ipod ya existía con el nombre de Mp3 pero el diseño del objeto es el que marca la diferencia. Los ingenieros de Apple dirigidos por Jobs le da un toque especial, un diseño sensual y una estética minimalista a cada uno de sus productos. Cuando los acariciamos son tersos y suaves y nos provoca un impulso irrefrenable poseerlos. El secreto está en estimular el sentido del tacto, el de la vista y del oído; que suene la musiquita celestial, que titilen las lucesitas en la pantalla HD y la yema de los dedos con un « one touch » nos conduzca al país de las maravillas.

Los consumidores del mundo esperaban ansiosos novedades que Jobs les tenía reservadas. El sumo pontífice en el altar mayor presentaba los nuevos productos Apple en medio montaje intergaláctico de rayos láser y fuegos artificiales. Los fieles aplaudían histéricos al hijo de Dios ¡hosana hosana! ya ha caído el bendito maná del cielo: el iPod, el MacBook, el Nano, el Macbook Air, el Shuffle, el iPhone, el iPhad. más LSD, más opio, más cocaína. Steve Jobs estableció una dependencia afectiva con sus clientes que lo consideraban el guía, el padre o el maestro.

Hoy la tecnología se erige como el único Dios verdadero. De nada valen las abstracciones místicas o especulaciones metafísicas. El materialismo ha ganado la batalla. Las máquinas, la robótica y la inteligencia artificial nos hacen la vida más sencilla pues nos liberan de los trabajos más pesados y nos brinda más tiempo de ocio. Tiempo que pasamos atrapados en esa telaraña del Internet, en el Twitter, el chat, la telefonía móvil o la televisión digital.

El estado policial al servicio de la democracia gracias a los adelantos tecnológicos controlan nuestras vidas. Los agentes de « inteligencia » son capaces de indagar y escrutar lo más profundo de nuestro ser; cada correo, cada llamada telefónica, las cuentas bancarias, nuestros vicios y debilidades. Todos estamos bajo sospecha. Los perros sabuesos husmean rastreando nuestras huellas, nos tienen fichados, nos observan con sus satélites y las cámaras de seguridad. Nuestro historial está escrito con letras mayúsculas en los archivos informatizados de la central de datos. The big brother watching you

La información es poder. las grandes multinacionales de EEUU, Europa o el Japón monopolizan el sector de las comunicaciones e imponen la dictadura tecnológica. Ellos son los dueños de los patentes y los derechos de trasmisión, ellos son los patrones de la aldea global y nosotros los siervos que acatamos las órdenes. No se lucha por una sociedad más justa y equitativa sino por eternizar el imperio capitalista a nivel planetario.

¿Quién se atreve a criticar la sociedad del bienestar? no podemos quedarnos relegados a un pasado cavernario pues pertenecemos a la civilización del futuro. Los avances científicos nos hacen más inteligentes y más competitivos al aumentar la capacidad de almacenamiento de nuestra mente. De esta forma somos capaces de contrastar los datos, abrir infinidad de documentos y archivos que engrandecen nuestra memoria individual y colectiva. Las personas trasfieren toda su memoria vital a un disco duro donde los chips microprocesadores son una extensión más de nuestro cerebro.

El cerebro de los homínidos superiores es muy maleable. Hay razones neuropsicológicas que demuestran la vulnerabilidad de la mente humana y lo delicada que es la conquista de nuestra autonomía y libertad personal.

El imperialismo no contento con conquistar la tierra, la luna o marte ahora quiere dominar nuestro subconsciente, lobotizar nuestro cerebro y poseer hasta nuestra alma. Igual que hacen los brujos en los rituales de vudú o magia negra, somos los muñequitos a los que les clavan alfileres manipulando nuestra capacidad de discernir y tomar decisiones.

La gente se cree importante cuando oprimen una tecla y ¡hágase la luz y la luz fue hecha! se enciende el televisor, la computadora o el teléfono móvil, sale el sol y de repente una voz angelical anuncia que nos han mandado un email, que hemos recibido SMS, que alguien nos está twiteando o chateando y nos sentimos felices pues no estoy solo, luego existo. Ese simio que llevamos dentro se merece un cacahuete.

La era digital ha supuesto una de las fases más alienantes de evolución humana. La dependencia tecnológica es brutal y despiadada hasta el punto que tenemos que destinar buena parte de nuestros ingresos a pagar las facturas del teléfono, internet y demás servicios telemáticos.. Sentenciados a trabajar más horas extras, a pedir un crédito o venderle el alma al diablo si queremos seguir chupando de la teta de la madre: una nueva pantalla gigante de televisión extraplana y de plasma Lsd Thoshiba full HD 4 Hdmi, un computador de la última generación el desktop board Intel DX58SO 7 extreme edition de 32 nm con pura potencia de procesamiento, la tableta iPod con una pantalla sensible al tacto y una capacidad de memoria flash de 64 gigbytes mucho más íntima y eficiente que cualquier PC o el teléfono android Samsung Galaxy Mini que cuenta con GPS, WiFi y Bluetooth. En este juego de las apariencias es necesario demostrar el estatus social al que perteneces y ya han surgido distintas castas como: la chica Nokia, el chico Samsumg, el niñato BlackBerry, la niñata Sony Ericsson, el ejecutivo Google o Amazon. Si mi vecino lo compró ¿ por qué yo no?

En nuestro planeta todavía existen pueblos y etnias que permanecen en un estadio primitivo y artesanal; indígenas, campesinos, cuyo medio de supervivencia es el trabajo de la tierra. Ha llegado la hora de redimir a esa gran humanidad marginada de la gran bacanal capitalista. Todos esos parias hay que integrarlos en el sistema para que generen réditos y ganancias a las compañías transnacionales. La primera etapa ha sido la conquista televisiva, el siguiente paso dotarlos de equipos informáticos obsoletos, popularizar el internet en las salas públicas o enviciarlos a los teléfonos móviles de bajo coste. Lo prioritario en los planes de educación o alfabetización es cimentar el mito de la tecnología.

La revolución digital es una arma de doble filo ya que se convierte en la alternativa más efectiva a los grandes monopolios de la información. Afloran miles y miles de páginas webs independientes, la prensa on line, las radios libres, la literatura, el arte, el vídeo, los documentales y películas underground. El ciberespacio es el sitio ideal para publicar todas esas obras y creaciones que de otra manera permanecerían en el anonimato. La contrainformación es el reto. Pero lamentablemente prevalece la idiotez mediática, la más grotesca zafiedad, la charlatanería barata, la propaganda o el comercio más desaforado. No somos personas sino consumidores y los consumidores prefieren enajenarse con los temas más triviales, el chismorreo, los jueguitos on line, los programas o la pornografía que cultivar el intelecto y tomar conciencia.

La filosofía racionalista y el pensamiento cartesiano dominan la sociedad contemporánea. Los poetas y los románticos ya pueden suicidarse. Es necesario adaptarnos al signo de los tiempos y preferimos compartir nuestro tiempo libre con los juguetes tecnológicos antes que con la familia o los amigos. Estamos ansiosos por devorar el pienso virtual y ¡strawberry fields forever! mi computador, mi teléfono, mi tableta, mi televisor extraplano es lo prioritario. El modelo individualista y el egocentrista va incrementándose a pasos agigantados.

Vender, vender y vender más productos Apple, Microsoft, Intel, Google e inundar el mercado con más teléfonos móviles Nokia, Samsumg, Sony Smartphone. La oferta se queda corta y la demanda obliga a duplicar la producción. Las multinacionales para ahorrar costes y aumentar las ganancias fabrican sus artículos en China o en la India explotando la mano de obra barata. Materias primas como el coltan que es una mezcla de minerales imprescindible para la fabricación de condensadores de los componentes digitales, ha servido para financiar a varios bandos en la segunda guerra del Congo, un conflicto que ha provocado más de 5.000.000 de muertos. Cuando los computadores, los teléfonos, las televisiones, los electrodomésticos en general se averían o pasan de moda toda esa basura y esa chatarra muy contaminante crea un grave problema ambiental en los países desarrollados. No hay mejor solución que exportarla a Ghana, Kenia, Nigeria, China o la India donde millones de parias de se encargarán del proceso de reciclado. Esta también puede considerarse parte de la « ayuda humanitaria » y no hay más que agradecer a los « amitos blancos » su buen corazón.

Apple cierra su ejercicio del 2011 con un beneficio neto de 25 920 millones de dólares. Una cifra record pero que no colma sus expectativas. Steve Jobs, que se sabía moribundo, dejó bien trazado en su testamento los planes previstos para los próximos años. Aunque físicamente haya desaparecido ahora comienza una vida virtual que lo proyecta a la inmortalidad. Los productos digitales ya son considerados artículos de primera necesidad igual que el pan, el agua o la leche. La finalidad es que estén presentes en cada puesto de trabajo, en cada escuela, en la universidad, en el hogar y hasta en la sopa. La alienación imperial y sus cadenas invisibles cumple a la perfección con su objetivo globalizador, sus leyes fascistas no tienen otro propósito que en el nombre de la « libertad y la democracia » esclavizar a la gran humanidad.

Mar Muerto

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