La derrota de Ucrania redefinió la bélica agenda verde y la salida de Trump del Acuerdo de París
La dupla Obama-Biden en 2014 nunca sopesó las consecuencias de la humillante derrota de EEUU-OTAN en Ucrania que permitió la asunción del petrolero Trump, quien mediante sus órdenes ejecutivas sepulta la bélica agenda verde y provoca su salida del Acuerdo climático de París, que era una trampa geopolítica diseñada contra los hidrocarburos de Rusia.
Desde la disolución de la URSS en 1991, el plan eterno del partido demócrata en todas sus variantes cupulares ha sido desmembrar, balcanizar y cambiar el Gobierno de Rusia, como admitió en su momento el subsecretario de Estado, Strobe Talbott, exdirector de la revista Time con el expresidente Clinton.
El golpe de Estado propiciado por la CIA en Ucrania, bajo la batuta de la entonces subsecretaria de Estado, Vicky "Fuck Europe" Nuland —al unísono de toda la pléyade de neoconservadores straussianos que han controlado el Departamento de Estado y el Pentágono desde Paul Wolfowitz con Baby Bush— tuvieron como objetivo arrinconar con la "máxima presión" a Rusia en su frontera inmediata provocando una "guerra civil demográfica" entre dos poblaciones: la de Ucrania y Rusia, originarias del "Kiev Rus" del siglo IX.
Es relevante colocar en perspectiva el Acuerdo climático de París, sucesor del Protocolo de Kyoto, avalado por el Senado estadounidense desde la etapa del demócrata Bill Clinton, pero quien nunca lo firmó farisaicamente porque le hubiera costado a EEUU el desembolso de un mínimo de $3 billones de dólares.
Idílicamente, el acuerdo climático —diseñado para ingenuos / oligofrénicos / desinformados— propone la descarbonización mediante la reducción del muy publicitado "efecto invernadero" para limitar el calentamiento global debajo de los dos grados Celsius a expensas del petróleo "sucio".
Ya sepultado conveniente y financieramente el Protocolo de Kyoto por EEUU y cambiado por el Acuerdo climático de París, a conveniencia de los zelotes verdes, hoy derrotados, de la Unión Europea —primordialmente los pugnaces verdes en Alemania con su gobierno desfondado por motivos energéticos— se produjo un debate inagotable que politizó e ideologizó el "cambio climático" que supuestamente debería ser un tema científico.
El debate se generó entre la visión del cambio climático antropogénico —es decir, provocado por los seres humanos y las vacas excretadoras de dióxido de carbono— y la minoría replegada de los científicos que propugnan que se trata de una consecuencia cíclica de la Vía Láctea y del cambio del campo magnético.
Hay que reconocer que, a nivel publicitario-mercadotécnico, la batalla propagandística fue ganada por los palafreneros que determinaron que el cambio climático se debía a la culpabilidad de la producción de los gases de efecto invernadero de humanos y vacas, en detrimento del teorema científico de la Vía Láctea sobre su ciclicidad —independiente de humanos y vacas. Recomiendo la lectura del artículo Campo Magnético Terrestre, Supernovas Cercanas y cambios en la biota.
Una premonitoria señal relevante la aportó nada menos que John Kerry, el 'zar' climático de Biden, quien abandonó su puesto cuando se empezó a venir abajo la polémica y bélica "agenda verde" que dañaba más de lo que beneficiaba a "Occidente ('whatever that means')".
Breitbart, el único medio favorable a Trump en medio del océano globalista neoliberal favorable a la propaganda bélica de los verdes y el origen antropogénico del cambio climático, comenta que detrás del retiro del Acuerdo de París por Trump subyace la expansión de la extracción del petróleo que quizá tenga que ver con el cambio de nombre ya implementado por el estado de Florida de Golfo de México a "Golfo de América", donde están pletóricas reservas de petróleo.
Breitbart comenta esa salida del Acuerdo de París sin especificar la fecha que, "de acuerdo con sus reglas intrínsecas, tomaría un año después de haber notificado formalmente a la ONU". Algo sucedió en el intermezzo del régimen de Biden, ya que el mismo Trump, durante su primer mandato, se había retirado del Acuerdo de París en junio del 2017.
Una de las razones por las que Trump se retira del Acuerdo de París se debe a la incoercible inflación que atribuye al alza de los combustibles, por lo que el petrolero presidente 47 expande la extracción de crudo por doquier con el fin de reducir el alza de los precios que han fastidiado a los votantes: "Finiquitamos la agenda verde y revocamos el mandato de los vehículos eléctricos con el fin de rescatar la industria automotriz", espetó Trump.
Como era de esperarse, los líderes industriales de los hidrocarburos en EEUU festejaron las medidas de Trump como el "retorno a la era del dominio energético" del país.
Sin contar el cambio del "campo magnético" del planeta Tierra, mucho más deletéreo que la emisión de carbono por los humanos y las vacas, una cosa es segura desde el punto de vista político, doméstico y geopolítico global: la bélica agenda verde se desplomó y regresa el petróleo y la energía de las plantas nucleares en la fase del petrolero Trump, lo cual beneficia a los productores de hidrocarburos.
Sputnik