La derrota menos pensada
Pero fue derrotado por el radical Leandro Zdero. ¿Cuál es la explicación de los resultados en una provincia donde se transitó de un triunfo oficialista en las PASO, en disputa con La Libertad Avanza, a una victoria de Juntos por el Cambio (derecha) en la primera vuelta.
Las encuestadoras coincidían en que Jorge Capitanich se impondría con holgura en las elecciones en la primera vuelta. Toda la polémica se reducía a si resultaría necesario definir en un ballotage.
Capitanich, que es contador público, con un postgrado y una maestría, y con una larga experiencia política de gestión, que incluye haber sido Jefe de Gabinete de Cristina Fernández, es un político por encima de la media de los gobernadores argentinos. Por eso fue evaluado como presidenciable por el peronismo, contando con un fuerte apoyo inicial del kirchnerismo. Luego, intentó ampliar ese apoyo acercándose al presidente Fernández y al resto de los gobernadores justicialistas.
Tratando de buscar explicaciones a su derrota, algunos analistas señalan el impacto del asesinato de Cecilia Strzyzowski, por el que están detenidos los dirigentes sociales Emerenciano Sena y Marcela Acuña, muy cercanos al gobernador. Otros hacen hincapié en su imposibilidad de frenar la fuga de votos generada en Resistencia por el intendente peronista Gustavo Martínez, que impulsó su propia lista cosechando un 5% de los votos. Una tercera explicación mencionada ha sido la sequía que afectó a una provincia agropecuaria como es Chaco, que provocó pérdidas de cosechas y un aumento de la pobreza.
Sin embargo, todos estos factores habían estado presentes cuando se realizaron las elecciones PASO y no le impidieron a Capitanich ganar la elección con el 34,6% de los sufragios. Incluso, en las últimas elecciones Capitanich mejoró su caudal electoral obteniendo un 41,7%.
Pero no pudo resistir la avalancha de votos que, esta vez, acompañó a Juntos por el Cambio que casi duplicó los votos obtenidos en las PASO para imponerse con el 46%. Esos votos migraron de La Libertad Avanza (ultraderecha) que había sacado un 30% en las PASO y obtuvo un 3,43% en la última elección. La explicación más evidente de la derrota de Capitanich es que la casi totalidad de los que habían votado a Milei en las PASO, eligieron votar al candidato de Juntos por el Cambio.
Este cambio de postura no fue alentado por la conducción nacional de La Libertad Avanza. Fue una decisión de los propios votantes movilizados por la idea de no dar otra oportunidad de gobierno al oficialismo. Esta decisión de cancelar al justicialismo por la mayoría de las y los chaqueños ha sido mucho más fuerte que la adhesión a determinadas ideas. Se votó a quien se consideró que podía ganarle al actual gobierno, al que quieren castigar, porque consideran que ha defraudado sus expectativas.
El hecho de que haya sido sancionado uno de los mejores gobernadores del justicialismo, en una provincia como Chaco, que tiene características de dominación menos feudales y autoritarias que otras del norte argentino, plantean con más claridad el fracaso del gobierno de Alberto Fernández y las limitaciones de su oferta a la población.
Relativizan también el encandilamiento por Milei, cuyo mérito mayor es que nunca ha gobernado. En consecuencia, “El León” es un verdugo potencial y no uno que hayamos padecido.
Planteadas las decisiones electorales en estos términos, el rechazo a las políticas desplegadas por el oficialismo no parece fácil de torcer. El hecho de que esa búsqueda termine en apoyo de opciones que serán peores, mucho más antipopulares, tiene que ver con nuestras propias limitaciones, de no haber podido proponer una alternativa superadora.
¿Estamos en presencia de un pronunciado giro a la derecha de nuestro pueblo y de adhesión masiva a ideas ultraliberales, o solo hay una decisión mayoritaria de castigar al mal gobierno que, por ahora, no encuentra opciones transformadoras? En los próximos años esta pregunta va a ser contestada. Mientras tanto, me parece necesario considerar este interrogante.