La importancia del XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China
Acaba de terminar la reunión más importante del ciclo quinquenal del Partido Comunista de China. ¿Qué es exactamente el XX Congreso Nacional? ¿Por qué este año es tan importante esta reunión? ¿Quiénes participan y qué hacen? Y ¿qué falta en la cobertura de los medios de comunicación convencionales?
¿Cuál es el objetivo del congreso?
El pasado domingo 16 de octubre comenzó el XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China. Esta reunión no debe confundirse con el Congreso Nacional del Pueblo.
Ese es el órgano superior del poder estatal que se reúne anualmente. Ese órgano vela, entre otras cosas, por la política económica y los presupuestos del Estado y puede destituir al gabinete de gobierno si es necesario.
El Congreso Nacional (CN) se celebra cada cinco años. Es el órgano supremo en el Partido Comunista.
En esta reunión, que dura aproximadamente una semana, los delegados discuten las cuestiones importantes que conciernen al partido y eligen su dirección para los próximos cinco años.
¿Quiénes son los delegados?
En la actualidad el Partido Comunista cuenta con casi 97 millones de afiliados, lo que lo convierte, con diferencia, en la mayor organización política del mundo. Cerca de 2.300 miembros del partido participan en el congreso. Son elegidos para ayudar a pensar y decidir la dirección de los próximos cinco años, pero también para asumir tareas importantes.
Los delegados se eligen en las unidades electorales de todo el país.
Pueden ser provincias, regiones o ciudades, pero también órganos estatales centrales u otros órganos del partido. Un tercio de los delegados son obreros, empleados o agricultores. También hay 29 «migrantes internos» (1).
Las mujeres representan el 21% de los delegados. Es una cifra baja, pero es un aumento del 3% en comparación con el Congreso anterior. Uno de cada 10 delegados pertenece a una minoría étnica, lo que hace que estén sobrerrepresentados en comparación con su presencia proporcional en la población total.
Los delegados proceden de los más diversos sectores de la sociedad, como la economía, la ciencia y la tecnología, la política, el mundo jurídico, la educación, la salud, el deporte… La edad media es de 52 años. Una quinta parte tiene menos de 45 años.
En general, los asistentes están muy bien formados. Más del 95% tiene título universitario.
Las principales tareas
Las principales tareas de los delegados del congreso pueden resumirse en evaluar el funcionamiento del partido en los últimos cinco años, debatir y decidir sobre asuntos importantes del partido, determinar la futura dirección del partido y elegir una nueva dirección central.
Esa elección se produce por etapas. En primer lugar, los 2.297 delegados eligen un nuevo Comité Central (CC). Está conformado por 205 miembros titulares y 171 suplentes.
El Comité Central es «el órgano superior del partido». Se reúne al menos una vez al año en sesión plenaria y sirve de foro de debate de primer orden sobre cuestiones políticas relevantes.
A continuación, el nuevo CC elige a su vez al Politburó, que es efectivamente el órgano ejecutivo del Partido Comunista.
La última vez el Politburó estaba formado por 25 miembros. Siete de ellos forman el Comité Permanente, encabezado por el secretario general, que también será elegido en el congreso.
Enfoque unilateral de los grandes medios de comunicación
Los principales medios de comunicación se centran casi exclusivamente en la elección del secretario general y del Comité Permanente. Por supuesto que esas elecciones no carecen de importancia, pero este enfoque unilateral hace que se pierda el aspecto más importante de este Congreso.
Lo que hace que esta reunión sea tan importante este año es el hecho de que China se encuentra en un importante periodo de transición.
Hace diez años China estableció dos objetivos centenarios (2) y el país está ahora en la transición de un objetivo a otro.
Un objetivo centenario puede sonar extraño a nuestros oídos, pero el gobierno chino prefiere la estabilidad y la planificación a largo plazo.
Esto contrasta con el caótico proceso de gobernanza que se ve en muchos países occidentales. Debido al sistema electoral y a la influencia de las corporaciones en la política, los países occidentales tienen grandes dificultades para perseguir objetivos a largo plazo, y muchas más para alcanzarlos.
El primer objetivo centenario era construir una sociedad próspera para 2021. Eso significaba que debía haber un aumento significativo del PIB, que nadie debía vivir ya en la pobreza absoluta y que debía haber un aumento general de la calidad de vida.
Ese objetivo se ha conseguido. En la última década, el PIB ha crecido 91%, o sea un 6,7% anual. Durante ese periodo la renta media disponible por persona casi se duplicó.
La pobreza absoluta se erradicó y la esperanza de vida aumentó en más de tres años.
Ya que se ha alcanzado el primer objetivo, es hora de pasar al segundo objetivo centenario. Se trata de construir para 2049 «un país socialista moderno, próspero, fuerte, culturalmente avanzado y armonioso».
El primer objetivo centenario se centró principalmente en un crecimiento cuantitativo el segundo principalmente significa un progreso cualitativo.
En el pasado China buscaba un rápido crecimiento económico para satisfacer las necesidades básicas de la población. El nuevo modelo de desarrollo hace más hincapié en la sostenibilidad, la alta calidad y la innovación. El objetivo ahora no es crecimiento, sino la modernización.
En comparación con la década pasada, el contexto geopolítico también ha cambiado significativamente. Estados Unidos y cada vez más Europa están adoptando una actitud hostil hacia China. Hay un proceso de ‘desvinculación’ en marcha. Por lo tanto, en China se ha renovado el interés por la innovación nacional, la autosuficiencia tecnológica y la seguridad de la cadena de suministro. Son necesarias para no poner en peligro la búsqueda de la modernización.
Los principales medios de comunicación cometen el error de ignorar este gran cambio que está afrontando China y que tendrá profundas implicaciones para el resto del mundo. Ver este país a través de las gafas occidentales da una visión distorsionada. Por eso, en el pasado los medios de comunicación masiva se han equivocado a menudo con respecto a este gigante asiático.
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Notas:
(1) Los ‘migrantes internos’ son chinos que acuden a las ciudades provenientes de zonas agrícolas, sobre todo del oeste del país, en busca de trabajo. A partir de mediados de la década de 1980, se trasladaban a zonas cercanas, pero más tarde también a los principales polos industriales, especialmente a las regiones costeras (en el este).
(2) Como informa un artículo publicado por Viento Sur, «Xi Jinping se ha fijado dos objetivos centenarios: la realización de una sociedad de “pequeña prosperidad” para el centenario del Partido en 2021, y la de un país socialista moderno, próspero y poderoso para el centenario de la República Popular China en 2049″.
De Wereld Morgen. Traducido del neerlandés para Rebelión por Sven Magnus