La lengua de la ultraderecha
Como la ultraderecha expresa mucho más una “identificación con el poder” que una nueva “intermediación del poder”, uno de sus rasgos más notorios, a diferencia de las viejas intermediaciones, es que no necesita disfrazar ni su dominio, ni sus planes, ni su predilección por los formatos tiránicos, ni su ansiedad de buitre famélico. Por el contrario, jactanciosa y obstinada, expone su voracidad sin tapujos. A quemarropa. Nos refriega en la cara su afinidad con los poderes fácticos, su metafísica fabulosa, su carácter despiadado y su ideología de la muerte.