La OTAN se rinde en Azovstal
De los mismos creadores históricos del éxito "EEUU y Gran Bretaña derrotaron a Hitler" llega a las pantallas de todo el mundo el titular "La misión ucraniana en Mariúpol ha terminado y evacuan a sus combatientes". Parece chiste, pero es anécdota.
En estos momentos y desde hace días, está siendo desplegado por medios norteamericanos y europeos el relato mediático de que los combatientes que "resistían al invasor ruso" a orillas del Mar de Azov estaban siendo "evacuados de manera ordenada", cuando la realidad es totalmente diferente.
La guerra perceptiva que está llevando a cabo el aparato de propaganda de EEUU, Europa y Ucrania para evitar la aceptación de la derrota militar en el terreno está en su punto más álgido, desembocando en control de daños, ya que los esfuerzos de la OTAN por armar, entrenar y financiar a las tropas ucranianas han sido neutralizados por Rusia.
Luego de un mes de asedio por parte del ejército ruso y las unidades militares de Donetsk y Lugansk, los remanentes del beonazi Batallón Azov que se encontraban guarecidos en los búnkeres de la planta de acero Azovstal, en el sureste de la ciudad de Mariúpol, se rindieron y están siendo tratados como prisioneros de guerra.
Se trata, en fin, de una rendición militar y no de una "evacuación ordenada" y una "victoria de Ucrania"; el guión occidental, aunque repetitivo y vacío de contenido materialmente verificable, seguirá diseminando una versión que resguarde las formas que han venido utilizando en sus operaciones psicológicas y de propaganda.
En vías al proceso de desnazificación
De acuerdo a un parte del Ministerio de Defensa ruso publicado este 19 de mayo, "en las últimas 24 horas, 771 militantes de la unidad nacionalista de Azov se han rendido en la planta bloqueada de Azovstal en Mariúpol. Un total de mil 730 militantes se han rendido desde el 16 de mayo, incluidos 80 heridos". Prosigue: "Todas las personas que necesitan tratamiento hospitalario son tratadas en centros médicos en Novoazovsk y Donetsk, de la República Popular de Donetsk".
Pero hay más, relacionado a estos eventos. La agencia TASS informa: "El Tribunal Supremo de Rusia tiene una audiencia el 26 de mayo para la presentación que hará la oficina del Fiscal General de Rusia con el objeto de reconocer a la formación ultranacionalista Azov, y sus otras ramas y títulos, como una organización terrorista. El Fiscal General actuó a petición del FSB (el servicio de seguridad nacional de Rusia)".
De esta manera se está desenvolviendo un acto político y judicial de gran trascendencia: el hecho de que los prisioneros neonazis, que han cometido crímenes de lesa humanidad y de guerra amparados por la OTAN y bajo el paraguas del régimen de Volodímir Zelenski, ni siquiera serán juzgados como criminales de guerra, sino como terroristas.
El analista militar ruso-estadounidense Andrei Martyanov juzga que "eso tiene serias repercusiones internacionales, porque algunas personas en la Unión Europea y América del Norte tendrán que considerar con quién están tratando. Y solo podemos esperar hasta que se cuenten y muestren todas las historias de horror. Se está incomodando a mucha gente".
Cabe remarcar que, de acuerdo a reportes periodísticos y de inteligencia rusos, hay oficiales de la OTAN entre los prisioneros y asediados junto a los neonazis azovistas. El periodista German Vladimirov informó, a principios de abril, que "oficiales de la OTAN de Francia, Alemania, Gran Bretaña y Suecia se quedaron atrapados en Azovstal en Mariúpol. En este momento se están poniendo en contacto con las tropas rusas con una solicitud para ayudarlos a irse, para organizar un corredor para la salida".
Teniendo en cuenta que la guerra en el Dombás comenzó hace ocho años con un golpe de Estados liderado por el regente de la OTAN (EEUU) en Ucrania y el posterior sustento de los gobiernos de Poroshenko y Zelenski a punta de neoliberalismo rampante y despacho militar, muchos de esos comandantes y combatientes tendrán muchas historias y crímenes que contar.
De esta manera empieza lo que podría ser un Nuremberg del siglo XXI con fines de desnazificación real y no un reacomodamiento de las filas nazis en el aparato político-militar-científico de Alemania, EEUU, Gran Bretaña y Canadá.
Maquillaje marca OTAN
A pesar de lo que sucede en el campo de batalla, los medios afiliados a la línea propagandística de la OTAN derrochan titulares y bulos mediáticos con el fin de lavarle la cara a su propio desastre militar.
Larry Johnson, ex-CIA e instructor del comando de operaciones especiales del ejército estadounidense durante 24 años, ahora devenido analista militar independiente, argumenta que el régimen de Zelenski está repartiendo algunas historias a las agencias de noticias norteamericanas y europeas que escenifican a un maquillado ejército ucraniano para mostrarlo como uno victorioso ante la operación militar especial rusa y otras "noticias".
Las evidencias muestran que ni Ucrania está usando los propios tanques rusos contra ellos, ni se está llevando a cabo un golpe de Estado contra Vladímir Putin, ni el presidente ruso está enfermo de cáncer, ni el ejército ucraniano se ha apoderado de territorio en la frontera rusa. Ante esto, concluye Johnson:
"Todas estas ardillas mediáticas son gestos sin sentido, inventados por los creadores ucranianos de operaciones psicológicas para desviar la atención del desastre en Azovstal y las malas noticias que fluyen del Dombás".
A toda esta montaña de 'fake news' solo vale calificarla de campaña de desinformación, aunada a una suerte de improvisación narrativa, ante el desastre que significa haber logrado la rendición del cuerpo de combate ucraniano más importante fuera de las estructuras formales del ejército de Kiev, tanto por su posición política-policial-militar como por lo que significa como un componente "de resistencia" ante el ejército ruso y sus aliados del Dombás, siendo Mariúpol la sede germinal de los neonazis de Azov.
Es por ello que el periodista y analista geopolítico Pepe Escobar no dudó en volver a titular los encabezados de noticias occidentales deiciendo: "La OTAN se rinde en Azovstal