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Medio Oriente :: 14/04/2023

"La policía israelí quería demostrar que tiene el control de Al-Aqsa"

Vera Sajrawi
Entrevista con Jalal Abukhater, escritor palestino. Los intentos del régimen israelí de alterar la situación del templo han provocado la intensificación de la violencia

En una impactante muestra de violencia, las fuerzas policiales israelíes asaltaron el martes pasado por la noche la mezquita de Al-Aqsa en la Jerusalén Oriental ocupada, golpeando y arrestando a cientos de musulmanes palestinos durante el mes sagrado de ayuno del Ramadán. Alrededor de 400 personas fueron detenidas, según informes de los medios de comunicación, y muchas de ellas fueron liberadas con moratones y otras marcas de violencia en sus cuerpos. La Media Luna Roja Palestina ha informado que la policía impidió que sus médicos accedieran hasta los heridos durante el asalto.

Aunque estas operaciones en la mezquita han ocurrido antes, las escenas de la última incursión todavía sorprenden a muchos. Los videos tomados dentro de la mezquita muestran a agentes de policía sionistas golpeando implacablemente a los fieles con porras y las culatas de sus armas; se escucha a mujeres y niños gritando en medio del caos; una larga fila de detenidos con las manos atadas con flejes a la espaldas fueron escoltados por las calles de la Ciudad Vieja.

La policía del régimen israelí afirma que sus fuerzas se vieron obligadas a entrar en la mezquita para "restaurar el orden" después de que los palestinos se encerraran dentro con piedras y fuegos artificiales, algunos de los cuales fueron disparados contra los oficiales durante el asalto. Está claro por qué la policía pensó que era necesario asaltar la propia mezquita o usar una fuerza tan excesiva. Además, es una práctica común para los musulmanes, como individuos y como familias, pasar las noches en la mezquita durante el mes sagrado.

Significativamente, estos eventos ocurrieron la noche anterior a la víspera de la Pascua judia, pero la tensión había crecido durante semanas. Según los informes, algunos de los palestinos presentes en la mezquita habían planeado permanecer en las cercanías en respuesta a los intentos de los fundamentalistas judíos de realizar rituales de sacrificio en Haram al-Sharif/Monte del Templo antes de la Pascua, un acto considerado una grave blasfemia religiosa y violación política del llamado "status quo" de la zona. Según se informa, varios de estos fundamentalistas judios, que han estado accediendo al complejo en número creciente en los últimos años, fueron capturados por la policía cuando intentaba llevar animales de sacrificio a la Ciudad Vieja.

Para entender el telón de fondo de estos eventos, la periodista palestina Vera Sajrawi habló con Jalal Abukhater, un escritor palestino residente en Jerusalén. Abukhater destaca cómo los intentos del régimen de apartheid de alterar la situación en el lugar sagrado, impulsados especialmente por el movimiento del Monte del Templo y sus defensores en el nuevo gobierno de extrema derecha israelí, han provocado la intensificación de la violencia a lo largo de los años, como lo ejemplifican los acontecimientos de anoche. La entrevista ha sido editada para mayor claridad.

¿Cuál es el contexto de lo que pasó anoche en Al-Aqsa?

Las autoridades de ocupación israelíes quieren imponer una nueva realidad en Al-Aqsa, algo que hemos visto en los últimos años, pero que ahora está escalando y aumentando. Los colonos se envalentonan al tener a sus aliados en el gobierno, como Itamar Ben Gvir. Está llegando a un punto en el que Israel está mostrando a todos que es el que domina, controla y tiene plena soberanía sobre Jerusalén, incluidos los lugares sagrados como la mezquita de Al-Aqsa.

Se supone que los lugares sagrados musulmanes están bajo la tutela de la Waqf [dotación] jordana, pero la nueva realidad que quieren imponer es que los fieles judíos tengan derechos "iguales" para entrar en Al-Aqsa como lo hacen los musulmanes. El punto de partida que tenemos [el "status quo"] es que el complejo de Al-Aqsa está abierto [durante ciertas horas] para que todos lo visiten sin discriminación, mientras que los musulmanes rezan allí. El culto judío en Al-Aqsa ha sido completamente rechazado por los musulmanes, que consideran que la mezquita es el tercer lugar más sagrado del Islam.

La nueva realidad que Israel quiere imponer es una división del tiempo y el espacio, incluso si tienen que usar la violencia, para que haya áreas en donde los fieles judíos recen. Lo que vimos anoche fue que la policía israelí usó toda la fuerza que tienen para garantizar que esta política siga, para que los creyentes judíos puedan entrar sin limitaciones de tiempo.

Las cosas habían estado relativamente tranquilas en el casco antiguo desde el comienzo del Ramadán. ¿Por qué atacaron las fuerzas israelíes anoche?

La gente fue a Al-Aqsa para un retiro nocturno de adoración desde el martes por la noche hasta el miércoles por la mañana, una práctica espiritual común en el Ramadán llamada i'tikaf. Pero el miércoles también es el primer día de la fiesta de la Pascua judia, y los palestinos querían estar presentes en Al-Aqsa porque se esperaba que un gran número de fieles judíos entrarían en el complejo.

Las fuerzas israelíes querían mostrar a todos anoche que tienen el control. Las tensiones han ido en aumento con los colonos judíos, especialmente el movimiento del Monte del Templo, que están planeando hacer un sacrificio [ritual animal] en Al-Aqsa. La policía no lo ha permitido, e incluso ha llevado a cabo arrestos preventivos contra algunos judíos extremistas.

A diferencia de años anteriores, la policía no ha tratado de restringir el acceso a las oraciones musulmanas. Pero han decidido demostrarnos que son ellos los que nos permiten orar. Si deciden de la noche a la mañana que algo está prohibido, vienen y echan a la gente de Al-Aqsa. Es una muestra de fuerza y dominio.

Las fuerzas israelíes reprimen a los fieles musulmanes después de una oración fuera de la Puerta del León en la Ciudad Vieja de Jerusalén.

Sin embargo, quiero decir que fui testigo de un ambiente increíble en Jerusalén durante los últimos diez días. Una cosa que todo el mundo compartía y estaba de acuerdo es que, en la Puerta de Damasco, los palestinos estaban más alegres y festivos las noches en que la policía estaba ocupada en Jerusalén Occidental con las manifestantes [antigubernamentales] israelíes. Así que cuando los israelíes protestaban, tuvimos un feliz Ramadán.

¿Cómo han cambiado las cosas en Jerusalén desde que el nuevo gobierno israelí se constituyó a finales de diciembre?

Hay una cosa en la que todos estamos de acuerdo: Jerusalén ha sufrido durante décadas unas políticas dirigidas contra la presencia palestina en la ciudad, como la expansión de los asentamientos, la falta de permisos de construcción y la asfixia y la confinación de nuestros espacios de vida.

El nuevo gobierno quiere aumentar todo esto y ser aún más brutal y contundente que los anteriores. Sentimos que estamos bajo ataque en muchos frentes: quieren cambiar la realidad en Al-Aqsa; quieren aumentar las demoliciones mientras no tenemos a dónde ir o construir; y nos enfrentamos a más hostilidad y violencia a medida que pasa el tiempo. Esta ha sido la tendencia en los últimos años, pero bajo el nuevo gobierno, está alcanzando su punto máximo.

Especialmente vemos que esto se ha agravado con Ben Gvir, quien, desde enero, ha decidido acelerar las demoliciones de viviendas palestinas en la ciudad. Ben Gvir afirmó que [las demoliciones] serían en respuesta a "ataques terroristas", pero las familias cuyas casas estan siendo demolidas no estuvieron involucradas en ningún ataque, simplemente viven en casas que Israel considera de construcción ilegal, porque no se les concedieron permisos para construirlas. En Jerusalén, se estima que un tercio de los palestinos, unas 100.000 personas, viven en estructuras que se construyeron sin permisos.

Ben Gvir solo está usando el pretexto del terrorismo para intensificar esta campaña. Quería escalar la tensión también durante el Ramadán, lo que significa que la gente está perdiendo sus hogares y siendo arrojada a la calle. Este es el hombre que dirige la policía [como ministro de seguridad nacional] y que recientemente obtuvo [autorización para formar] su propia milicia privada, que operará contra los palestinos en Galilea, el Naqab y Jerusalén.

El ministro de Seguridad del régimen israelí, Itamar Ben Gvir, pronuncia una declaración el primer viernes de Ramadán, en el Muro de los Lamentos.

Será una versión militarizada de la policía, pero aquí en Jerusalén, ya tenemos una versión militarizada de la policía. Ben Gvir solo quiere tener más versiones [de las fuerzas de seguridad] para atacar la presencia palestina en la ciudad.

¿Qué tendencias has visto a lo largo de los años durante el Ramadán en términos de violencia israelí?

Recordemos mayo de 2021 en Jerusalén, cuando las autoridades israelíes tomaron una serie de malas decisiones. Justo antes del comienzo del Ramadán, la policía estableció barricadas alrededor de la Puerta de Damasco, donde los palestinos se reúnen después de las festividades del iftar. Este fue un acto muy provocador.

Luego, en Laylat al-Qadr [la celebración de los primeros versos del Corán que se revelaron al profeta Mahoma], cuando los musulmanes rezan desde el atardecer hasta el amanecer, los israelíes detuvieron los autobuses que venían a Al-Aqsa desde muchas ciudades. Negar el acceso y la libertad de culto en Al-Aqsa fue una decisión tonta que fracasó, porque estallaron protestas en todo el país.

Este año, la policía no ha restringido el acceso a la Puerta de Damasco, y los palestinos han tenido un Ramadán espiritual y festivo. Pero la necesidad de imponer una nueva realidad es la razón por la que hemos visto tanta violencia. El desalojo forzoso de los fieles y la falta de respeto a la libertad de culto: es la mentalidad de la ocupación de controlar todo lo que deseen mantener.

Los vídeos de anoche muestran a las fuerzas israelíes atacando brutalmente a los palestinos, y los periódicos dicen que unas 400 personas fueron arrestadas. ¿Los palestinos en Jerusalén están asustados por esto?

Por el contrario, no creo que nadie esté asustado o retrocediendo. Intenté ir al complejo de Al-Aqsa esta mañana para las oraciones del fajr [amanecer], pero las fuerzas de seguridad me detuvieron y no se me permitió entrar en la Ciudad Vieja. Había soldados en todas las puertas, y solo dejaban entrar a personas mayores de 40 años. Incluso con esa restricción de edad, la gente entró y rezó en Al-Aqsa. Muchas personas fueron atacadas de nuevo esta mañana.

Decenas de miles de fieles musulmanes asisten a las segundas oraciones del viernes del mes sagrado de Ramadán en el complejo de la mezquita Al-Aqsa.

Vimos videos de la policía caminando sobre las alfombras de oración y empujando a la gente en medio de la oración, solo porque ellos [los israelíes] quieren imponer su nueva realidad. Los palestinos en Jerusalén no guardan silencio, y todo el mundo lucha por llegar a Al-Aqsa. La gente rezó fuera de las murallas de la Ciudad Vieja ayer cuando se les prohibió entrar.

Al-Aqsa es más que una mezquita donde los musulmanes rezan, es donde los palestinos practicamos alguna forma de soberanía. Cuando entramos en Al-Aqsa, sentimos que es nuestro lugar, un espacio muy pequeño en una gran ciudad que nos está alienando y nos está empujando a un lado, dejándonos en vecindarios que se han convertido en guetos. Aunque estamos perdiendo en todos los frentes a lo largo de los años, nos aferramos firmemente a lugares como Al-Aqsa, porque si lo perdemos, no tenemos nada más que reclamar como nuestro.

Israel tiene que tener eso en cuenta: no vamos a abandonar este espacio y no vamos a renunciar a él fácilmente.

972mag.com. Traducción: Enrique García para Sinpermiso

 

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