La reina Isabel II se fue
La reina ha muerto, pero antes que ella también se fueron de Europa el sentido común, la racionalidad natural, la cordura financiera y la soberanía agrícola.
Ninguna civilización puede sobrevivir sin alimentos, sin energía y sin dinero seguro de su valor. Los líderes de Europa Occidental se han ocupado de destruir los tres.
La reina ha muerto, pero antes sus primeros ministros ahuyentaron la paz internacional, el sentido común, la racionalidad financiera que respaldaba a la libra esterlina. La última jefa de Gobierno que fue a saludarla parece ser la más loca de todos los primeros ministros, a juzgar por lo que hasta ahora ha dicho: tiende a buscar pleitos con países más poderosos que el Reino Unido, actitud poco recomendable.
Se dice que la belicosidad es indicio de debilidad e inseguridad. ¿En verdad Liz Truss cree que el AUSKUS puede intimidar a la China popular, la primera potencia industrial del mundo? ¿Cree que la China del siglo XXI es la China con los cañones de cartón que vio el Almirante inglés Anson en 1805 y a quien en 1842 Inglaterra obligó a permitir el comercio del opio?
Sospecho que por esos alardes belicosos fue seleccionada. Liz Truss merece ser primera ministra de Inglaterra porque logró la hazaña de superar a Boris Johnson en decir y cometer tonterías.
Truss y los otros líderes de Europa occidental están decididos a destruir la paz y la economía europeas haciendo morisquetas a China, que es el mayor socio económico de Europa, y contemporáneamente llegar al borde de una guerra con Rusia, la mayor y más moderna potencia militar de Europa, y eso destruirá la economía y la paz mundiales sin ninguna ventaja para otro país que no sea China.
La política financiera que dictan desde Londres y Washington es cosa de enajenados. La FED y el BCE cometen la locura de subir tasas de interés cuando comienza la inflación. Es como aplicar las espuelas a un caballo desbocado. Aumentarán las bancarrotas de las medianas y pequeñas empresas golpeadas por los absurdos confinamientos ordenados por Bruselas como medidas contra el COVD. Los confinamientos golpearon solo a las empresas independientes y los autónomos para dejar el mercado a merced de las grandes transnacionales globalistas.
Christine Lagarde es la persona menos apta para dirigir el Banco Central Europeo. Cuando presidía el Credit Lyonais, en un momento de descuido (según ella), regaló seis millones de euros a su amigo Bernard Tapie. Debió ir a la cárcel, pero en lugar de eso la enviaron a dirigir el FMI en Washington. Es probable que sea necesario tener credenciales de delincuente o débil mental para hacer carrera en la burocracia europea.
Tal vez basta con estar al servicio de las grandes corporaciones en su competencia contra las pequeñas empresas que son aquellas que crean más empleo. La ausencia de empleo en un momento de gobiernos endeudados, sin medios para pagar las pensiones, pero que gastan sus recursos comprando armas para Ucrania, ponen a toda Europa al borde de la bancarrota y hará que Rusia quede como el único país 'europeo' de boyante prosperidad.
Se acerca el momento de una cascada de quiebras bancarias mundiales que comenzarán en Europa y seguirán en EEUU. Es el colapso final de una época que comenzó en Bretton Woods (1948), cuando la futura reina Isabel era aún Princesa de Gales. El desastre europeo y el auge de Washington comenzó en la década de 1940. De aquellos protagonistas solo quedaba Isabel II.
CALPU