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EE.UU. :: 15/03/2014

La transformación de Bob Dylan

Vicenç Navarro
La propaganda más llamativa de la última final de la liga del futbol 'americano', la de los autos Chrysler, fue protagonizada por el ex-rebelde

A lo largo de mi vida he visto en múltiples ocasiones la evolución que siguen muchos personajes que, siendo en su juventud críticos con las estructuras del poder en los países que viven, se acomodan más tarde a estas estructuras, convirtiéndose en sus portavoces. En realidad, esta evolución es muy común. Un ejemplo de esto es Bob Dylan.

Bob Dylan, en su juventud, fue uno de los cantantes más críticos con el establishment estadounidense. Fue, junto con Joan Baez, la voz del movimiento estudiantil anti Guerra del Vietnam. Representaba la cultura pacifista y antisistema, muy generalizada en los campus universitarios de los años sesenta. Era un movimiento iniciado por los estudiantes de las universidades. Era, como la definió Bruce Springsteen, una cultura de privilegio, que se oponía y rebelaba frente al establishment [de clase media ascendente].

Springsteen, por el contrario, representaba un movimiento anti sistema de origen de clase trabajadora, que cuestionaba y criticaba el narcisismo y hedonismo presentes entre los “flower children” de Berkeley y otros centros académicos. El conflicto entre las dos culturas era una especie de lucha de clases dentro del movimiento anti establishment.
Estados Unidos, en contra de lo que se dice y escribe en España, es un país donde la categoría de clase social es determinante para entender aquel país. Y ello en la gran mayoría de los componentes de aquella sociedad, que van desde la música hasta el deporte. Así, los dos grandes deportes en EEUU son el baseball (de origen predominantemente de clase trabajadora) y el “futbol americano”, que no es el futbol europeo sino una especie de rugby (de origen de clase media alta, que se inició en los campus universitarios) [y tampoco es americano sino estadounidense].

La final de la liga del futbol 'americano' fue el pasado 2 de febrero, en la Super Bowl, cuando millones de estadounidenses se pasan casi todo el día frente a la televisión. Es uno de los días en que cuesta más dinero poner un anuncio en la televisión, debido al elevado número de televidentes. Pues bien, el anuncio que creó más sorpresa y más enojo entre las fuerzas progresistas de EEUU fue uno de la empresa productora de coches Chrysler en el que, con un chauvinismo ofensivo para muchos otros países, se indicaba que para ciertos productos de consumo, importantes pero no esenciales, los 'americanos' pueden depender de productos extranjeros (la cerveza hecha en Alemania, los relojes hechos en Suiza, o los móviles que se producen en Asia). Pero para productos esenciales, es decir, para los automóviles, los mejores productos son los 'americanos', apareciendo entonces la última versión de los coches Chrysler. Y el que hacía el anuncio era ni más ni menos que Bob Dylan.

El anuncio creó gran revuelo e interés (que era lo que Chrysler intentaba), pero enojó a muchísimos estadounidenses que están cada vez más hartos del chauvinismo 'americano'. Señalaron –entre otros hechos- que 1) Chrysler no es una empresa 'americana', sino italiana. Es propiedad de FIAT (antes lo había sido de Mercedes-Benz); 2) que el pueblo alemán hace muchas más cosas que la cerveza, incluyendo automóviles más eficientes y de mayor calidad que los estadounidenses; 3) que los pueblos asiáticos están hoy entre los más avanzados en áreas tecnológicas, y así un largo etcétera. Y, por cierto, que el término americano que se utiliza constantemente en el lenguaje cotidiano no incluye a la mayoría de americanos (que viven en el sur y centro en lugar del norte de las Américas).

Bob Dylan, que había sido una de las voces de los años sesenta que denunciaba el chauvinismo del establishment 'americano', se había convertido, años más tarde, en su promotor y portavoz. Y a esta evolución, los conservadores la definen como “madurez y utilizar la cabeza”, cuando lo que quieren decir es “abandonar los principios para poder ganar dinero sin ningún tipo de escrúpulos”. Mientras, el nivel de popularidad y respeto por Bob Dylan ha disminuido notablemente en Estados Unidos.

El plural. Extractado por La Haine

 

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