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Medio Oriente :: 16/03/2006

La resistencia iraquí aparece cada vez más unida y segura de su victoria

Jim Lobe
La idea de que la insurgencia está dividida entre nacionalistas iraquíes y yihadistas extranjeros parece cada vez más discutible, según un informe, que apunta a que ha habido una "convergencia paulatina" en la táctica y en la retórica de los grupos de la resistencia

A pesar de los informes que dan cuenta de crecientes tensiones e incluso choques esporádicos entre islamistas y nacionalistas, la insurgencia iraquí, fundamentalmente suní, aparece cada vez más unida y segura de su victoria. Esta conclusión se recoge en un informe publicado por el International Crisis Group (ICG), con sede en Bruselas, Bélgica.

El informe, con una extensión de 30 páginas y que se basa en un análisis de los comunicados públicos de los grupos insurgentes, así como en entrevistas y estudios anteriores de ICG sobre la insurgencia, llega a la conclusión de que los grupos rebeldes se han adaptado a las tácticas cambiantes de los estadounidenses, en el campo político y en el militar, con rapidez y eficacia.

"A lo largo de este tiempo, la insurgencia parece estar más coordinada, más segura de sí misma, más atenta a las necesidades de su entorno, y más capaz para aprender de los éxitos del enemigo y de errores propios.", según recoge el informe titulado: "Con sus propias palabras: una lectura de la insurgencia iraquí" (título original: "In their own Words: Reading the Iraqi Insurgency") [1]. "Los EEUU deben tener en cuenta estos factores si quieren comprender la flexibilidad de la insurgencia y aprender a contrarrestarla", añade el estudio; destacando que las respuestas más efectivas incluyen refrenar y disolver los grupos milicianos sectarios y dejando claro en diversas ocasiones que el gobierno de Washington carece de proyectos para los recursos petrolíferos iraquíes o para las bases militares en Iraq.

El informe se basa principalmente en lo que los insurgentes han dicho en sus portales de internet, en foros, tertulias, vídeos, grabaciones de audio y panfletos, emitidos desde el momento de la invasión y en cómo han evolucionado esos mensajes. Este estudio se publica mientras tienen lugar intensos, pero hasta ahora infructuosos, esfuerzos de la embajada estadounidense para negociar la composición de un nuevo gobierno en Bagdad que coloque a destacadas personalidades suníes en puestos clave del mismo.

Si bien la mayor parte de los textos, según ICG, son propagandísticos, abren una "ventana que permite observar a la insurgencia", capaz de informar a los analistas sobre sus debates internos, sus niveles de coordinación, sus impresiones sobre el enemigo y su propio campo, así como los cambios en táctica y estrategia.

Este análisis textual arroja conclusiones que chocan en lo fundamental con muchos de los supuestos presentes y pasados que sobre la insurgencia mantiene del gobierno de Washington. En realidad, "los EEUU luchan en Iraq contra un enemigo que apenas conocen" asegura el informe.

Por ejemplo, la idea de que la insurgencia está dividida entre nacionalistas iraquíes y yihadistas extranjeros, sobre todo la Organización Al-Qaeda en Mesopotamia (QOM, según sus siglas en inglés), liderada por Abu Mus'ab al-Zarqawi, parece cada vez más discutible, según el informe, que apunta a que ha habido una "convergencia paulatina" en la táctica y en la retórica de los grupos de la resistencia. "Hace un año los diferentes grupos estaban divididos en cuanto a acción práctica y propuestas ideológicas, pero los debates han llegado a arreglar esas diferencias por medio de la convergencia en torno a la jurisprudencia islámica suní y a los motivos de queja árabe-suníes". "En la práctica, se ha hecho imposible calificar el discurso de un grupo en particular como "yihadista" en oposición a "nacionalista" o "patriótico", con la excepción del partido Baaz, cuya presencia sobre el terreno ha sido particularmente ineficaz."

Esa categorización era menos cierta durante la primera mitad del 2005, cuando salieron a la luz los informes sobre choques armados entre ambas clases de grupos insurgentes; pero desde entonces, y a pesar de los grandes esfuerzos estadounidenses para abrir una brecha entre ellos, los grupos han armonizado su retórica en gran medida. En ese sentido, "algunos informes recientes de negociaciones entre grupos nacionalistas y las fuerzas estadounidenses con el fin de formar una alianza contra los yihadistas extranjeros parecen, como mínimo, exagerados", continúa diciendo el informe. Se apunta que tal doblez habría sido anunciada y denunciada por los demás. Más aún, "ningún grupo armado ha dado a entender hasta ahora que puede estar dispuesto a negociar con las autoridades estadounidenses e iraquíes". "Si bien las conversaciones encubiertas no se pueden descartar, el discurso público permanece uniforme e implacablemente hostil a la ocupación y a sus colaboradores".

Esto no significa que las diferencias entre ambas clases de grupos insurgentes no existan y que no pueda llegar la hora de la verdad ípero sólo después de la retirada norteamericana. "Hasta el día de hoy los objetivos de la oposición armada han sido reducidos a uno fundamental: liberar a Iraq del ocupante extranjero. Más allá de eso, todo es ambigüedad’.

Mientras tanto, los grupos se han hecho progresivamente conscientes de su imagen y de la necesidad de prestar atención a la opinión pública de los suníes, de otros iraquíes y de Occidente. Así, responden de manera inmediata y sistemática a las acusaciones de corrupción o a que se fijan como objetivos a civiles inocentes, e incluso rechazan las acusaciones de que están desarrollando una acción militar sectaria, a pesar de las pruebas de ataques suicidas contra mezquitas chiíes.

De igual manera, han abandonado tácticas que han demostrado ser especialmente repugnantes para esas opiniones públicas, tales como la decapitación de rehenes o los ataques a los votantes que acuden a las urnas. Y "mientras niegan cualquier intento de privar a la población de agua y electricidad no se ponen ningún límite a la hora de atacar las instalaciones petrolíferas, que se ven como botín y parte de los planes estadounidenses para explotar a Iraq".

De acuerdo con el informe, cuatro grupos principales dominan en la actualidad los canales de comunicación de la insurgencia y publican con regularidad en una gran variedad de medios de comunicación. Tandhim al-Qa'ida fi Bilad al-Rafidayn (La Organización de Al-Qaeda en Mesopotamia), Jaysh Ansar al-Sunna (Partisanos del Ejército de Sunna), Al-Jaysh al-Islami fil-'Iraq (el Ejército Islámico de Iraq) y Al-Jabha al-Islamiya lil-Muqawama al-'Iraqiya (Frente Islámico de la Resistencia Iraquí). La Organización de Al-Qaeda en Mesopotamia, cuya capacidad operativa ha sido exagerada por los militares estadounidenses buscó durante el año pasado "Iraquizar" su imagen, en parte reemplazando a Al-Zarqawi, jordano de origen, por un líder iraquí, siempre según los informes existentes. El Frente Islámico de la Resistencia Iraquí (Jami) puede que sea "un órgano de relaciones públicas" compartido por diferentes grupos armados y que tiende a una posición más sofisticada y nacionalista que los otros, en su estrategia retórica y de comunicación.

Otros cinco grupos armados más acreditan haber llevado a cabo acciones militares. Sin embargo, utilizan canales de comunicación menos estables y complejos. Cuatro grupos más carecen de medios regulares de comunicación para reivindicar acciones armadas mediante declaraciones escritas o grabadas en vídeo.

Todos los grupos han cobrado una mayor confianza en sí mismos a lo largo del año pasado, según el informe, que señala que ese optimismo no sólo se aprecia en los comunicados oficiales, sino en las expresiones más espontáneas de militantes y simpatizantes en los foros de Internet y en otros.

En un principio, consideraron que la presencia estadounidense era extremadamente difícil de eliminar, "pero ya no es así". "Hoy, la perspectiva de una victoria rotunda y de una rápida retirada de las fuerzas extranjeras se ha hecho más evidente, reforzada por la pérdida de legitimidad y las dudas aparentes de los estadounidenses, por sus anuncios ocasionales de traslado de tropas a otros lugares, por el cada vez mayor declive en el apoyo a la guerra dentro de EEUU y por los llamamientos a una rápida retirada realizados por destacados políticos." Más aún, "Cuando los estadounidenses se vayan los insurgentes no tienen ninguna duda de que las fuerzas de seguridad y las instituciones iraquíes, se hundirán de forma inmediata."

International Press Service

 

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