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Sudáfrica: A un año de la masacre de los mineros en Marikana
El pasado viernes se llevaron a cabo actos en Sudáfrica en conmemoración de las 34 personas asesinadas en la mina de Marikana un año atrás. El 16 de agosto de 2012 trabajadores mineros estaban llevando a cabo una huelga por mejoras salariales en una explotación de platino de la empresa Lonmin cuando fueron duramente reprimidos a disparos por la policía. Detrás subsiste una lógica de explotación de trabajo precario y de riesgo, daños al medio ambiente y saqueo de los recursos.
En la colina en la que hoy reposan decenas de cruces que hacen alusión a cada uno de los asesinados, un año atrás las fuerzas represivas abrieron fuego contra miles de trabajadores mineros. Como consecuencia 34 personas fueron asesinadas y más de setenta resultaron heridas en la mina ubicada a unos cien kilómetros de Johannesburgo.
En el primer aniversario, los familiares de las víctimas denuncian que hasta el momento no hay ningún policía detenido pese a que se instauró una Comisión de Investigación dedicada a esos crímenes. La comisión fue designada por el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, y está presidida por el juez Ian Gordon Farlam, exmagistrado del Tribunal Supremo de Apelación.
Mientras, los medios occidentales aliados a los capitales mineros hicieron hincapié en el pedido de disculpas por parte de la empresa británica Lonmin a las familias de los acribillados. La multinacional fue acusada en diversas oportunidades de explotar a sus trabajadores, sostener condiciones de riesgo laboral – con denuncias por accidentes mortales-, confiscar el agua de la zona y dañar al medio ambiente.
En la mina de platino al norte de Sudáfrica, un año atrás estalló un conflicto gremial por un reclamo salarial y contra el sistema de explotación. En ese marco, los mineros decidieron bloquear por completo las actividades del yacimiento de forma imprevista, cosa que en un principio desató una pelea intersindical en la que murieron nueve personas.
El 16 de agosto intervinieron las fuerzas represivas y ocasionaron la masacre da Marikana, la más atroz desde el fin de la Apartheid en Sudáfrica, en 1994. Con posterioridad las autoridades detuvieron a 270 trabajadores acusados de ser los autores materiales de la muerte de sus propios compañeros, en un intento del Estado de desligarse de las responsabilidades. Ante ello se realizaron multitudinarias movilizaciones en todo el país y los detenidos fueron liberados.
En mayo del corriente año, se dio a conocer el homicidio de un dirigente sindical que estaba convocado a declarar ante la comisión de investigación de la masacre en Marikana. La Asociación de Mineros y Trabajadores de la Construcción (AMCU, por sus siglas en inglés), a la que pertenecía la víctima, sostuvo que aún no podían aseverar si el crimen estaba relacionado con la condición de testigo del dirigente. De todos modos, la sospecha se mantiene firme, ya que es el tercer testigo de esa causa que muere asesinado.
Poder de las multinacionales mineras
La industria sudafricana del platino –que cubre el 80 por ciento de la producción mundial de ese metal estratégico– se halla bajo el control de 3 transnacionales: Lonmin, Impala Platinum Holding y la Anglo American Platinum (Amplats). A mediados de mayo, la compañía multinacional Amplats anunció la eliminación de seis mil puestos laborales en las minas que explota en Sudáfrica. La medida de la principal empresa explotadora de platino del mundo despertó el rechazo de los trabajadores quienes anunciaron huelgas.
En esa oportunidad, los trabajadores advirtieron que se organizarían ante los masivos despidos y retomarían la lucha que iniciaron en agosto del año pasado en el yacimiento de Marikana. Amplats es la primera compañía mundial en la comercialización del platino, principal empleador privado de Sudáfrica y controla el 40 por ciento de las minas de platino del país, lo que equivale a casi la mitad de las reservas mundiales. Se estima que medio millón de personas trabajan en las minas sudafricanas de platino, oro, carbón y diamantes, que sumadas a la agricultura representan la base de la economía del país, el más rico de todo el continente.
